Mariano Rajoy ya acaricia la presidencia

Mariano Rajoy ya acaricia la presidencia

En la votación de ayer, el actual presidente de Gobierno en funciones no alcanzó la cantidad de votos necesaria para ser investido. Pero el sábado, en la segunda jornada, los socialistas le allanarán el camino al abstenerse.

 

La primera sesión del debate de investidura “definitivo” –después de casi un año buscando un presidente con apoyos suficientes– terminó tal como estaba previsto: con Mariano Rajoy sin la mayoría absoluta que necesitaba para ratificarse al mando del Ejecutivo, pero a 48 horas de sí poder hacerlo. En la votación de este jueves en el Congreso, 170 diputados le dijeron “no” al líder del Partido Popular (PP) –tal como lo habían hecho hace dos meses, en su primer intento fallido de ser investido presidente– frente a 180 que le dieron el “sí” (de un total de 350 escaños). La diferencia respecto del pleno de septiembre es que, esta vez, gracias a la abstención anunciada por el Partido Socialista (PSOE), Rajoy tiene asegurada la victoria en la segunda votación, prevista para este sábado.

Tras el vuelco histórico dado por el PSOE para permitirle a Mariano Rajoy continuar al mando del gobierno, el protagonismo del debate de ayer no lo ostentó quien estaba siendo sometido a debate –el líder del PP– sino la bancada socialista. Todas las miradas se dirigieron al discurso con el que el portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, iba a justificar su decisión de apoyar a su gran contrincante y la postura que con respecto a éste tendrá durante la nueva legislatura. “Estamos aquí para cumplir con un deber: que acabe la política de los partidos y empiece la política para los ciudadanos. Los socialistas somos responsables de poner fin al bloqueo y la parálisis. Lo hacemos por coherencia. Siempre que los españoles nos han necesitado, hemos estado ahí”, arrancó Hernando su intervención en el Parlamento.

Observado con lupa por representar uno de los ejemplos más destacados de “cambio de bando” dentro del PSOE –Hernando defendía tajantamente el “no” a Rajoy y ahora es el encargado de explicar su abstención desde la tribuna del Congreso– el portavoz socialista quiso dejar en claro que, pese a facilitarle el gobierno al PP, permanecen firmes del lado de la oposición. “Señor Rajoy, no nos gusta como candidato, pero nos gusta este país. Y hoy España nos necesita”, expresó nada más comenzar su discurso. “No tiene ni nuestra confianza ni nuestro apoyo”, subrayó Hernando.

El PSOE se esmeró durante todo el debate de investidura en desmarcarse de las políticas conservadoras de los populares: “Las razones para no confiar en usted siguen vivas: recortes, limitación de derechos, insensibilidad, falta de respuesta ante la corrupción”, prosiguió el portavoz socialista, insistiendo en que el PSOE no dará estabilidad al PP porque no apoyará “sus recetas ideológicas”.

“Yo no intento anular su labor de oposición (...). No le pediré a nadie del PSOE que se haga del PP”, le aseguró Mariano Rajoy cuando le tocó el turno de la réplica. Tal como lo hizo el día anterior  durante su intervención –fue el primero en comparecer, el miércoles por la tarde– el todavía presidente en funciones se centró en recalcar su voluntad de diálogo para “construir una mayoría para la gobernabilidad”. Consciente de que ya no gozará de la mayoría absoluta con la que en este mandato aprobó y derogó leyes a su antojo, el líder del PP mostró su cara más conciliadora tanto en su discurso del miércoles como en las réplicas que el jueves dio a los diputados opositores. “No podemos estar en elecciones cada seis meses, no conviene a nadie”, afirmó Rajoy. “España necesita un gobierno, pero no cualquier gobierno, uno estable, sólido, duradero, previsible y fiable. Y también con acuerdos para evitar una legislatura estéril.”

El jefe del Ejecutivo retomó en su comparecencia el pacto firmado con el partido emergente Ciudadanos, a cuyas 150 medidas pretende sumar ahora a los socialistas, dado el “entendimiento entre los partidos constitucionalistas”, como dijo en la primera jornada del debate. Para atraer al PSOE, además de agradecerle una y otra vez la abstención que el sábado le permitirá su reelección, Rajoy anunció ya en el pleno de este jueves un primer gesto conciliador hacia sus propuestas: la suspensión de las polémicas “reválidas”, exámenes de fin de curso en primaria y secundaria impulsados por la reforma educativa del PP que el mismo miércoles sacó a miles de estudiantes a la calle en forma de protesta.

Pablo Iglesias, por su parte, organizó su intervención parapetándose frente a lo que considera “la triple alianza” de PP, PSOE y Ciudadanos. “El orden reina en Madrid. Lo que no consiguieron en las urnas lo han conseguido en los despachos. Esta investidura es un trámite para ustedes (en referencia al PP), un trámite desagradable para Ciudadanos, y un trámite vergonzoso para el PSOE”, manifestó en su réplica a Rajoy este jueves en el Congreso. Desde el lugar de “la única oposición”, el líder de Unidos Podemos atacó con dureza a los tres partidos, en su opinión, continuistas con las políticas neoliberales que llevó adelante el grupo popular y se esforzó en dejar bien delimitadas las diferencias. “Nosotros sí estaremos frente a ustedes”, le dijo a Rajoy desde la tribuna del Congreso; mientras que a los socialistas: “El PSOE hoy se parece más al PP que a nosotros”.

La elocuencia de Iglesias tampoco pasó por alto la corrupción que envuelve al partido de Rajoy, lamentando “que hagan presidente al PP de la Gürtel (trama que en estos momentos está siendo juzgada por la Audiencia Nacional)” y el despliegue policial previsto para este sábado, cuando se celebrará la protesta contra la investidura de Rajoy, “Rodea el Congreso”. “Dicen que han movilizado a 500 policías. Hay más delincuentes potenciales en esta cámara que allá afuera”, lanzó el líder de Unidos Podemos, ganándose fuertes abucheos de las bancadas del PP.

El soporte de Iglesias a la manifestación convocada para el sábado también le sirvió de arma arrojadiza a Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, quien dedicó la mayor parte de su discurso en el debate para atacarlo por colocarse “detrás de las pancartas”. El presidente del partido de centroderecha, que votará a favor de la investidura de Rajoy,  subió al estrado blandiendo una factura de monotributo para reprocharle a Iglesias que se olvide de las “pancartas diarias que millones de españoles sostienen cada día”, como la del recibo que él llevaba en la mano. “A algunos no les gusta trabajar, les gusta más gritar o lanzar tuits. Algunos hacen populismo y otros aplicamos soluciones”, manifestó antes de destacar el acuerdo que pactó en agosto con el PP para dar el “sí” a Rajoy.

El próximo sábado, el apoyo de Ciudadanos y de Coalición Canaria, más la abstención del PSOE, al margen de las disidencias que puedan producirse entre sus miembros –ya son al menos 20 los diputados que desobedecerán la disciplina de voto– sumarán los 170 votos favorables a la investidura del candidato conservador, recolocando finalmente a Mariano Rajoy en su cargo de presidente de España.

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