El macrismo tiene en sus manos la renovación de los despachos en la Justicia Federal tucumana

El macrismo tiene en sus manos la renovación de los despachos en la Justicia Federal tucumana

La administración anterior kirchnerista dejó una terna y varios concursos pendientes de resolución; el caso del titular del Juzgado N°1

La Justicia Federal de Tucumán en funcionamiento es pequeña: consta de dos juzgados con sus correspondientes fiscalías y defensorías oficiales; y de un tribunal de apelaciones y otro de juicio oral con sus respectivos fiscales y defensores de cámara. Su renovación ha sido, por lo general, lenta y sutil, salvo el caso excepcional acaecido hace ya 10 años, cuando el escándalo de los títulos públicos acabó con las carreras de dos ex jueces: Felipe Terán (fue destituido y, luego, condenado en sede penal) y Jorge Parache(renunció). Por ello esta coyuntura resulta excepcional: los tiempos políticos y burocráticos pusieron en manos del macrismo el poder de cubrir cuatro cargos acéfalos, tres de ellos creados por leyes dictadas durante la era kirchnerista. A esto hay que agregar que tres magistrados de primera instancia, los juecesFernando Luis Poviña y Daniel Bejas, y el fiscal Pablo Camuña, pretenden ascender a despachos de Cámara.

Corresponderá al presidente Mauricio Macri nombrar a dos de los primeros titulares de las oficinas de la tercera nominación concebidas en 2013. El legado de la ex presidentaCristina Fernández de Kirchner incluyó la terna (surgida de un concurso público) para la Fiscalía. Tres funcionarios de la casa aspiran al primer cargo: José Agustín Chit,Valentina García Salemi Virginia Duffy. Tanto Chit como García Salemi fueron nombrados en forma discrecional por la Procuración General que encabeza Alejandra Gils Carbó, lideresa de Justicia Legítima. Chit llegó así a la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad. García Salemi, que fue secretaria de Derechos Humanos en la agrupación kirchnerista La Cámpora, asumió en la delegación local de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas. Luego y mediante otra designación de Gils Carbó, se convirtió en funcionaria de la Fiscalía Federal N°2 a cargo de Camuña. Duffy, por su parte, se desempeña como secretaria de Derechos Humanos por decisión del juez Bejas.

Sin novedades

En cuanto a los cargos federales nuevos, el proceso de preselección que más demora acusa es el del Juzgado Nº3. No hubo novedades desde el 21 de abril de 2015, cuando el jurado presentó las calificaciones de la quincena de postulantes que rindieron la prueba escrita (había habido 70 inscriptos), según informa el sitio oficial del Consejo de la Magistratura de la Nación (CM). Aún resta conformar el orden de mérito provisorio, la etapa de impugnaciones, la entrevista con los consejeros y la remisión de la terna a la Casa Rosada. La semana pasada y luego de revisar las designaciones de Fernández de Kirchner pendientes del visto bueno legislativo, Macri envió al Senado la primera tanda de pliegos de jueces, fiscales y defensores. Pero su prioridad en materia de cobertura de vacantes judiciales son las dos vacantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Luego de intentar una frustrada designación en comisión, el Presidente pretende que la Cámara Alta preste acuerdo a los nombramientos de Carlos Rosenkrantz y de Horacio Rosatti.

Tres ascensos en pugna

La tercera acefalía en la Justicia Federal de Tucumán corresponde a la Fiscalía General Nº2, otro cargo nuevo creado, en este caso, por las leyes complementarias de la controvertida reforma procesal penal de la Nación (su implementación fue suspendida por el macrismo). Aunque de manera inicial Gils Carbó había designado interinamente al fiscal Diego Velasco en aquella oficina, este nombramiento discrecional quedó paralizado por una medida cautelar. En paralelo, la Procuración General sustancia un concurso con 14 inscriptos: entre ellos está Camuña, fiscal Nº2 nombrado a finales de 2014 con la disidencia de senadores antikirchneristas (el año pasado, Gils Carbó envió a Velasco a una fiscalía porteña y puso a Camuña como fiscal subrogante del Tribunal Oral de Tucumán). Este proceso de selección registró su último avance en agosto, cuando tuvo lugar la prueba escrita.

La cuarta vacante pertenece a la Cámara Federal de Apelaciones. Se trata de la vocalía que ocupó Graciela Fernández Vecino hasta que se jubiló con el beneficio del 82% móvil, cosa que ocurrió el 1 de julio. Entre los pretendientes de este despacho está Bejas, titular del Juzgado Federal Nº1 desde 2007 (primero fue nombrado en forma interina; luego, obtuvo el cargo en propiedad previo concurso en el CM y designación de Fernández de Kirchner). Si el juez consigue el ascenso que busca, quedará libre la oficina encargada de organizar las elecciones nacionales en la provincia. El proceso para llenar la ex vocalía de Fernández Vecino tramita con mayor rapidez que el del Juzgado Nº3, como muestra el hecho de que los postulantes rindieron la oposición en noviembre, días antes del balotaje.

El jefe de Estado debe definir asimismo el destino de Poviña, quien está entre los finalistas del concurso múltiple celebrado para cubrir cuatro vocalías en la Cámara Nacional de Casación Penal con sede en la capital del país. El juez Nº2 de Tucumán, también cercano a Justicia Legítima, aparece en segundo término en la primera terna que la comisión de selección puso a consideración del plenario del CM en mayo pasado. Si Macri se inclina por él para ese estrado estratégico, generará otra vacante en la Justicia Federal vernácula. Poviña llegó a su despacho en diciembre de 2011, tras concursar y ser designado por Fernández de Kirchner. Su juzgado había quedado acéfalo en 2006 por la destitución de Terán -durante el interregno, el abogado Mario Racedo actuó como juez subrogante-. A poco de asumir, Poviña recibió la orden de la Corte de la Nación de subrogar en el Juzgado Federal Nº2 de Jujuy.

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