“Sólo no seré candidato en 2018 si Brasil estuviera funcionando bien”, sostuvo Lula en una entrevista con Radio Jornal reproducida por la agencia DPA.

 Las declaraciones del fundador del Partido de los Trabajadores (PT), quien afronta varias denuncias por presunta corrupción en la estatal Petrobras, se conocen en momentos en que Rousseff es sometida a un juicio político y el gobierno quedó interinamente en manos de Michel Temer.

Lula fue consultado acerca de la caída en la popularidad de Rousseff, afectada por las denuncias que involucran a media clase política brasileña y por los problemas que enfrenta que la economía brasileña.

"Nadie quedó conforme con que Dilma haya dicho durante la campaña que no tocaría el bolsillo de los trabajadores y luego haya puesto en práctica un programa (económico) que era del adversario", respondió

"Ella -siguió- se había reunido con los sindicatos, pero acabó anunciando un paquete (de medidas económicas) que lanzó a los sindicalistas en su contra".

El lunes a la noche, Lula da Silva (2003-2010) también había criticado a Temer, quien a su juicio está creando condiciones para privatizar empresas públicas como la gigante petrolera Petrobras, política que, dijo, es usada por quienes "no saben gobernar".

"Ellos quieren desmontar los programas sociales e intentan crear condiciones para que sean vendidas Petrobras, el Banco do Brasil y la Caixa Económica Federal. Ellos no saben gobernar y necesitan vender el patrimonio público. Pero ellos deben saber lo siguiente: yo sí sé gobernar", dijo Lula en un discurso pronunciado en Juazeiro, estado de Bahía.

Lula se encuentra realizando esta semana una gira por los lugares más pobres del nordeste, la región del país donde él nació y que recibió inversión pesada en programas sociales e incentivos productivos durante su gobierno, con lo cual se detuvo la emergencia por el hambre en una región marcada históricamente por la sequía y la falta de infraestructura.

Lula apuntó a las declaraciones de Temer y de su ministro de Economía, Henrique Meirelles, quienes sugirieron al diario Folha de Sao Paulo y al diario O Estado de Sao Paulo que en el horizonte del gobierno interino, en caso de que sea destituida en agosto Rousseff del cargo, estaba una política de privatizaciones.

El ex presidente dijo confiar en que la presidenta suspendida podrá sortear el juicio político que según su opinión ocurrió por una "venganza" del ex presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, aliado del vicepresidente rebelde Michel Temer, ambos del Partido del Movimiento de la Democracia Brasleña (PMDB).

"Cunha usó su cargo para impedirle la gobernabilidad a Dilma en 2015", analizó Lula.

"Lo que está ocurriendo en Brasil es una falta de respeto al voto popular y es un golpe patrocinado por los grandes medios que quieren criminalizar el Partido de los Trabajadores", afirmó en referencia a la Operación Lava Jato, que investiga la corrupción en Petrobras.

El líder del Partido de los Trabajadores es uno de los mejor posicionados para las próximas elecciones de 2018 a la presidencia, al lado de la ambientalista Marina Silva y el senador Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

Lula dijo que los opositores buscan "dar un golpe".

"Temer es un hombre que estudió, es un abogado. El sabe que el impeachment no es algo correcto de la forma como está ocurriendo, solamente el pueblo con su voto puede sacar a

Dilma", dijo en una región donde Rousseff llegó a tener entre el 80% y el 75% de los votos para su reelección en octubre de 2014.