Luciana Báez, la heredera inesperada

Luciana Báez, la heredera inesperada

Por decisión de su padre quedó a cargo de la dirección de Austral Construcciones

Aunque llevaba varios años trabajando junto a su padre en Austral Construcciones, Luciana Báez, la nueva heredera del emporio santacruceño, aprendió una nueva habilidad en los últimos días al frente de la empresa: interpretar las decenas de cartas documento que llueven todos los días en la sede central de la compañía. Con Lázaro Báez en la cárcel y Martín Báez, el mayor de los hermanos, asentado en Buenos Aires, Luciana quedó a cargo de la dirección de Austral por decisión de su padre.

Aunque el raíd de allanamientos en esta ciudad no llegó hasta su domicilio, ubicado sobre la calle Alcorta, Luciana Báez, vestida de calzas y un saco negro largo fue testigo el miércoles del comienzo de los operativos conducidos por el fiscal federal Guillermo Marijuan en las casas de sus padres y hermanos.

Al bajarse de la camioneta Ford 150 americana, la mujer de 36 años, no pudo evitar el rictus pálido del mal momento, al ver la casa familiar y la de sus hermanos, rodeada de fuerzas federales y prensa ávida por alguna imagen. Ese día su vivienda, no fue allanada, pero el jueves sufrió en carne propia el procedimiento: las fuerzas entraron a un local de venta de neumáticos que tiene en El Calafate. Ella posee el 95% accionario de Integral Alem, con dos sucursales en la provincia.

Al igual que el resto de sus hermanos se explayó con la constitución de varias sociedades, como Genika SA, en la que es socia de su hermano menor, Leandro para la compraventa, consignación, mandato, permuta, importación y exportación de vehículos. También creó una productora de contenidos audiovisuales y emisora de publicidad, a la que nombró Grupo4 SA, y se dedica a otro rubro tan diverso, como la venta al por mayor de carnes y derivados, excepto la carne de aves, con domicilio en Río Turbio.

Tambien se interesó por comprar tierras y cuenta con dos estancias en el margen norte del río Santa Cruz, que suman 8800 hectáreas y por los cuales pagó $ 1.272.000 en septiembre de 2011. Así lo dejó asentado en el Registro de la Propiedad Inmueble, según constató LA NACION. Por tener la firma autorizada en las empresas de su padre, cuenta con un abundante historial de más de 600 cheques rechazados en cuentas jurídicas, informó el Banco Central.

Hoy está al frente de las empresas, un poco empujada por las circunstancias, otro poco por decisión de su padre. Ayer, la sede de Austral volvió a ser allanada por las fuerzas federales, durante horas.

Hasta ayer era habitual verla en su oficina de la planta baja del edificio ubicado frente al aeropuerto. Siempre se encargó de tareas administrativas, pero desde que quedó sola al frente de Austral, Luciana comenzó a ocuparse de temas más sensibles. "Tenía una cara de perdida", recuerda un empleado que la trató en sus primeras horas en funciones.

"Siempre trabajó todos los días. Como todos los Báez, que son gente muy trabajadora. Se levanta muy temprano para ir a la empresa. Al mediodía vuelve a la casa para comer con sus hijos y regresa a la empresa hasta que anochece. Están más unidos que nunca", relató un vocero de la familia a LA NACION, que la define como "una mujer de carácter fuerte". Madre de dos hijos, está en pareja con Marcos Muller, quien creció en los negocios familiares, entre ellos el rubro automotor, gusto que comparte con sus cuñados. La mañana del miércoles, Muller salía de la casa de sus suegros minutos antes de que las fuerzas de seguridad establecieran consignas en Villarino 126.

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