El insólito crecimiento de la droguería que provee a la obra social camionera

La Justicia investiga a Droguería Urbana, proveedora exclusiva de medicamentos de alta complejidad y costo a la obra social de Camioneros, que gerencia la esposa de Hugo Moyano, Liliana Zulet. Uno de sus dos dueños, Marcos Hendler, es señalado como un hombre cercano al líder de la CGT que conectaría al sindicalista con la droguería investigada.
Urbana, que fue allanada por los jueces Norberto Oyarbide y Claudio Bonadío, está en la mira por la supuesta elaboración de expedientes falsos para lograr reintegros de la Administración de Programas Especiales (APE).

Cerca de Hendler no quisieron aclarar cómo conoció a Moyano. Además de compartir los negocios, ambos son del club Independiente, donde Moyano tiene amplia participación. Hendler es uno de los noventa representantes de los socios del Rojo en la Asamblea Anual.

El domingo pasado, PERFIL reveló una escucha telefónica que tiene Oyarbide en la que un hombre llamado Marcos solicita para Camioneros 19 troqueles falsificados de un medicamentos oncológico denominado Erbitux. El abogado de Hendler, el ex ministro de Seguridad bonaerense León Arslanián, informó a este diario que no está acreditado que se trate de su cliente, y que los dueños de Urbana se presentarán ante la Justicia en los próximos días para demostrar que tienen “todo en regla”.

“Un socio más.” Urbana y Audifarm SRL –la auditora de la obra social de Camioneros– pertenecen a Hendler y Cristian Di Marco. Hendler ingresó en ambos directorios a fines de 2006. Es cuando los activos de Urbana se multiplican un 500 por ciento en sólo un año. En julio de 2006, la droguería tenía 1.565.515 pesos de activo. Un año más tarde, creció a 5.492.226 pesos. El incremento es llamativo, ya que entre 2004 y 2005, el activo empresarial sólo había aumentado un veinte por ciento, y de 2005 a 2006, un cincuenta por ciento.

Sin duda, Hendler trajo buenos negocios. Con su ingreso, la facturación por venta de medicamentos se duplicó en un año, y se volvió a duplicar en 2008, llegando a facturar 30 millones de pesos. En la droguería trabajan apenas 21 personas, según los registros oficiales, y todos como empleados administrativos. “Es una oficina, no tiene estructura de droguería”, explica alguien que la visitó recientemente.

Las empresas que integra Hendler figuran aportando 410 mil pesos a la polémica campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.

Fuentes allegadas a la droguería cuestionaron los rumores de una supuesta sociedad comercial con Moyano: “Vendemos a varias obras sociales. Moyano es un cliente más. ¿Se piensa que si fuera socio nuestro tendríamos una deuda de 700 mil pesos con una de esas obras sociales que nos compra?”.

Marcos Hendler tiene 47 años y es de Villa Domínico. De joven, en el barrio, conoció a Pablo Echarri y desde entonces son grandes amigos. Hendler incluso se hizo cargo de la relación con la prensa en 2002 durante el secuestro de Antonio, padre del actor, y más tarde fue testigo del civil en el casamiento con Nancy Dupláa. En septiembre de 2005, Hendler y Di Marco crearon la farmacia Viamonte 1483 SRL. En el directorio figuraban ambos empresarios y Telma Beatriz Armando, madre de Echarri. PERFIL intentó comunicarse en dos oportunidades con Echarri para preguntarle por su relación con Hendler, pero el actor no respondió los llamados.

Tres años mas tarde, en marzo de 2008, Viamonte fue vendida a Héctor Rubén Ramírez, abogado y socio del asesinado Sebastián Forza, hoy señalado como uno de los miembros de la mafia de los medicamentos. “En realidad, la compraron Forza y Solange (Bellone, viuda del empresario asesinado en el Triple Crimen), pero figuraba Ramírez. La adquirieron a cambio de una camioneta BMW azul oscura y una serie de cheques.” Casualmente, el empresario detenido Gabriel Brito contó a PERFIL que los autos de lujo se utilizan como forma de financiación entre los empresarios de droguerías para no dejar rastro de la compraventa de sociedades que luego utilizan para comercializar medicamentos supuestamente truchos o robados.

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