Emoción y lágrimas en el histórico traspaso de mando entre 2 amigos

Emoción y lágrimas en el histórico traspaso de mando entre 2 amigos

El ahora exgobernador y el nuevo mandatario, Sergio Uñac, se fundieron en abrazos y muestras de afecto.

José Luis Gioja se paró en el centro del escenario del Auditorio Juan Victoria para recibir a su sucesor en el sillón de Sarmiento, Sergio Uñac, quien bajaba por una de las escaleras laterales, junto al vice Marcelo Lima, recibiendo el saludo de los presentes. Fue el preludio de un traspaso de mando lleno de sensaciones, que se cristalizó ayer cuando el primero le colocó la banda al pocitano. Entre los dos amigos hubo abrazos con fuertes palmadas, besos en la mejilla, miradas con los ojos humedecidos, palabras de agradecimiento y un cariño que se puso de manifiesto cuando ambos juntaron sus frentes. No era para menos. Gioja deja la Gobernación tras 12 años y Uñac es el encargado de continuar un proyecto político que dejó obras imponentes y transformaciones en la provincia, al que tratará de darle su sello personal.

Uñac hizo todo lo posible para no romper en llanto por la emoción, pero sus ojos delataron la caída de más de una lágrima. Antes de recibir los atributos, respiraba hondo y se le notaba que tenía un nudo en la garganta cuando relojeaba el bastón de mando y la banda de Gobernador que estaban sobre un atril, al igual que cuando contemplaba lo desbordado de gente que se encontraba el Auditorio.

Además del impacto emotivo que le significó que Gioja le colocara la banda, el segundo golpe sentimental para Uñac fue cuando su esposa Silvana Rodríguez le entregó el bastón de mando. Su mujer se mostró serena durante la ceremonia, pero su rostro revelaba el mismo cariño y admiración que sintió cuando se enamoró de él, hace 26 años. Hubo un choque de miradas tiernas entre ambos que culminó con un sentido beso. Y los hijos también sumaron su aporte emocional. Melania, la mayor, quien no podía retener sus lágrimas, fue la primera en acercarse y colgarse de los hombros y posar su cabeza en el pecho de su padre. Facundo, el menor, no se hizo problemas en soltar su llanto de orgullo, mientras que Gonzalo no paraba de mostrar una sonrisa de oreja a oreja. La presencia familiar se completó con el apoyo de su hermano Rubén, diputado provincial y vice primero de la Legislatura, y su madre Dora, quienes lo abrazaron calurosamente.

Para Gioja el momento también fue especial. Ayer cumplió 12 años dirigiendo los destinos de la provincia y ahora su horizonte está en la Cámara de Diputados de la Nación, donde además será vicepresidente primero. En todo momento recibió el afecto y el agradecimiento de Uñac y el cariño y los apretones cariñosos de otro de sus amigos, Marcelo Lima. El exgobernador se apoyó en su esposa, Rosa Palacio, quien también se encontraba sumamente emocionada. En todo momento recibió aplausos estridentes del público y luego de colocarle la banda a Uñac, tuvo que despedirse para viajar a la asunción del presidente Mauricio Macri. En ese momento, cuando salía, extendió sus brazos y su rostro reveló un dejo de tristeza, ya que se alejaba del acto en el que dejó de ser gobernador.

La carga emotiva que reinó en el Auditorio impregnó a muchos de los presentes. La diputada nacional Graciela Caselles no paró de llorar y el nuevo ministro de Planificación e Infraestructura, Julio Ortiz Andino, no pudo contener las lágrimas. Inclusive hubo militantes y funcionarios a quienes se les notaba en sus rostros el cimbronazo sentimental que representó el traspaso.

En su discurso, Uñac dijo que sus palabras iban a nacer del corazón y así reconoció que latió muy fuerte cuando vio a Gioja que lo esperaba en el escenario del Auditorio y cuando le puso el atributo celeste y blanco. Por eso, resaltó que “siento un inmenso agradecimiento por ser el continuador de un proyecto político que ha generado profundas transformaciones en la provincia”. Destacó que los atributos que recibió “más que de poder, son de servicio (Ver recuadro).

El nuevo Gobernador remarcó que actuó con lealtad cuando estuvo al frente del Ejecutivo por el accidente que sufrió Gioja en octubre de 2013. Indicó que en esa situación “era tomar el camino que a mí se me ocurriera o el que correspondía, el de responder con lealtad a quien había confiado en mí”. En una señal a la oposición, convocó a todos porque aseguró que “se pueden seguir haciendo cosas para que San Juan sea nuestro orgullo y una de las provincias más prósperas. Hemos alcanzado muchos sueños y la única manera de seguir alcanzándolos es romper con los viejos antagonismos como oficialismo y oposición. Los invito a que pensemos en que si trabajamos juntos tenemos un destino común”. Es que, sostuvo, “en la función pública siempre queda algo por hacer porque las necesidades se renuevan”.

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