Elisa Carrió: "Yo no me peleo con Macri; garantizo la institucionalidad"

Elisa Carrió:

Más conciliadora, rescata su vínculo con el Gobierno y es optimista sobre la economía; elogia a Francisco e incluso rescata a la Corte

-¿Cómo evalúa la situación económica en el inicio del año?

-Cuando hice un recorrido por el país en junio dije que venían los meses más difíciles de la historia contemporánea y que el desafío era sostener la república y la democracia en la crisis que se venía. Creo que se pasó una devaluación histórica. Hubo errores allí, pero esto estructuralmente se corrigió. Aun con recesión tenemos una mejora decisiva en la balanza comercial. No hay problema con la deuda. Ahora el gran desafío es bajar la inflación, para bajar la tasa.

- ¿Y la reactivación económica?

-El sufrimiento de la Argentina y de sus clases medias y pymes ha sido enorme. Pero creo que esto tiene un sentido de futuro que hoy no se revela, pero que en poco tiempo se verá, que es dejarles a las futuras generaciones, en medio del totalitarismo que avanza en el mundo, un país republicano, ubicado en el centro democrático, que pueda hacer política exterior de no violencia y antifascista.

-Pero ¿ve este año la posibilidad de salir de la recesión?

-Salir de una manera rápida no vamos a poder, por una razón sustancial: que si no, nos sube la inflación. Creo que va a ir mejorando sobre todo a partir de junio, julio, agosto. A fines de año vamos a estar mejor que ahora. Lo que está esperando la inversión para venir a la Argentina es saber si gana Macri o gana Cristina . Es decir, si somos Maduro o si vamos a esta concepción republicana. Mi objetivo era lograr que el país vuelva a ser lo que era durante Marcelo T. de Alvear. Porque yo ubico el comienzo de la debacle argentina en el golpe de Uriburu. Este va a ser el primer gobierno no peronista que gobierna en minorías y que termina el mandato en paz, con la primera Navidad en muchísimos años pacífica, donde yo creo que tuvo que ver muchísimo Carolina Stanley , pero también el propio Francisco. Porque yo recuerdo en octubre, cuando tuvimos el intento de golpe cambiario y político, lo pasamos. Y yo ahí estuve junto al Presidente. Porque la gente cree que yo me peleo con el presidente. No, yo garantizo la institucionalidad. Después puedo discutir todo lo demás.

-¿Por qué dice que Francisco contribuyó a la paz de fin de año?

-Cuando yo digo esto en un momento sale el Papa diciendo "hay que ayudar a Mauricio". Y la segunda cosa que dice el Papa, a través de Grabois, es "queremos que haya elecciones el año que viene". Estas dos definiciones, más los acuerdos hechos en Desarrollo Social, pacifican la Navidad. Pero todo venía para repetir la historia.

-¿A quién atribuye ese intento de golpe?

-A los sectores corporativos de siempre, que estuvieron en todos los golpes. Mi batalla contra la corporación política ya fue dada. Todos los que yo denuncié en estos años están presos; me queda uno que es Aníbal [Fernández], pero sobre quien estamos trabajando silenciosa y arduamente. Y con la ley de recuperación de activos del DNUme parece bárbaro. Es una ley civil, la sacó el presidente, se corregirán si hay errores, pero la ley que viene del Senado es una vergüenza.

-¿Por qué pasaron varios meses sin verse con Macri y qué hablaron en la reunión esta semana?

-Nosotros estuvimos muy juntos cuando vino el golpe devaluatorio. Ese día que el dólar se va a 40, estaba todo preparado por el establishment. Lo que hicieron los laboratorios rescindiendo ese día el contrato con PAMI fue terrible. Las reuniones con él son muy divertidas. Él me reta, yo lo reto. Es lo más gracioso que hay. Lo trato como a mi hermano menor porque es ingeniero. Nos decimos todo y además no lo dejo hablar. En esa reunión de octubre me hice la enojada. Le pedí el juicio político a Garavano, pero en realidad era para impedir el pacto de impunidad de Menem. Le pego a Garavano, pero en realidad le estoy pegando a todo el proceso de impunidad, que podía ser un pacto originado desde Pichetto con algunos sectores del Gobierno.

-¿Y de qué hablaron el jueves?

-De todo, somos muy amigos. Mi razón para no hablar con algunos es saber lo que pasó con Quintana. Yo no le oculto nada a la sociedad. Pero la política la hago en forma reservada. Ninguno de los dirigentes de mi partido saben lo que yo hablé con el presidente. Ni ustedes lo van a saber. Estuvimos dos horas hablando.

-¿Y qué pasó con Quintana?

-Lo único que puedo responder es que lo humano es político y estas cosas no se hacen. Punto. Y no las quiso hacer el Presidente. Lo hizo gente que lo rodea y que además creía que retomaba el poder.

-En el Gobierno hay quienes plantean que así como están las cosas, sin tocar mucho, pueden ganar la elección.

-Hacen falta muchas cosas más. Por ejemplo, el tema pyme, la baja de impuestos. Hay que bajar impuestos y simplificar impuestos, pero ahora las que tienen superávit son las provincias. Porque un gran logro de este gobierno es que volvió el federalismo.

-Pero después les cuesta que los acompañen en el Congreso.

-Bueno, esto es el toma y daca. Es lo que dice Monzó, la rosca política. Yo creo en la negociación política inteligente. Esto me aleja definitivamente de Monzó cuando la rescata. Él no quiere que yo hable porque dice que hago líos, pero también salvo gobiernos. Me quedan tres años de mandato, estoy planeando mi vida posterior. Me voy a dedicar de lleno a la campaña para la reelección de Mauricio. No voy a postularme más. Ya este año abro el estudio y empiezo a organizar mi vida futura. Estoy libre. La última broma que le dije al Presidente fue: "Mirá si soy tu vice". Estalla todo. Yo hago el golpe al otro día. Destruyo el Senado, adonde nunca quise ir, porque es un asco. Todo ese sistema de privilegios, de autoridades.

¿Qué tendría que tener un segundo mandato de Cambiemos? Porque la gente está un poco desilusionada

-Claro, sí, está desilusionada. Yo pensé que esto que vivimos ahora lo íbamos a vivir en el momento de asumir. Las Lebac fueron un error. Esta crisis la tendríamos que haber tenido antes, para sanear más la economía. Hemos fallado en la lucha contra el hambre, por eso estoy trabajando con los bancos de alimentos. Hay una gran oportunidad de que la Argentina tenga un liderazgo republicano, de centro moderado, tolerante y humanista. La pelea hoy es humanismo versus fascismo.

-¿Algo de esto está en juego en las elecciones por un posible regreso del kirchnerismo?

-Sí, porque si no te vas a Rusia, o Maduro, si ganara Cristina.

¿Hay posibilidades de que gane?

-No. Pero esa es la amenaza. Las necesidades de la Justicia están antes de las necesidades electorales. Nosotros no somos oportunistas. Por eso yo a Bolsonaro no voy. No cuenten conmigo para eso.

¿Hay una mayoría peronista en la Corte?

-Yo creo que esos son prejuicios. Rosatti es un gran jurista. Me parece que tendrían que bajar un poco los decibeles del prestigio. Elena [Highton], que es un encanto de mujer, fue maltratada y coaccionada por Lorenzetti . Ella no quiere decirlo. A ver dónde están los pañuelos verdes. Maqueda es una buena persona, es apegado al derecho. A Rosenkrantz lo conozco menos, pero es Nino-Boy. Creo que tienen que recomponer y consensuar un nuevo secretario de la Corte. Sinceramente hay fallos que yo votaría igual que ellos. Y Macri no se tiene que enojar por un Poder Judicial independiente. El que sí hace todo a propósito es Lorenzetti, que es la figura siniestra.

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