Sus seguidores lo definen como el tigre, pero él se autoproclama rata y tauro. Sergio Tomás Massa (Frente Renovador) recurre a los signos del horóscopo chino y del zodíaco para describir su personalidad. En el octavo piso del hotel Sheraton, frente al parque 9 de Julio y antes de partir a Famaillá, a la Fiesta Nacional de la Empanada, el líder del Frente Renovador (FR) sostiene que su forma de manejarse en la vida consiste en plantearse objetivos, y avanzar construyendo el camino para llegar a ellos.

Massa quiere ser presidente de la Nación, y en esa línea debe entenderse su visita de ayer a Tucumán. Había venido en febrero pasado -también a Famaillá- para lanzar su partido en esta provincia. Ahora, el diputado nacional regresó a estas tierras para consolidar ese armado, y fue recibido por los legisladores José Teri, José Orellana yGerónimo Vargas Aignasse y otros dirigentes locales, como José Carbonell, Mario Koltan y Victor Arias.

¿Quién será el hombre de Massa en Tucumán? El ex intendente de Tigre (Buenos Aires) se guarda por ahora esa carta. “Los candidatos los van a elegir los tucumanos, no yo. Qué feo sería que venga con el dedo a imponer un nombre; es lo peor que puede suceder en la política argentina, venir y señalar con el dedo a fulanito”, dice el ex funcionario kirchnerista, en diálogo exclusivo con LA GACETA.

Más allá de la incógnita, en la conversación surgen algunos nombres, como los del diputado radical José Cano y del intendente capitalino Domingo Amaya. En tiempos de conformación de alianzas y de gestos políticos, Massa le hizo un “guiño” a su colega opositor en el Congreso y le tiró algunos “palos” al jefe municipal. “Dicen que (Amaya) es un dirigente que tiene vocación de crecer y de mostrar algo más, pero la diferencia no se debe mostrar sólo en la ambición política”, señaló el peronista disidente.

- ¿Cómo se está armando el Frente Renovador en Tucumán?

- Tengo la satisfacción de ver un proceso de crecimiento en todo el país y en Tucumán, producto de la inserción nacional del Frente Renovador. Pero no hay que perder de vista algo: lo importante no es el armado político, sino lo que le pasa a la gente, como la inflación, la inseguridad y la pérdida de puestos de trabajo.

- Las encuestas de orden nacional muestran a los principales candidatos con muchas oscilaciones. ¿Cómo vive ese escenario?

- Creo que tenemos un esquema consolidado. Todos dicen: ‘sube fulano, baja mengano, pero fulanito -que somos nosotros- se mantiene’. Ningún encuestador nos da menos de 25 puntos, y algunos nos dan 30. Una fuerza nueva representando un cuarto o un tercio de Argentina, es fuerte.

- Ese esquema nacional se muestra con cierta amplitud, pero es difícil imaginar al Frente Renovador uniéndose con el PRO...

- Va a depender mucho de lo que representemos electoralmente. Creo en un rol del Estado que nos define matricialmente, y nos hace pertenecer no a una lógica de vuelta a los 90, ni de con continuidad del presente, sino cuidar lo que está bien pero asumir las cosas para cambiar, sin refundar la historia.

- Los candidatos massistas en Tucumán, ¿cómo los va a elegir?

- Los candidatos los van a elegir los tucumanos, no yo. Qué feo sería que venga con el dedo a imponer un candidato. Puedo aconsejar este grupo de dirigentes, decirles que sigan ampliando; tenemos que expresar algo plural, que miren a los sectores del radicalismo que sean respetables y serios, que miren a los sectores del peronismo que están cansados del látigo y la chequera; les digo eso, permanentemente.

- ¿Qué alianzas no apoyaría?

- Lo que no me gustan son las alianzas contra nadie. Me gustaría que nuestros dirigentes participen, en todo caso, de un acuerdo por Tucumán. Por ejemplo, debe haber acuerdo por políticas de vivienda para que los más de 100.000 tucumanos que hoy tienen condiciones de crédito, pero no pueden acceder a la vivienda, puedan hacerlo.

- ¿Se siente identificado con quienes lo mencionan como la derecha del peronismo?

- (Ríe) Si pelear contra la delincuencia y creer que la inseguridad es un drama es ser de derecha, entonces soy de derecha. No tengo miedo en ser firme en la lucha contra el delito, de exigir penas más duras.

- Ahora va a la Fiesta de Famaillá. ¿Con quién no comería una empanada? Se dice que van José de la Sota, Amaya...

- Si José (de la Sota) llega, comeríamos varias empanadas. Pero hablé con él anoche y me dijo que tenía un foro. Quedamos en vernos en Buenos Aires el lunes.

- ¿Y con Amaya?

- No lo conozco. No lo conozco. Sé que es el intendente de Alperovich en la capital, dicen que es un dirigente que tiene vocación de crecer y de mostrar algo más, pero la diferencia no se debe mostrar sólo en la ambición política, la diferencia hay que mostrarla también, justamente, en qué temas te diferencian. El día que decidimos armar algo nuevo fue porque nos cansamos del sectarismo. Lo hicimos público. No alcanza con decir las cosas que se piensan a escondidas y en una charla off the record para quedar bien con el periodista. Hay que decirle a la gente lo que se piensa; si no aparece el doble discurso, lo que se dice por debajo y lo que dicen públicamente. Hay que perderle el miedo al látigo y la chequera, porque Argentina entra en una etapa de consensos.

- ¿Y con Cano? ¿Comería?

- Con José (Cano) estaría toda la noche comiendo empanadas y tomando vino. Seguramente charlaríamos como charlamos en el parlamento, y estaríamos de acuerdo respecto a muchas de las cosas que Tucumán necesita...

- ¿Tiene formada una opinión del caso “Lebbos”?

- Lo que no nos puede pasar es que el poder termine generando impunidad. Tenemos que ir a fondo, se llame como se llame quien haya cometido el delito.

- Se habla mucho de los saqueos, y Tucumán los ha sufrido. ¿Cómo se los previene?

- Si hay información, se debe judicializarla, y tener firmeza desde todos los sectores de la política: el que saquea es un delincuente, y a los delitos hay que condenarlos.

- ¿Cómo se genera un cambio con los mismos nombres?

- Depende. En algunos temas están los mismos nombres, pero por ejemplo en educación estáGustavo Iaies, que viene de ser inclusive un referente el radicalismo en temas educativos. El problema es que los más visibles son los más conocidos. A veces se genera un círculo vicioso: el más conocido termina siendo el que más lugar ocupa porque el menos conocido sigue siendo poco conocido. 

- ¿Qué deseo tendría de cara al Bicentenario de la Patria de 2016?

- Mi deseo como país es que sea el año de la concordia, en el que los que piensan distinto se puedan sentar a una mesa, que se terminen las divisiones en las familias, que ese bicentenario sea de la unidad argentina para la puesta en marcha de un proyecto de desarrollo.