Coronavirus: radiografía de un virus con forma de corona

Coronavirus: radiografía de un virus con forma de corona

Historia, causas, diagnóstico y pasos a seguir ante un virus que mantiene al mundo en alerta.

Por Eugenia Muzio

Los centros de salud en Argentina están preparados, aseguró el Ministerio de Salud por el brote de coronavirus

Colegios y shoppings cerrados. Uso de barbijos en la calle y el transporte público. El precio del alcohol en gel aumenta. Un animal sospechoso de ser el culpable. No, no es una imagen de la pandemia del virus H1N1 en Argentina en 2009: es el coronavirus que se extiende al mundo desde China y que obliga una vez más a otros países a tomar medidas de prevención extremas e intentar llevar calma a poblaciones muy estimuladas por el cine catástrofe.

A la fecha, ya son casi 12.000 los casos confirmados en 26 países. Las muertes ascienden a 259, ocurridas la mayoría en en la provincia de Hubei, en el centro-este chino y cuya capital es Wuhan, el lugar donde se originó el brote de síndrome respiratorio agudo causado por el virus 2019-nCoV, familiar del MERS-CoV y del SARS-CoV: todos parte del grupo de , es decir, coronavirus.

Los síntomas no difieren mucho de una gripe habitual. Fiebre, tos, dificultades respiratorias. Las autoridades chinas estimaron que el período de incubación va de 2 a 12 días con un   promedio de 7 días. Así que lo que alerta y activa los protocolos de los distintos países es que el paciente haya tenido un viaje reciente al país asiático.

Historia del virus

No es la primera vez que un miembro de este “clan” aparece para reclamar territorio: el primer brote, del SARS, se dio también en China pero en Guandong en 2002; diez años después en 2012, el MERS irrumpió en países del Medio Oriente y ahora el 2019-nCoV deambula una vez más por el país gobernado por Xi Jinping desde 2013.

El primer caso del “nuevo coronavirus” se detectó el 8 de diciembre del pasado año y luego, el 31 de diciembre de 2019 la Comisión de la Salud Municipal y Sanidad de Wuhan informó sobre un grupo de 27 casos de neumonía con etimología desconocida, con una exposición común al mercado de mariscos de esa localidad. Ya el 7 de enero de 2020 las autoridades chinas identificaron al causante como un nuevo virus de la familia del Coronaviridae.

Si bien hoy asusta el avance del contador de fallecimientos, la tasa de mortalidad de este nuevo virus es sólo del 2,3% cuando el de la epidemia de los países de mediorientales era del 35% y el que irrumpió en Guandong del 10%, según un informe el Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.

Quién es el causante

Tal como ocurrió con otras epidemias de la historia, el contagio proviene de los animales. Los primeros casos en Wuhan estuvieron estrechamente relacionados al contacto con el mercado de mariscos regional en el que la forma y preparación de los animales resultan casi incomprensibles para la lógica occidental: con vida.

En Medio Oriente los transmisores fueron los dromedarios o camellos. Esta vez, la comunidad científica se debatía entre murciélagos o serpientes. Sin embargo, un estudio del Instituto Nacional para el Control y la Prevención de Enfermedades Virales del Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades, a la que accedió BAE Negocios, confirmó la relación en un 99% del virus que transmiten los murciélagos con la presencia en ocho de los pacientes infectados en Wuhan.

“Nuestro análisis filogenético del 2019-nCov, secuenciado desde muestras tomadas por nueve pacientes, mostró que el virus pertenece al subgénero “sarbecovirus”. 2019-nCoV es más parecido a dos cepas de coronavirus que derivan de los murciélagos, bat-SL-CoVZC45 y bat-SL-CoVZXC21, que las infecciones humanas conocidas de coronavirus. Incluido el virus que causó el brote de SARS en 2003”, reza la publicación científica.

Sólo uno de los nueve pacientes estudiados no había tenido exposición directa con el mercado de mariscos de la región china, sino que se había hospedado en un hotel cerca de ese centro comercial. “Este descubrimiento sugiere que el paciente fue contagiado por otro infectado o por una fuente desconocida”, asegura el instituto chino.

Expansión y prevención

El mapa de la expansión del nuevo brote concentra la mayor cantidad de casos en China y sus países limítrofes en tanto que ya aparecieron casos en Australia, varias naciones europeas y en distintos lugares de Estados Unidos. La enfermedad, en estos lugares, fue importada por personas que habían viajado al país asiático semanas anteriores o habían estado en contacto con gente que estuvo allí.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró esta semana tras varias reuniones y críticas por la demora la “emergencia en salud pública internacional” por el brote de coronavirus, aunque los diferentes países ya habían extremado medidas para protegerse de posibles casos.

En América Latina aún no hay casos y en Argentina, el ministerio de Salud ya comenzó a equiparse para el diagnóstico temprano de la enfermedad y diagramó un protocolo de actuación. En diálogo con BAE Negocios, el infectólogo Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y parte del grupo de expertos que se reunió con el ministro Ginés González García para evaluar las medidas a tomar, descartó un posible brote epidémico en el país.

“Puede haber casos importados pero no una epidemia. Primero porque estamos a contraestación. El verano no favorece la transmisión de la enfermedad. En cambio en China y el hemisferio norte se encuentran en invierno y es más fácil para el virus propagarse en los aglomerados de gente”, consideró.

Y señaló: “Además, Argentina no tiene vía directa con China. Todos los vuelos triangulan en Europa por lo que allí ya pasan por los controles de fiebre que ya se están implementando en aeropuertos. La cantidad de pasajeros provenientes de ese país al nuestro es poca”. 

Cuál es el protocolo

López coincidió con el comunicado que lanzó en estos días la cartera de Salud en el que se afirmó que Argentina “ya tiene una capacidad instalada que ha dejado la pandemia de influenza de 2009”. Tanto los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires como el Hospital Posadas de la zona oeste y el Hospital Eurnekian de Ezeiza están preparados para aislar a los pacientes que presenten un cuadro gripal y constituyan un “caso sospechoso”.

De esas reuniones entre el Ministerio y grupos científicos se definió que un caso sospechoso será:

Todo paciente que ingrese con infección respiratoria aguda grave “y sin otra etiología que explique completamente la presentación clínica y haya viajado o haya estado en Wuhan o en zonas con circulación viral activa en los 14 días anteriores al inicio de los síntomas”.Un “trabajador de la salud en un entorno que haya asistido casos sopechosos probables o confirmado”;  Un “paciente con enfermedad respiratoria aguda con cualquier nivel de gravedad que dentro de los 14 días previos al inicio de la enfermedad tuvo contacto estrecho con un caso probable o confirmado de infección por 2019-nCoV, o exposición en un centro de salud que haya asistido casos confirmados o visitado o trabajado en un mercado de animales vivos en cualquier ciudad de China o haya viajado o haya estado en Wuhan o en zonas con circulación viral activa.

Dadas estas condiciones, se aislará al paciente y se probará detectar primero el virus de la Influenza (gripe) para lo que el ministerio ya reforzó capacidad de diagnóstico y luego se hará la prueba del coronavirus. El instituto Carlos Malbran (ANLIS) es el encargado de realizar la prueba de la enfermedad.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

El diagnóstico de un caso sospechoso que se confirma comienza con un hisopado y termina con una curva fluorescente.

La técnica para diagnosticar coronavirus es la misma que utilizaron los científicos chinos para secuenciar el virus: PCR en tiempo real. El primer paso es la extracción de una prueba inicial a través de un hisopado nasofaríngeo, orofaríngeo, esputo o suero. De allí, se extrae una muestra de ARN (ácido ribonucleico) que es aislada en un tubo de ensayo para ser estudiada por PCR (polymerase chain reaction), es decir, una enzima que cataliza la reacción en síntesis.

En ese tubo de ensayo, además del ARN se adosan los reactivos necesarios y una marcación fluorescente. Estas sondas son cadenas cortas de ADN que se complementan a una región específica: la partícula viral y material genético del virus. La sonda reconoce esa región y emite una señal a medida que se van generando nuevas copias de ADN. Esa fluorescencia es detectada por el laser del equipo y el colectada mostrando una curva que crece e indica la presencia de lo que se está buscando. En este caso, la presencia de coronavirus.

¿Alarma o precaución?

De acuerdo al infectólogo Eduardo López, el problema de este nuevo brote reside en la falta de tratamiento. “No hay una droga para el coronavirus. No hay una vacuna. Estados Unidos y China ya estudian una posible solución pero el estudio llevará por lo menos entre 6 meses y un año”, aseguró.

Varios gobiernos e incluso la comunidad médica recomienda suspender o posponer los viajes a China al menos hasta que la alerta de la OMS haya bajado de categoría. Si se visita el país de todas formas, sugieren uso de barbijo y constante higienización con alcohol en gel.

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