Michelle Bachelet no le encuentra la vuelta a su segundo mantado. Apenas el 17% de apoyo alcanzó en julio su gobierno, según la encuesta Adimark, una de las tres más importantes de Chile.

Las cifras dan cuenta de una profundización de la crisis política que vive Chile y probablemente precipitará cambios en el gabinete del cual ya se habla fuerte en los pasillos del palacio de gobierno.

El número es el peor de sus dos mandatos, baja dos puntos respecto de junio pasado y además viene con el 81% de rechazo. Como conductora del país, la presidenta mantiene el 22% de adhesión de la medición anterior, pero preocupa en el Palacio de la Moneda que dos de sus reformas clave estén mal consideradas por la ciudadanía: la educativa y la laboral, ambas aún en trámite.

También causa inquietud el rechazo a esa gestión, del 73%, el más bajo desde que se realiza la encuesta hace diez años.

La ministra que encabezaría el recambio del gabinete es Javiera Blanco, de Justicia, que enfrentó una dura interpelación en el Parlamento el martes pasado por profundas crisis en dos de sus servicios: Gendarmería (carceleros) y el Sename (Servicio Nacional de menores).

El primero está cuestionado por millonarias jubilaciones de algunos de sus directivos y el segundo vio aparecer hace dos semanas un dato que estaba escondido: en los últimos 10 años, en los hogares para vulnerables o con problemas por delincuencia, han fallecido al menos 477 chicos. Blanco es la última amiga de Bachelet en el gabinete, y trabajó con ella en su campaña presidencial.

Nueva Mayoría, el conglomerado oficialista, ya asumió que tiene quiebres que podrían llevarlo a fracasar como coalición.

De hecho, el propio vocero del gobierno, Marcelo Díaz, habló hace unos días de un "agotamiento del modelo de gobernabilidad".

Ayer, al enfrentar las críticas por el nuevo desplome, dijo: "Nos ha tocado difícil como gobierno, no son tiempos fáciles para la política y el gobierno es parte de la política". Aludió también a que existen intereses "poderosos" de quienes no les gustan los cambios estructurales que están impulsando, pero añadió que "frente a las encuestas, tesón convicción, compromiso y trabajo".

Otro sondeo, Cadem, le había dado 20% de aprobación a Bachelet el domingo último.

Ayer, en paralelo a Adimark, otra encuesta, la Cerc-Mori, ubicó como los políticos con mejor futuro a Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, en una carrera presidencial que si bien no es oficial, ya está desatada y asumida por todos los sectores de cara a las elecciones del próximo año.

En las calles, si bien no hay efervescencia social, dos grandes movimientos se manifestaron en los últimos días, incluyendo ayer a los universitarios, por la reforma de la educación superior, y a los pensionados y futuros pensionados, por el modelo que administra sus ahorros en empresas llamadas AFP.

Mientras en La Moneda digerían estos escenarios -Bachelet dedicó una reunión de su equipo al tema pensiones- y el desastre en las encuestas, la Corte Suprema entregó una buena para la familia de la mandataria al dejar en acuerdo el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago, que elevó a cuatro años de cárcel a los dos oficiales de la fuerza aérea chilena condenados por las torturas que terminaron causando la muerte a su padre, el general Alberto Bachelet, en marzo de 1974. La viuda Ángela Jeria reiteró escuetamente que no busca revanchas, sino justicia, y que acatará el fallo aunque éste no sea de su gusto.

El otro flanco que tenía abierto Michelle Bachelet era el caso conocido como "Nueragate", en el que está procesada su nuera Natalia Compagnon por un negocio inmobiliario en el que la acusan de actuar con el favor político de la presidenta para lograr un millonario crédito a su empresa, Caval, por parte del Banco de Chile.

Anteanoche se conoció la declaración reservada que realizó la mandataria el 24 de mayo pasado ante el fiscal que investiga el caso. "Yo no realicé nunca una gestión por la empresa Caval", dijo en una de sus respuestas, y agregó que ni siquiera conocía el nombre de la firma de Compagnon. Ayer se sumaron críticas desde la oposición, que calificó su declaración como "inverosímil".