Cal y arena

Cal y arena

Por Eduardo Cantaro

Sin dudas, Julio Grondona fue uno de los dirigentes más importantes del fútbol argentino, sudamericano y mundial. Su muerte deja un gran vacío en el poder del deporte rey, no sólo en la AFA, sino también en la Conmebol y la FIFA.

Incertidumbre. La muerte de Julio Grondona deja un tendal de dudas en la Asociación del Fútbol Argentino, que tendrá que reinventarse tras un período presidencial de 35 años que no tiene un heredero natural. Sin oposición y con un gobierno personalista, Grondona sumó poder desde la calle Viamonte hacia el mundo futbolístico que asumió el cargo, el 16 de abril de 1979.  Venía de ser exitoso presidente de Independiente, que en esos años consolidaba su propio mito de Rey de Copas. Joven y pujante, con esos laureles llegó a la AFA, poco menos de un año después del primer campeonato del mundo ganado por Argentina.

“El hombre de Lacoste no era yo, tampoco Ignacio Ercoli, y sí Rafael Aragón Cabrera. Me lo dijo Eduardo de Luca. Yo le puedo asegurar que nunca anduve con los diferentes gobiernos. En el ’76 los militares me quisieron imponer como candidato a intendente de Avellaneda. El que me lo pidió fue un tal coronel Fernández, que venía de Salta. Le dije que no. Zafé, sin quedar mal, al estar las paredes pintadas con mi nombre como candidato a presidente de Independiente. Y en el ’83 tampoco quise la intendencia que me ofreció Alfonsín”, decía el mandamás de AFA en un reportaje hace 10 años.

El “sin quedar mal” fue la clave de su mandato, donde tuvo que “transar” con todo el mundo. Así, rodeado de polémicas y buenos manejos dirigenciales, llegó a convertirse en un hombre clave para el fútbol sudamericano y para el fútbol mundial, sus buenos oficios lo llevaron, más temprano que tarde, a la vicepresidencia de la FIFA de la mano del brasileño Joao Havelange. En la casa matriz del fútbol presidió 7 comisiones, entre ellas la de Finanzas, desde donde se jactaba de firmar cheques con cifras siderales.

Pocos meses después de su asunción en AFA la selección argentina logró su primer Mundial Juvenil sub 20, con César Luis Menotti a cargo del grupo de pibes donde se destacaban Diego Maradona y Ramón Díaz. Con el paso del tiempo esa categoría se convirtió en la más poderosa del mundo, llegando a sumar 6 títulos mundiales. También consiguió los dos oros olímpicos (Atenas 2004 y Beijing 2008), única presea histórica que faltaba en la vitrina albiceleste.

Había prometido retirarse de la presidencia de AFA en 2015, para dar paso a una transición ordenada y colaborar con el nuevo mandatario, agotado por los golpes en su vida privada. El más duro, el que más sufrió, fue hace dos años, con la muerte de su compañera de vida, Nélida Pariani. Ese día se sacó su famoso anillo con la frase “Todo pasa”, regalo del dirigente Noray Nakis, y con el cual justificaba todo lo que ocurría alrededor del fútbol. “El dolor por tal pérdida nunca va a pasar”, había dicho.

Hasta último momento estuvo involucrado en maniobras polémicas, ya sea por negocios propios o de quienes lo rodeaban. La reventa de entradas en la Copa Mundial de Brasil 2014, donde estuvo implicado Luis Segura, fue el corolario de los sucesivos hechos negativos que se sumaron a lo largo de las tres décadas y media del mandato. Y aunque luego se aclaró que “no se revendía, sólo se ayudaba a hinchas argentinos sin tickets”, la salida a luz de la acción lo dejó más que consternado. En el tendal de negocios quedaron casos como los de ISL y otras empresas de marketing deportivo de dudosa procedencia y turbios manejos.

No muchos saben que en 1986, durante la Copa Mundial de México, estuvo enfrentado con Havelange por el tema de los horarios, reclamo de los jugadores iniciado por Jorge Valdano y Diego Maradona. Grondona entendía que el pedido era justo y se puso de lado de los deportistas, pero no pudo hacer nada ante la contundente negativa del rudo presidente de FIFA.

Con su habilidad supo virar el timón de la selección con diferentes estilos, como el salto que dio en 1983 para suceder a Menotti con Carlos Bilardo, y volver a cambiar de estilo en 1991 con Basile a la cabeza del equipo. En total fueron 10 los técnicos de la albiceleste que trabajaron bajo su presidencia.

“AFA rica clubes pobres” fue el lema de los últimos años para hacer referencia a la crisis institucional que sufrieron (y sufren) los clubes del fútbol vernáculo, a pesar del gran crecimiento que hubo en el deporte con el desembarco masivo de la televisión, que aportó grandes cantidades de dinero que quedaban en arcas de la AFA.

La selección estuvo en 5 finales mundialistas a lo largo de la historia, tres de ellas bajo el mandato de Grondona. También fue en su mandato donde descendieron cuatro de los cinco grandes y donde consiguieron el campeonato clubes impensados en el pasado como Ferro, Argentinos, Lanús, Banfield y Arsenal, este último fundado por Julio en enero de 1957.

Nunca se hizo cargo de las muertes en el fútbol, las barras bravas, ni de la creciente violencia que comenzó a desbordar en las canchas a principios de la década del 80. Para él, siempre era una cuestión social o un problema de los gobiernos. El remedio para esa “enfermedad” fue dejar al público sin poder asistir de visitante.

La muerte de Grondona deja un vacío enorme y desarma una estructura de poder internacional. Hábil como pocos para los negocios, era la mano derecha de Joseph Blatter, que ahora necesitará reacomodarse sin una de sus armaduras más seguras. Sudamérica logró 6 plazas en Brasil 2014 gracias a su muñeca negociadora, que siempre supo traer agua para el molino propio.

La AFA también deberá reorganizarse y reconvertirse sobre un legado que dejó un dirigente que se mantuvo durante 8 mandatos con 7 reelecciones.

La muerte de Grondona no sólo fue la muerte del presidente de una Asociación Nacional de un deporte. Fue la muerte de un caudillo que supo hacerse respetar, más allá del fútbol.

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