Antes de la megamarcha, Maduro embiste a los medios y a la oposición

Antes de la megamarcha, Maduro embiste a los medios y a la oposición

El chavismo multiplica las medidas disuasivas a raíz de la movilización de mañana en Caracas

 

s dos equipos de la cadena qatarí Al-Jazeera, con la periodista argentina Teresa Bo al frente, fueron "inadmitidos" anteanoche en el control de migración del aeropuerto de Caracas, con el argumento de que cambiaron las reglas para la prensa extranjera. Sin embargo, el presidente involucró a canales internacionales, sin citarlos, en una de las presuntas conspiraciones abortadas por la policía en vísperas de la marcha opositora.

Maduro adelantó que desarticularon el plan para una "masacre", luego de detener a una pareja con réplicas de fusiles y uniformes militares a más de 200 kilómetros de Caracas.

"Tenían una alianza con canales de noticias internacionales para montar un lugar donde hubiera una masacre, apareciera un uniformado de la Guardia Nacional matando a un grupo de personas para transmitirlo al mundo y decir que Maduro mandó a matar a la oposición pacífica", explicó el presidente en su maratón televisiva de ayer.

Una matanza un tanto pintoresca. Familiares de los detenidos han desmentido categóricamente al gobierno, al afirmar que la pareja es practicante del deporte de airsoft y que el uso de esas armas está regulado.

Las últimas horas en Venezuela, con la tensión a punto de dispararse, estuvieron marcadas por las amenazas del "hijo de Chávez", que se fueron hilando una tras otra, como si se tratase de un boxeador en busca del KO ante una sombra fantasma.

Lo hizo frente a su público, cientos de seguidores que a duras penas llenaron la plaza Caracas pese a la presencia de milicianos, motorizados y empleados públicos. Mientras, su servicio de inteligencia (Sebin) detenía a dos dirigentes opositores.

Ayer fue el turno para el ex concejal Carlos Melo, que militó en la marxista Bandera Roja y ahora acompaña al gobernador Henry Falcón en Avanzada Progresista.

Previamente la víctima fue Yon Goicoechea, nuevo dirigente de Voluntad Popular -el partido del líder opositor Leopoldo López-, a quien acusan de esconder detonadores en su vehículo mientras hacía la mudanza.

Una acusación descabellada para la Mesa de la Unidad Democrática, que en un comunicado denunció al mundo el "secuestro" del joven político, además de asegurar que le "sembraron" esos explosivos, táctica habitual en la estrategia del Servicio de Inteligencia.

Entre los perseguidos en este redoble de campanas bolivarianas están sus compañeros Daniel Ceballos (el ex alcalde de San Cristóbal fue trasladado a prisión), Warner Jiménez (el alcalde de Maturín es acosado por el Sebin, acusado de corrupción), el diputado regional Lester Toledo y el alcalde Delson Guarate, cuyas casas fueron allanadas.

"Voluntad Popular es el partido de la violencia. El monstruo de Ramo Verde [por Leopoldo López] es un agente de la CIA y lo prepararon en Harvard. Aquí va a haber mano dura", concluyó Maduro.

"Gobierno llama golpe a cualquier expresión de descontento. Son autoritarios y militaristas. Nosotros defendemos la democracia y los derechos humanos", respondió Provea, una respetada ONG venezolana.

Temor

El chavismo pretende atemorizar a la población para que no acuda a la megamarcha de mañana.

La encuestadora DatinCorp calcula que hasta un millón de personas están decididas a participar, a pesar de los obstáculos del gobierno. "Sabemos que ocho de cada diez venezolanos quieren cambio, lo que hace gigante el universo potencial de personas con deseo de manifestar", sopesó Luis Vicente León, presidente de la consultora Datanálisis.

Por si algún ingrediente faltaba en un nuevo capítulo del surrealismo mágico bolivariano, ayer se supo que el ex jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero regresó a Venezuela en el peor momento posible, cuando faltan sólo 48 horas para la "Toma de Caracas". El dirigente socialista medió hasta ahora sin éxito entre el gobierno y la oposición.

La movilización, lejos del palacio presidencial

La oposición venezolana anunció ayer que la movilización denominada "Toma de Caracas" convocada para mañana solo se llevará a cabo en el este de Caracas, y reiteró que no se dirigirá hacia el palacio presidencial de Miraflores, ubicado en el centro de la ciudad.

"Cuando vayamos a Miraflores vamos a ir con los votos del pueblo", dijo el secretario ejecutivo de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, en una conferencia de prensa, en la que afirmó que mañana se llenarán de manifestantes "los tres ejes fundamentales de la gran Caracas".

Torrealba dijo que habrá movilizaciones por las avenidas Río de Janeiro, Libertador y Francisco de Miranda, grandes vías que se ubican en el este de la capital venezolana.

 

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