Alberto ratificó su propuesta de traer refugiados a San Luis

Alberto ratificó su propuesta de traer refugiados a San Luis

El Gobernador prometió trabajar para que sea lo antes posible. "Queremos ser parte del corredor humanitario", dijo.

El mensaje fue claro: San Luis quiere sumarse al plan mundial de asistir a los refugiados. Lo afirmó ayer en el Vaticano el gobernador, Alberto Rodríguez Saá, quien dijo que su gobierno hará todo lo posible para traer a la provincia a familias que se han visto forzadas a tener que abandonar su país de origen, por distintos motivos, como las guerras, el hambre o catástrofes naturales o provocadas por el hombre. Y prometió agotar las instancias para que el primer grupo de ellos llegue en no más de cien días.

 

"Voy a hacer el esfuerzo, y la provincia de San Luis va a buscar los medios. Queremos participar, ser parte del corredor humanitario. Queremos cambiar nuestra naturaleza de ser un Estado distante del problema", dijo Rodríguez Saá, en referencia a las trabas causadas por la política inmigratoria del gobierno nacional.

 

Recordó que la administración de Mauricio Macri "habló de que iba a traer refugiados, y apareció una ONG, que uno de sus fundadores esta aquí presente, el señor (Luis) Lusquiños, la ONG Quántica, que junto con Fisal propusieron traer refugiados a San Luis. Y aparecieron familias que también querían traer refugiados a San Luis, ser familias de acogida".

 

Alberto habló ante los jefes de Gobierno de las ciudades más importantes de Europa, que ayer decidieron en la Cumbre organizada por la Pontificia Academia de las Ciencias formar una red de asistencia y un corredor humanitario paralelo al que puedan encarar sus gobiernos nacionales, para acoger y asistir a los miles de desplazados que deambulan por el continentes, llegados en su mayoría desde Siria, Irak y Afganistán (ver página 3).

 

"Propongo convertirnos en Estado de acogida, en Estado 'llamante', en Estado solidario con las familias que vendrán con nosotros", dijo Rodríguez Saá, al hablar pasadas las 14 (hora argentina, 18 en Roma) en penúltimo turno en la Casina Pío IV, antes de que el legislador porteño Gustavo Vera leyera las conclusiones de la Cumbre.

 

El operativo

 

Rodríguez Saá dijo que planea formar un "comité solidario de los refugiados", que tenga un "cara a cara" con los desplazados de los campos en que viven en Europa, para presentarles la provincia.

 

Aclaró que San Luis se haría cargo del costo de los traslados de esas familias a la provincia de San Luis, y aseguró: "Los vamos a recibir en lugares absolutamente dignos, y empezamos a trabajar de inmediato con lo que he escuchado que hacen todos ustedes: darles el documento, devolverles la personalidad, el nombre y buscarles trabajo; convertir el estatus de refugiado en estatus de inmigrante y en estatus de ciudadano. Ir dando todos esos saltos para que sean ciudadanos con plenos derechos en nuestra provincia".

 

Al hablar de plazos, contó: "Ya hablé con el Ministerio de Relaciones Exteriores antes de venir, y le dije: 'Quisiera que el primer contingente lo trajéramos en Navidad'. Me dijeron: 'Bueno, es bastante imposible, quizás 120 días'. Y nos propusimos que vamos a intentar que en cien días, la provincia pueda traer y hacerse cargo del primer contingente de refugiados".

 

La inmigración en Argentina

 

Al iniciar su discurso, el Gobernador presentó a San Luis: "Es una provincia fundadora de la República Argentina y una de las más chiquitas; somos sólo el 1% de la población argentina, el 1% de la producción industrial, el 1% de la producción agrícola-ganadera y el 1% del territorio. Tenemos una ventaja: no tenemos deuda, tenemos más de 10 años consecutivos de pleno empleo, no tenemos déficit habitacional".

 

Luego recordó la invitación del Preámbulo de la Constitución Nacional ("para nosotros, para nuestra  posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino") y las distintas corrientes inmigratorias que llegaron a nuestro país.

 

"Fue tan importante la inmigración en la Argentina  y fue tan buena la recepción, que casi todos nuestros últimos presidentes son inmigrantes de primera generación", remarcó Alberto.

 

Ya de lleno en el propósito de la Cumbre, diferenció a los inmigrantes de los refugiados. "Nosotros hemos recibido inmigrantes: hombres libres que dejaron su patria, manteniendo en su corazón el afecto y buscando una mejor situación. El caso de los refugiados es distinto: son las víctimas de catástrofes naturales, o provocadas por el hombre, de la explotación, de la servidumbre, del hambre y sobre todo, de la violencia y de la guerra, y de otros infortunios".

 

En cuanto a los resultados del encuentro, subrayó: "Veo como una luz y un hilo conductor: esperanza, racionalidad, querer hacer más, solidaridad".

 

"Creo que tenemos el mismo problema que los refugiados: también somos víctimas. Tenemos un pueblo que es víctima de una deuda externa inmensa, odiosa, que genera hambre y miseria, postergación. Nuestras culturas originarias han sufrido con la conquista y colonización, un verdadero genocidio. Lo volvieron a repetir en el siglo XIX el ejército de Roca, y se prolonga en el siglo XX con la tragedia de Chaco, aún hoy, con la cultura Qom", agregó.

 

También hizo un aparte sobre la dictadura militar, "que nos produjo 30 mil desaparecidos. Y hoy tengo que decirlo aquí: nuestros hombres y mujeres, nuestra juventud, nuestros intelectuales y trabajadores, fueron refugiados y fueron recibidos por Europa. Enorme agradecimiento a los países que recibieron a quienes huían de una dictadura militar terrible".

 

En el final de su alocución dijo: "Mucha esperanza, quiero ser también sembrador de esperanza". Y dirigiéndose a Sánchez Sorondo, el arzobispo moderador de la Cumbre, expresó: "Monseñor, esto lo pido especialmente para mi Patria: que haya una Argentina sin presos políticos, una Navidad sin presos políticos y una Navidad sin violencia en el mundo".

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