Luego de que los primeros ingresaron al edificio de Obras Públicas, que está sobre San Martín a mitad de cuadra, enojados por los decomisos de mercadería que esa mañana se habían llevado a cabo.

Todo comenzó cuando un grupo de alrededor de 5 manteros ingresó al edificio a reclamar por la mercadería secuestrada y porque la Municipalidad no ha respetado un acuerdo al que se había llegado atrás. “Es el acuerdo al que habíamos llegado, que 4 por cuadra, con un carrito, podíamos estar y ahora nos salieron con esto. Por eso es la bronca que nosotros tenemos”, comentó Franco García, quien ya ha tenido serios enfrentamientos con los inspectores municipales.

De acuerdo a García y otros manteros, cuando llegaron al edificio de Obra Pública, las puertas, a pesar del inusual horario, estaban abiertas y hasta había una señora que les dijo “pasen y hablen”. “Cuando nosotros pasamos, éramos 4 o 5, cerraron la puerta. Empezamos a hablar, las palabras empezaron a elevarse”, relató García, refiriéndose al desencadenante de la pelea. 

Una vez se desató la piñadera, más manteros ingresaron al edificio y produjeron varios destrozos. Rompieron banners, vidrios y muebles, y tiraron una computadora al piso. Según funcionarios municipales, dos empleadas resultaron heridas, y una de ellas necesitó ser hospitalizada. 

Por su lado, los manteros también resultaron heridos. Juan García, hermano de Franco, sufrió, como puede verse en algunas de las imágenes que acompañan la nota, un corte en su cuero cabelludo, producto, según él, de un golpe que le propinaron con un matafuegos. Otro mantero recibió un fuerte golpe en sus costillas, mientras que otro tenía un importante chichón en su cabeza. 

El conflicto finalmente se resolvió cuando llegó personal de la Policía de la provincia, el cual logró que los manteros se retiraran del edificio municipal. Luego de calmar las aguas, los uniformados tomaron datos y denuncias tanto a empleados municipales como a los mismos manteros, algunos de los cuales emanaban un fuerte olor a alcohol. 

“Siempre los producen ellos a los hechos de violencia”

Dijo Jorge Jofré, director de la Guardia Urbana, tras el conflicto. “Se hizo el decomiso porque no acataban las órdenes. Habían sido advertidos de que no debían ocupar las veredas y los paseos”, agregó el funcionario. 

Con respecto al “acuerdo” al que se había llegado, Jofré tuvo lo siguiente para decir: “Ellos creyeron que cuando nosotros dijimos ‘manteros no queremos’, eso significaba que sí queríamos carros. Si ellos tienen carros y quieren ser vendedores ambulantes, tienen que regirse por la ordenanza, venir a pedir permiso como corresponde a la Dirección de Comercio”. 

Por último, señaló que la semana pasada hubo una reunión con funcionarios del Ministerio de Desarrollo de la Nación para regularizar la situación de los manteros, convirtiéndolos en verdaderos vendedores ambulantes, que es una figura que sí está contemplada en la Carta Orgánica. “No fue nadie, salvo quien les habla. Indudablemente no tienen intención de reconvertirse. Parece que para ellos es muy buen negocio vender los CDs, que es con lo que más tenemos problemas”, concluyó el director.