Vieron a Giselle a 60 metros de la casa de un imputado

Vieron a Giselle a 60 metros de la casa de un imputado
Intentan reconstruir las últimas horas de la joven. El juez Burgos tomó el caso y debe definir la situación de los dos sospechosos.

A Giselle Monje la vieron con vida por última vez la noche del 8 de diciembre pasado cuando descendió de un colectivo, en una parada que está ubicada a unos 60 metros aproximadamente de la casa donde alquilaba Eduardo Ariel Fernández, en el barrio Abedules.

Luego se perdió el rastro de la joven de 21 años. Hay otro dato que tienen los investigadores. La chica pasó esa tarde por la vivienda de una hermana y le pidió un pantalón prestado porque tenía previsto salir esa noche, informaron fuentes con acceso a la investigación.

Giselle fue hallada tres días después asesinada en un descampado en cercanías del barrio Vivero Municipal, donde vive su madre. La encontraron con el pantalón que le había prestado su hermana. Por eso, los investigadores intentan reconstruir los últimos minutos con vida de la joven.

Fernández fue detenido la mañana del 8 de enero por orden del juez de Instrucción Martín Lozada, quien además ordenó detener a Roberto Bordón.

Ambos fueron aprehendidos en dos allanamientos que se realizaron casi en forma simultánea. Fernández fue sorprendido durmiendo en la casa que alquilaba en la calle Elguea al 195 del barrio Abedules y Bordón, en el domicilio de sus padres, en el barrio Casa de Piedra. Además, secuestraron un Fiat Uno que utilizaba Bordón y una moto de Fernández, quien es empleado municipal.

Bordón, en cambio, fue chofer del exintendente Omar Goye y luego siguió trabajando en la gestión de la intendenta María Eugenia Martini hasta que le dieron de baja su contrato en octubre pasado.

Lozada indagó el jueves a los detenidos, quienes negaron haber participado en el crimen de la joven. Desde entonces están alojados en el penal 3 de esta ciudad. La investigación la impulsa el fiscal Eduardo Fernández, quien pidió numerosas pericias que Lozada autorizó.

Peritos de la Policía Científica de Gendarmería Nacional trabajaron con reactivos químicos en la vivienda donde vivía Fernández, pero las fuentes admitieron que no hallaron ningún rastro sospechoso. De todos modos, levantaron muestras para realizar los estudios genéticos en Buenos Aires.

Los investigadores llegaron hasta Fernández y Bordón a partir del seguimiento de las comunicaciones que realizaron a la joven hasta el 8 de diciembre pasado. Fueron decenas de llamados y mensajes de texto que los imputados intercambiaron con Giselle. Hay otros indicios, pero no trascendieron aún.

Lozada se fue de licencia y la causa quedó a cargo del juez Marcos Burgos, quien deberá resolver la situación procesal de los imputados en los próximos días.

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