Al cumplirse 10 años de la millonaria y polémica inversión, el consultor forestal Ivo Götz analizó en una entrevista con ArgentinaForestal.com el escenario actual del mercado forestal y el desenlace que se vivió en la zona Norte de Misiones, tras la operación realizada en 2003."Esta inversión marcó un antes y un después en la actividad foresto-industrial, las consecuencias más impactantes fueron a nivel social y de concentración económica. Más allá de las situaciones de mercado o de coyunturas del tipo de cambio, esta fue una operación que nunca debió haber ocurrido. Es más, si uno analiza el contexto político y legal que rige en la actualidad en Argentina, hoy una operación como aquella hubiera sido imposible realizarla, ni política ni legalmente. Creo que esto a una pauta sobre en qué gravedad y magnitud se dio aquella operación de venta", aseveró el consultor forestal.
El profesional tuvo un rol importante durante el proceso previo de aprobación, ya que tanto empresarios de las cámaras madereras de Amayadap y Apicofom y otras instituciones -como el Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones (Coiform)-, fundamentaban su rechazo a la operación APSA-Pecom ante un estudio técnico realizado por el profesional denominado “Proyecciones de la Oferta y de la Demanda de Materia Prima de Coníferas en la Región, por tipo de Producto”, el cual advertía que “según los escenarios de demanda futura, la provincia de Misiones sería “deficitaria” en algunos productos maderables en ciertos períodos”.
Y más allá del análisis del mercado, en aquel momento el consultor consideraba que “los problemas estratégicos requieren de decisiones políticas, y por ende de políticas forestales nacionales y provinciales adecuadas”. ““La Política Forestal, en función del tipo de negocio y actividad, son de largo plazo, y deben ser previstos con mucha anticipación. Las acciones que realizan los grandes jugadores de la actividad privada, son acciones estratégicas, muchas veces sutiles, como si fueran movidas en un tablero de ajedrez, en partidas que duran muchos años. Los gobiernos, funcionarios y asociaciones Intermedias estamos normalmente demasiado ocupados en las cuestiones diarias y de coyuntura, que nos dificultan y distraen la visión estratégica y hasta muchas, no sabemos ni siquiera jugar al ajedrez, o nos falta información debido a la escasez de recursos”, declaró en su momento en diálogo con este medio. l profesional sostenía que la compra de la ex Pecom Forestal por el Grupo Arauco no era un hecho “repentino ni casual”.
Al cumplirse 10 años de la millonaria y polémica inversión, el consulto forestal Ivo Götz analizó en una entrevista con ArgentinaForestal.com el escenario actual del mercado forestal y el desenlace que se vivió en la zona Norte de Misiones, tras la operación.
¿Qué cambió en la zona Norte con la venta de la ex Pecom Forestal al Grupo Arauco, además del cierre del aserradero?
No se trató simplemente de la venta de un aserradero, sino de un complejo foresto-industrial de mucha envergadura, donde lo más valioso era el patrimonio forestal no tanto la industria. Eran unas 30 mil hectáreas forestadas, más el área de reservas y otras nativas, en total eran unas 60 mil hectáreas.
Marco un antes y un después esta operación en la actividad, las consecuencias más impactantes fueron a nivel social y de concentración económica. Más allá de las situaciones de mercado o de coyunturas del tipo de cambio, esta fue una operación que nunca debió haber ocurrido.
Es más, si uno analiza el contexto político y legal que rige en la actualidad en Argentina, hoy una operación como aquella hubiera sido imposible realizarla, ni política ni legalmente.
Si uno toma esto en consideración, creo que da una pauta sobre en qué gravedad y magnitud se dio aquella operación de venta.
El aserradero pudo haber sido adquirido en aquel momento por algún otro grupo inversor. ¿La gravedad que Ud. marca es por el hecho de haberse vendido al Grupo Arauco ante lo que implicada para la zona en aquel momento esta adquisición?
No podemos separar el aserradero del patrimonio forestal. Creo que lo que debería haber permanecido en forma independiente es lo que se evalúo de la ex Pecom como establecimiento foresto-industrial. Mas allá que se vendiera a otro grupo, lo importante hubiera sido que tuvieran independencia y no se produjera la concentración en un solo propietario. Eso de alguna forma daba ciertas garantías sociales y económicas para el desarrollo de la zona. Y una sana competencia, quizá no en todos los aspectos industriales, pero sí en lo forestal, silvícola o de manejo forestal, con una alta gestión ambiental y social, que fue un ejemplo en su momento por parte de la ex Pecom Forestal. Eso es lo que se perdió.
¿También se perdió con esta operación la oportunidad de desarrollo de otras empresas en la zona?
Si, por supuesto. Cuando se concentra tan fuertemente una actividad, se cierran las puertas para el ingreso de cualquier otro competidor fuerte. Por varios factores, por la tenencia del material genético que no se comparte, por la disponibilidad de tierras, por otras tantas series de cuestiones que impiden que otros actores importantes vuelvan a radicarse en la provincia. Desde la llegada de los tres grupos chilenos (Masisa, CMPC y Arauco) a la Mesopotamia, no han llegado otros grandes inversores.
Desde el punto de vista social y cultural ¿cuál considera Ud. fue el principal impacto?
Desde lo social, la actividad fue muy afectada. La empresa modificó los tipos de manejo silvícolas y, además, se generó una nueva concentración de actividades en diversas empresas de servicios. Pasaron de ser 20 a 30 contratistas a cinco o seis “grandes” empresas de servicios forestales y de transporte. La empresa eliminó después la poda de las plantaciones, eliminó el primer y segundo raleo, intensificó la mecanización para la cosecha. Hace 10 años atrás existieron alrededor de 1.500 motosierristas en la zona Norte, pero hoy prácticamente han desaparecido, fueron reemplazados por máquinas.
La aplicación cuasi intensiva de agroquímicos también desplazó mano de obra en el campo. En fin, la sumatoria de cosas demuestra que esta empresa prioriza costos, por lo tanto, la parte social realmente esta muy afectada con estos cambios.
Hay varias empresas de servicios que en su momento defendieron la unificación y hoy están absolutamente quebradas. No existen, quedaron desplazadas y con problemas financieros para continuar.
Por otra parte, se ha perdido mucho desde el punto de vista de fuentes de trabajo. Se ha concentrado todo en la segunda línea, en actividades de servicio. En la actualidad, la zona del Alto Paraná se enfrenta a una economía que esta estancada, la gran concentración de la actividad forestal y de tierras, impide también promover el desarrollo de actividades agrarias en las localidades de Wanda, Libertad, Esperanza e incluso Eldorado. No hay tierra ni espacio.
Realmente como ingeniero forestal, después de 20 años de carrera, tengo que hacerme una autocrítica sobre de qué ha servido todo el esfuerzo que se ha hecho para que se concentre tanto en una sola empresa y con tan pocos beneficios sociales. Esta realidad hoy impide el desarrollo armónico de otras actividades, como vemos que sí se esta concretando sobre la Ruta 14 de la provincia, que esta mucho más activa , mucho más floreciente que la zona del Alto Paraná donde estamos desde hace algunos años muy estancados.
La riqueza que se genera a partir del recurso forestal no se comparte con la comunidad donde opera esta empresa. No se da el efecto multiplicador. Los beneficios y las ganancias se concentran en pocas manos, que a su vez son retiradas de la zona. No son reinvertidas. Finalmente esta empresa resulta como una gran aspiradora, no como la gran locomotora del norte de Misiones.
Y no es que la empresa no tenga derecho a hacerlo. La empresa actúa ajustada a derecho y normativas legales y económicas que rigen en el país, pero la acción previa de permitir una concentración hace 10 años, nos llevó a este escenario. Hoy una operación como esta nadie la permitiría, ni el Estado Provincial ni Nacional. Es una materia pendiente que en algún momento algún gobierno tendrá que tomar este toma y buscar una solución, o la misma empresa tendrá que buscar una solución, ya que es poco sustentable su política social y económica hacia el entorno. Esto es una realidad.
Se esta viendo en el último tiempo que hay reclamos y presiones de grupos que están reclamando expropiación de tierras, etcétera. Estas son reacciones a lo que se genera en reclamo de un desarrollo más armónico.
Si la empresa efectúa un plan compatible con el desarrollo de otras actividades, como el turismo o el agro, y facilita y permite esto, ya habría un cambio, habría una desconcentración. O debería pensar en una asociación con otros actores sobre sus propiedades para compatibilizar su interés, porque de no hacerlo, la intervención del Estado o de algún gobierno de turno, tomará este tema en la búsqueda de soluciones. Es inevitable.
Y creo que la empresa no debería esperar esto, debería adelantarse, cambiar su visión, tener otra apertura.
Hay que destacar que otros países del mundo ni siquiera se permite la integración de la cadena productiva, hay lugares donde los propietarios de bosques no pueden tener industrias, por ejemplo (Francia, Canadá). Lo normal es que las empresas papeleras tengan un pulmón de abastecimiento propio, de un 30 o 40% de materia prima por motivo de seguridad; pero el resto, 70% debería venir de su cuenca abastecedora de cientos de otros productores, con lo cual sí generaría una distribución de riqueza. Y la compatibilidad de los precios debe negociarse en una mesa de interés periódicamente.
Pero será la sociedad o el Estado provincial quien deberá definir si quieren seguir en este escenario o se resignan a que la actividad forestal siga de esta manera.
Sin dudas, a 10 años de esta operación, claramente se necesita algún tipo de cambio o de correcciones. No podemos dejar que pasen otros 10 años y no se hablen de estos temas, ya que la situación se va agudizar.
La ley que limita la extranjerización de la tierra no es retroactiva pero un muy buen valor de referencia para el camino a construir hacia futuro. Si fuera parte de la empresa, desde mi visión, estaría preocupado sobre qué hacer para adelantarnos a los escenarios e incorporar una política empresaria mas integradora, si es que esto les preocupa, no?
También vemos que las inversiones industriales que ha hecho en la empresa son muy pocas, por lo que las “inversiones” realmente no están, solo han comprado tierras y bosques que ya existían.
La planta de Celulosa de APSA tiene más 30 años, esta vieja, próximamente obsoleta en cuanto a la tecnología disponible hoy en el mundo y en cuanto a la escala también. Tampoco la empresa comunica si hay planes de ampliación o de modernización.
Es decir, Misiones tiene la riqueza, que es la materia prima. Lo importante es no paralizar el desarrollo del sector, y hacerlo de una manera armónica con la sociedad y otros actores productivos.
El turismo es un ejemplo. Alto Paraná tiene propiedades excelentes para explotar esta actividad, sin embargo nadie puede acceder a ellas. Ni ellos la explotan ni dejan explotar. También la actividad silvopastoril es una alternativa. Se necesita recuperar algunas miles de hectáreas para Libertad, Wanda y Esperanza. Hoy esta todo muy concentrado y APSA no esta dispuesta a vender ninguna hectáreas. Estamos en un problema.
El aserradero de Bosetti ya no existe, se advertía de posible falta de materia prima, posición dominante en el mercado, etc. ¿Desde el punto de vista del mercado, cuales serían para Ud. los principales impactos?
Si. El cierre del Aserradero “Bosetti” es una gran pérdida. Quizá la coyuntura internacional y la caída del mercado norteamericano en 2008 influyeron en esta decisión. Puede ser que para algunas Pymes madereras este cierre hayan visto como “favorable”, ya que es una competencia menos en el mercado interno, pero nadie puede alegrarse con el cierre de una industria. Hay que recordar que otros 4 o 5 aserraderos de segunda línea ya no están funcionando en la provincia, han desaparecido en esta ultima década igual que Bosetti, La Palmina, MDM, FYJOINT, lo que marca que aquellas industrias que no tenían bosques propios se vieron afectadas frente a este nuevo escenario. Esto es una muestra de que la industria forestal en lugar de crecer se achicó, pero no podemos hacer una política de desarrollo del sector en base a cierres de industrias, esto seria catastrófico. No es una buena señal.
Por otra parte, Alto Paraná en la CNDC expuso en aquel momento que planeaban a futuro la inversión de un segundo mega aserradero, para 2007 precisamente. Consideraban que su masa forestal se lo permitía. Seguramente, por la situación de mercado externo, han diferido esta inversión a otro destino, pero no quedó en Argentina
Con respecto a la disponibilidad de madera aserrable, Misiones hoy tiene una situación estable. Ni un gran faltante ni una gran sobreoferta. En 2010 entraban en oferta nuevas plantaciones, por lo tanto, el bache que se preveía esta reducido porque ya entro en oferta estas plantaciones, y también disminuyó la demanda por la crisis internacional y el cierre de aserraderos, cuatro o cinco. A su vez, ha entrado en estos últimos 10 años una importante cantidad de rollos aserrables de la cuenca forestal de Corrientes.
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