La ola de casos de coronavirus - la tercera - que azotó a la provincia de Buenos Aires y, por supuesto, a la Argentina, parece llegar de a poco a su final. Pero, ¿qué herramientas incidieron en la rápida baja de casos?

En principio, obviamente, el control de los testeos y los aislamientos preventivos lograron que las variantes más contagiosas no se expandieran más de lo que lo hicieron. 

Por otro lado, sin dudas, la situación de vacunación creció y ayudó a controlar el número de fallecimientos y necesidad de internación. En esos casilleros, las personas sin vacunar estuvieron en su mayoría presentes.

En este sentido, la provincia de Buenos Aires tuvo un rol fundamental: la noche de las vacunas, la vacunación en los centros turísticos, las postas federales y más políticas sanitarias fueron utilizadas para que los porcentajes crezcan.

Y así fue: al día de hoy, el territorio bonaerense cuenta con un 93,08% de vecinos y vecinas vacunadas con, al menos, una dosis. Además, la brecha que existía con las segundas aplicaciones, es decir con esquemas iniciales completos, disminuyó significativamente.

Si bien sigue habíendo una diferencia importante, hay un 82,25% de los bonaerenses que ya cumplimentó el esquema de dos vacunas, y se encuentra a la espera del refuerzo. 

En número, el crecimiento mayor se vio en las terceras dosis en el útlimo tiempo. Con pocos meses de comenzada la vacunación, ya hay un 36,23% de terceras dosis aplicadas.

La salida aún no tiene fecha exacta, pero cada vez está más cerca.