Tucumán registró una leve mejora, +0,2%, en el indicador global de actividad económica del primer trimestre del año que elabora el Ieral, instituto que depende de la Fundación Mediterránea. Fue un período muy pobre sobre el movimiento de las economías en las provincias, ya que los máximos guarismos correspondieron a Santa Fe (+0,5%) y Santiago del Estero (+0,3%). Un punto en el que Tucumán sobresale claramente sobre las demás provincias, es en la recaudación de impuestos provinciales, particularmente en lo que se refiere a Ingresos Brutos. La provincia figura con un 6% de aumento, frente a las caídas de Buenos Aires (-1%), San Juan (-3%), Mendoza (-3%), San Luis (-5%), Catamarca (-7%), Formosa (-9%) y Córdoba (-10).

Según indicó el Ieral, “el indicador de nivel de actividad que consolida a todas las regiones del país registra una leve caída en el primer trimestre de 2016 en relación al cuarto trimestre de 2015, en la medición desestacionalizada. Se mantiene así dentro del andarivel de estancamiento que caracteriza al último quinquenio. En los últimos datos pesó la pérdida de poder adquisitivo salarial y las dificultades financieras del sector público en sus distintas jurisdicciones”.

El estudio señala que en la región patagónica el deterioro del nivel de actividad es generalizado, por el freno en las inversiones del sector de hidrocarburos y los mayores problemas fiscales de algunas de las provincias. En cambio, en las provincias pampeanas se observan leves mejoras en el primer trimestre respecto del cuarto de 2015 (desestacionalizado), atribuibles a la dinámica del sector agroindustrial, que se hace extensiva a provincias como Chaco, Corrientes, Santiago del Estero y Tucumán. Uno de los indicadores que mayor deterioro registra, casi sin excepciones entre provincias, es el de consumo de cemento, asociado al sector construcciones. Se repite así, en la primera parte del año, el patrón cíclico de los últimos seis años, con auge del sector en los años electorales y fuerte caída posterior. La reapertura del crédito internacional podría permitir revertir en parte esta tendencia en la segunda mitad del año.

A nivel país -sigue el informe-la actividad económica continúa estancada, con una cierta caída en la primera parte del año. Suena lógico. Los salarios no han podido seguir el ritmo inflacionario, perdiendo poder de compra los asalariados y afectando negativamente así a las ventas. Los gobiernos se ven obligados a ser más moderados en el gasto público. Las expectativas están puestas en las inversiones y en las exportaciones, cuyo efecto se notaría más adelante. Agrega que cuando la economía está en auge, todos los indicadores presentan una buena performance. En cambio, en una economía estancada, como la actual, puede haber indicadores que presenten leves mejoras en algunas provincias.