Dramático, así fue el final. Intenso, así fue gran parte del partido. Decepcionante es el resultado. Para Independiente, claro. Porque necesitaba los tres puntos. No menos. Ese punto, en Avellaneda, con su gente sufriendo en las tribunas, no alcanza. Porque a pesar de descontarle un punto a Argentinos, que juega este domingo ante River, no parece suficiente. Porque sigue dependiendo de otros. Porque deberá estar pendiente de la tele para ver cómo sale el Bicho y San Martín de San Juan. Porque Estudiantes, con poco, lo complicó. Porque quedan tres paradas nomás hasta el final. Y que son nada menos que River, San Lorenzo y Cólón. ¿A tres del infierno? Depende del Rojo…

La ansiedad le jugó en contra al equipo de Brindisi. Tras un primer tiempo en el que los dos buscaron el arco ajeno con cautela y precaución, dio la impresión de haber sido más que la visita. Si hasta en el arranque le anularon (bien) un gol a Caicedo por off side, porque el Pincha. Manejó mejor y, sin regalar nada, podría haberse ido arriba.

En el segundo, en cambio, fue un manojo de nervios. Ese tiro en el travesaño del Rolfi Montenegro en vez de darle confianza lo puso más ansioso. Y ese murmullo se trasladó a la cancha. Y así, el equipo de Pellegrino, áspero y raspador, comenzó a robarle la pelota y a complicarlo. Gelabert la tiró por arriba, Zapata quedó en off side, Auzqui cabeceó sin fuerza… El Rojo puso lo mejor que pudo en el final. Que fue dramático, como este final de torneo, en el que suma seis sin perder (tres empates y tres victorias). Quedó con 1,153 y esperará por Argentinos (1,181) y San Martín (1,138). Queda cada vez menos. Tres… ¿Para el infierno?