Su cuerpo quedó flotando en el aire, paralelo al piso. Despegó las piernas del suelo y le pegó de zurda, siendo diestro, mientras su espalda seguía suspendida en la atmósfera. Trecco, Diego Rodríguez y Monzón son quienes se interpusieron entre la preciosa chilena de Jonatan Cristaldo y el arco, pero el Churry le dio la altura suficiente para que fuera estéril cualquier acción que intentaran para impedirle paso a esa bola. "Fue el gol más lindo de mi vida", revelaría luego la figura de la cancha ante la marca de una marea de periodistas.

Cristaldo posee un don que lo hace distinto al resto. Porque no sólo es capaz de vencer a Monzón desde un ángulo cerrado para el 1-0 (le quedó un pelotazo de Montoya por izquierda, y definió fuerte, cruzado, entre las piernas del arquero). También tiene la habilidad para improvisar una genialidad que imaginó la noche anterior para liquidar el partido. "Cuando hizo el gol el chico de San Lorenzo (Bordagaray, de tijera), un periodista dijo que fue el mejor gol de la fecha. Ahí se me cruzó una cosa de locos: 'Mirá si hago un gol de chilena o algo parecido, ¿qué va a decir este periodista? ja", contó Cristaldo sobre lo que puede considerarse una premonición.

Este pibe de 20 años que viene siendo titular en Vélez por la lesión de Juan Manuel Martínez (sí, créalo, es suplente) y al que le gusta (y se anima) a tirar la bicicleta a lo Cristaldo, perdón, Cristiano Ronaldo, convirtió su primer doblete y sumó el cuarto personal en el Apertura. Pero los aplausos que se llevó ayer no fueron sólo por sus goles, porque el "Tevez de Vélez", como lo apodaron sus hinchas, mostró un buen desmarque, excelente oportunismo y mucho sacrificio cuando la pelota estaba en poder del rival. "Estamos muy bien preparados físicamente, más que nada pareciera que fuera algo mental o psicológico lo del cansancio, pero estamos bien para pelear todo", se animó el punta.

Cristaldo fue el que le puso el tiki-tiki a la tarde contra Huracán. Su lujo, esa chilena que había practicado en la semana con Pablo Lima, quedará en el baúl de los recuerdo como su belleza más bella. "¿Si voy por más? No me meto presiones, ni nada. Vivo el día a día, pero siempre sabiendo que tengo responsabilidades", soltó este adolescente que se divierte como un chiquilín y que juega como un crack.