Los gobiernos se cruzan acusaciones
La presencia de una bandera que exaltaba un proyecto separatista albanés, en un partido de fútbol entre la selección de Albania y la Serbia jugado el martes, provocó un escándalo político-deportivo que amenaza con problemas entre los gobiernos y también reaviva las tensiones étnicas.
El incidente se produjo una semana antes de que el jefe del Gobierno de Albania viaje a Serbia, en la primera visita oficial de un premier albanés en setenta años, algo que ahora se puso en cuestión.
El primer ministro de Serbia, Aleksandar Vucic, calificó ayer el incidente de la bandera con los símbolos nacionalistas albaneses en el estadio como “la más seria provocación” destinada a causar una desestabilización en los Balcanes occidentales, y un intento de “humillar al pueblo serbio”.
El presidente serbio, Tomislav Nikolic, quien asistió el martes al partido, calificó lo ocurrido como “un atentado al establecimiento de las relaciones de amistad entre Serbia y Albania”.
Los dos países están enfrentados por la región de Kosovo, que tiene mayoría de albaneses pero es aún considerada por Serbia como parte de su territorio.
Los incidentes se produjeron en un partido de eliminatorias para la Eurocopa 2016, cuando un dron cruzó el estadio del Partizán de Belgrado con una bandera que rezaba “Gran Albania”, un proyecto nacionalista que aspira a juntar las comunidades albanesas de los Balcanes en un mismo Estado. Los jugadores serbios alcanzaron la bandera y los dos planteles terminaron a los golpes.
Esto también provocó que el Ministerio de Exteriores serbio, que entregó ayer la nota de protesta al embajador albanés en Belgrado, dijera que tales incidentes fueron “planeados con esmero”.
La nota aseguró que Serbia “no tolerará tales provocaciones” y que espera la condena de los incidentes por parte de los dirigentes albaneses “como un primer paso indispensable para que se superen los problemas”.
Los jugadores de la selección de Albania fueron recibidos ayer como héroes por una multitud en Tirana luego de los incidentes registrados. Los fanáticos albaneses festejaron durante toda la noche y luego fueron al aeropuerto a recibir al plantel de la selección. “Estamos orgullosos de nuestra selección. Lo que ocurrió fue una desgracia para el fútbol y una horrible expresión de violencia y racismo”, declaró el premier Edi Rama, quien condenó que se estropeara la bandera.
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