Según la revelación del declarante, a la que tuvo acceso exclusivo LA BRUJULA 24, Suris llegó a montar una “cocina” en una casa del Gran Buenos Aires pero al poco tiempo decidió cerrarla porque la droga que se producía no era de buena calidad.

“No anduvo. La droga le salía cruda”, describió el testigo que se presentó espontáneamente ante la Justicia poco después de que se ordenara la detención de Suris y toda su banda.

El testimonio no hace otra cosa que reforzar la investigación judicial y agrega otra línea a las tantas que surgieron de las escuchas telefónicas, columna vertebral de la causa.

Además del “laboratorio” en el Gran Buenos Aires, Suris -siempre de acuerdo a los dichos del testigo- estaba por adquirir un galpón en la zona de Tres Arroyos para usarlo como lugar de acopio de estupefacientes.

Hoy la causa principal, a cargo del juez federal Santiago Martínez, está prácticamente cerrada y a punto de ser elevada a juicio oral y público. El resto de las investigaciones -derivadas de las intervenciones telefónicas- aún están en desarrollo, como por caso el “lavado de activos", la complicidad policial, la venta de dólares truchos o el “negocio” con el ingreso irregular de ciudadanos extranjeros a la Argentina.

En tanto, el expediente por la venta de facturas truchas -por la que también Suris está imputado y con prisión preventiva en el mismo juzgado- se encuentra bajo estudio de la Cámara de Apelaciones.