La balada se convirtió en su género favorito. Con ella recorrió el mundo y hoy es una de las cantantes más importantes del país. Como todos los años comienza con un ciclo en el Gran Rex su temporada de shows. Su rol en Soñando por cantar.
Maby Sosa
Cuando tenía dos años, su padres la llevaron a La Plata de paseo y durante las dos horas que duró el viaje, ella, María Cristina Lancelotti, se mantuvo cantando. Y eso, afirma ya con el adquirido nombre de Valeria Lynch, muestra que nació con un don de artista, el mismo que la acompaña hasta ahora, cuando cada show y cada canción se presenta con un desafío. Habla de muchos temas, pero la música es su tema preferido. Casi no tiene ratos libres porque prefiere mantenerse cantando y haciendo cosas "mientras pueda", comenta, siempre con una sonrisa.
Para arrancar su año laboral, la cantante está realizando una serie de shows en el teatro Gran Rex. "Estamos ahora más tranquilos, pero venimos de corridas después de la puesta en escena que a mí me encanta dirigir", cuenta Valeria Lynch sentada en una de las oficinas de su escuela de comedia musical. "Estamos tranquilos, ¡pero no paramos nunca!", dice con una carcajada que se repite a lo largo de toda la charla.
–Trabajás muchísimo para tus shows, ¿por qué los concebís de esta manera?
–Mirá, yo me podría quedar cantando “Mentira”, parada ante el micrófono sin nada que aporte a la estética del espectáculo, sin cambio de ropa, sin nada. Pero la verdad es que a mí me gustan los desafíos y cada vez son más, porque siempre que presento un show es a lo grande y la gente está acostumbrada a eso. Entonces cuando vengo de hacer un show como el del año pasado tengo que preocuparme por hacer algo diferente en este nuevo.
–¿Pero tiene que ver con cierta forma de mirar el arte? ¿O con qué?
–Sí, con el show y el concepto de ser un artista integral. Vengo mamando eso desde los 18 años, desde que hice Hair y mis espectáculos tienen un concepto teatral-musical. Además de escuchar las canciones, me gusta que la gente se vaya visualmente con los sentidos a full, que hayan visto algo que sea maravilloso. A medida que voy creciendo, cada tanto digo “ya está, esto es lo que pude mostrar en el escenario, me quedo tranquila, quién me manda a correr, saltar, hacer cambios de vestuarios…” Pero por otro lado no me lo permito porque tengo también la sensación del espectador: el de sentarte en una platea y ver un show y pienso que a mí me gustan los artistas que sorprenden. Los artistas argentinos no estamos acostumbrados a mostrar un show pero a mí me gusta brillar arriba del escenario.
–Decís que hay canciones que no podés dejar de cantarlas, ¿no te aburre un poco hacerlas siempre?
–No, porque los públicos siempre se renuevan y son diferentes, entonces es un debut cada vez que yo canto una canción. Ese público que te va a ver tiene una historia con esa canción y no podés renegar de lo que te hizo querido, respetado y popular con la gente. La gente quiere esas canciones porque le han pasado cosas con ellas. ¿Por qué voy a privar a la gente de hacer esta canción y por qué la voy a cantar como una cosa mecánica? Yo la siento y la vibro de la misma manera que cuando la canté por primera vez. Para mí, no puede ser una carga una canción que canto siempre, al contrario prefiero que sea un debut porque todas las veces llega a distintas personas
–Comenzaste en el rock, cómo fue el paso a la balada?
–Cuando yo hacía rock en el '70, era un género marginal. Salió a la luz con la Guerra de Malvinas en el '82, pero yo ya había tomado otro camino. Lo había conocido a Héctor Cavallero que me ayudó muchísimo a guiarme en la carrera y decidí que quería vivir de lo que yo hacía y con el rock no podía. Así que lo que hice fue pasarme a la balada, un género más internacional que el rock, y empecé a desarrollar una carrera no sólo en Argentina sino en toda Latinoamérica. Pero más que un paso fue una decisión, yo era rockera y lo sigo siendo. En un rinconcito de mi corazón siempre está el rock guardado, y hago rock cada vez que quiero, ahora que puedo.
–¿Qué particularidades le encontraste a ese género?
–No tiene límites de interpretación, ni de ningún tipo. Uno puede crear un estilo con la base de la balada, podés ponerle tu impronta, fusionarlo con el jazz, el pop, el reggaeton. A mí me gusta mucho la fusión de los estilos porque me parece que te abre la cabeza. El fusionarte con otros te da la oportunidad de crecer como artista porque te emparenta con otras voces, con otras personalidades y con otras formas.
–En Latinoamérica, ¿cómo es el panorama?
–Sigue creciendo, siguen los artistas, que es lo más importante. Me parece que hay artistas muy grosos que van de la mano de productores grosos. El cubano Rudy Pérez, por ejemplo es uno de los productores más grosos de balada. Él ha hecho producciones con los más grandes cantantes de habla hispana y americanos. Pasaron Marc Anthony, Beyonce, Julio Iglesias, Cristina Aguilera, Cristian Castro, Luis Miguel, todos los grandes los ha hecho él. Es que este género tiene mucho que ver con los autores y con que los estilos permanezcan. Si hay un buen autor de baladas va a seguir existiendo el género. Y público hay siempre porque la balada es el género más internacional.
–¿Cuáles son las sensaciones pre-escenario y post-escenario?
–Son de mucha ansiedad porque si bien tengo muchos años, siempre es todo nuevo lo que presentás, no sabés si a la gente le va a gustar, qué va a pasar abajo… Nunca se sabe. Y bajo siempre con la sensación de la tarea cumplida, nunca bajo en el escenario, estoy conectada a 440, con toda la adrenalina, y sí, cuando bajo trato de desconectar un poco, duermo… Me quedo como diciendo “guau, ya pasó”. Pero la verdad es tan importante recibir el afecto de la gente… Soy uno de los artistas privilegiados que la gente apoya todavía después de tantos años. Hay mucha gente que trabaja y no le va así, creo que tiene que ver con la comunión que tengo con la gente, y que no está sólo arriba del escenario. Tiene que ver con mi manera de ser, con la autenticidad, me parece que va por ahí.
–¿No es muy común que sea así?
–Cuando uno crece tanto como artista y es tan conocido y popular muchas veces se tambalea un poco porque el ego te puede jugar una mala pasada. Pero si uno se mantiene con los pies sobre la tierra y puede mantener la humildad es muy gratificante porque ahí recibís mucho afecto de la gente.
–Sos jurado de un programa de búsqueda de talentos, ¿vos hubieras participado de algo así?
–Sí, claro, yo estuve en muchísimos certámenes y gané unos cuantos. Pero eran de otro tipo. Ahora la televisión se ha convertido en algo que es un monstruo y de un día para el otro crea artistas. Lo importante es que la persona que está arriba del escenario no se la crea. Un artista necesita de toda la vida para perfeccionarse, desarrollar una vocación, una carrera. Me parece que lo que hay que decirle a los chicos es que vayan despacio.
–¿Cómo se hace para mantener esa autenticidad cuando los productores influyen tanto en los artistas?
–Eso pasa mucho en la televisión. Espero que el producto no se coma al artista. He becado a mucha gente del programa en la escuela porque hay mucho talento. Hay que darle lugar a la gente joven, dar paso porque hay lugar para todos en este mundo. En el mundo se viven situaciones muy inestables económicamente hablando, por eso también es muy difícil desarrollar nuevos artistas, y pasa en todos los géneros. Internet se comió las casas de discos, tenés que grabar y que te pasen en la radio... Es una cadena de problemas que dificultan el desarrollo de un artista nuevo.
–¿Y es más complicado para los artistas independientes
–Yo soy artista independiente. Yo tengo mi disco pero no un contrato con una casa de discos, me los produzco sola, hago mis propios shows. Así es la única manera de salir adelante, pero no todo el mundo lo puede hacer, yo tengo el respaldo de un nombre, si hago un show o hago un disco es un poquito más fácil, pero imaginate para los chicos que empiezan... «
de artista a formadora
Hace 18 años se abrió la Escuela de Comedia Musical Valeria Lynch que tiene actualmente once sedes a lo largo del país.
"Cuando yo empecé no había escuelas que albergaran lo que quería hacer que era actuar, bailar y cantar. Mi papá me llevaba a tres lugares y nunca podía estar complementada y se gastaba un dineral de guita, tenía distintos profesores de distintos puntos de vistas así que nunca me pude sentir plena con la escuela. Mi socia, Mariana,a tenía un gimnasio y un día mientras hacía abdominales le dije 'cómo me gustaría poner una escuela', y ahí la pusimos, hace 18 años. Era una época donde no había tantas escuelas. "
La institución prepara anualmente una audición para enviar a estudiantes a formarse en Comedia musical en Pittsburgh.
Para contactarse, pueden escribir al mail
Valeria... vale en el Rex
Cuatro días inolvidables. Es sábado 10 y el domingo 11 de noviembre termina la serie de cuatro Gran Rex (con posibilidades de agregar otra fecha) que la cantante realizó como inicio de una nueva temporada. Se trata de Vale va, show preparado especialmente para estas fechas. "Es el inicio de un montón de giras por todo el país o por el exterior. Son shows muy importantes porque pongo toda la carne al asador. Desde la parte técnica, el sonido, los invitados, la escenografía, las luces, el vestuario y hago la dirección general. Este año hice una votación por las redes sociales para ver qué temas quería escuchar la gente, y surgieron canciones que no canto hace 25 años, ¡no podía creer! Y están las obligadas que no puedo dejar de hacer, 'Mentira', 'Piensa en mí', 'Ámame en cámara lenta', canciones que si no las hago me matan." Además hay un homenaje a Estela Raval donde está acompañada por los cinco latinos, participan nueve invitados de Soñando por Cantar.
Valeria desde el estrado
La experiencia como jurado. Soñando por Cantar (El Trece) es uno de los programas que arrancó en el verano y que recorrió el país buscando talentos. Valeria Lynch es junto con Patricia Sosa, Alejandro Lerner y Oscar Mediavilla uno de los integrantes del jurado que ahora deberá elegir a los ganadores entre 400 finalistas. "El programa empezó de un formato y terminó de otro. Nosotros no pensamos que iba a tomar el giro que tomó ni que íbamos a encontrar tanta gente talentosa y tanta gente que postergó su vocación. Cada participante venía con una historia conmovedora. Creo que como jurado nos humanizó, si bien todos somos personas populares y queridas por la gente, nos dio una cuota de autenticidad. Y los participantes nos vieron como un reflejo de ellos mismos."
una artista con espíritu joven y de todos los géneros
"Vos sos la más grosa, pero yo no lo puedo decir porque los rockeros me matan", cuenta Valeria Lynch que le dijo Pappo cuando una vez lo llamó con un poco de temor (a quien ya conocía de sus años rockeros) para que cantara junto a ella el tema "Up Where we Belong" para su programa Soñando con Valeria. "¡Es que a mí me escucha gente de todos los géneros, ni te imaginás!", exclama entre carcajadas, la cantante.
Otra de las cosas que le apasiona es la mezcla de géneros, le encanta el reggaeton y reggae, tanto que en sus shows tiene canciones con estos ritmos. "Grabé con Piro de Karamelo Santo un reggae y con Javier 'La Pepa' Brizuela del grupo La Barra, un tema que se llama ´Mágica luna´. Y este año aggiorné uno de mis éxitos más grandes que se llama "A cualquier precio", un tema de Alberto Plaza le hice una parte de reggaeton y le cambié el ritmo. Me encanta Calle 13, la madre de René es fanática mía porque yo soy muy conocida en Puerto Rico y hace un tiempo nos conocimos. Yo tengo la suerte de que se me respete mucho en cualquier estilo, tengo seguidores de rock por ejemplo. El baterista de Maná es un fanático mío tengo esa suerte… creo que tengo un espíritu joven que me aggiorna constantemente. Grabé y canté con mucha gente."
Comentá la nota