A una semana del derrumbe, el juez ordenó tres detenciones

A una semana del derrumbe, el juez ordenó tres detenciones
Fue a pedido de la fiscalía, que imputó al propietario del edificio, el empresario de la construcción Néstor Guerrero, al arquitecto Alberto Diez y al capataz José Silva Enríquez. Los tres serán indagados hoy en el Juzgado 6.
Néstor Guerrero, Alberto Luis Diez y José Silva Enríquez, el propietario del edificio en donde funcionaba la Cooperativa Obrera, el arquitecto que dirigía la obra y el capataz, respectivamente, fueron detenidos ayer, a una semana y algunas horas del derrumbe en el que murieron siete personas. El juez Mauricio Zabala consideró suficientes los argumentos del equipo de fiscales, que encuadró el hecho como un delito con dolo eventual en el marco de dos figuras posibles: homicidio en concurso legal con lesiones o estrago. Las penas previstas van de 8 a 25 años de prisión.

El jefe de fiscales José Gerez y el equipo integrado por Sandra González Taboada, de la Fiscalía de Graves Atentados contra las Personas, y Pablo Vignaroli, fiscal de Cámara en consulta, elevaron la instrucción con el pedido de detención y de inhibición total de los bienes de los tres imputados. Se consideró que los tres cuentan con “los medios económicos suficientes” como para “sustraerse a la aplicación de una eventual condena” y que cualquier comunicación entre ellos o con posibles testigos podría entorpecer la investigación. Lo explicó Gerez, después de que Zabala aceptara la instrucción.

A Guerrero y a Diez, como autores, y a Enríquez, como partícipe necesario, se les adjudica haber llevado adelante la construcción de los diez departamentos sobre el techo del supermercado, a sabiendas de que el peso de dicha obra haría colapsar la estructura. En esto, para los fiscales, es determinante que los tres construyeron también el edificio donde funcionaba la Cooperativa Obrera, y que tienen una amplia experiencia en el rubro. Guerrero, incluso, es propietario de tres corralones, de los cuales salieron los materiales utilizados.

Los tres imputados serán indagados hoy a las 10. Anoche se esperaban pedidos de excarcelación de parte de las defensas.

El jefe de fiscales aclaró ayer que, definido el hecho por el cual se acusó a Guerrero, Diez y Enríquez, la investigación se orientará a definir también las responsabilidades que “por acción u omisión", le correspondieron a otras personas. “Tenemos una responsabilidad que podemos decir directa sobre la obra, y por eso fue el primer requerimiento. Luego vamos a analizar una responsabilidad que podríamos llamar indirecta, que tiene que ver con algún deber de cuidado incumplido o inobservado por parte, no sólo de algún funcionario municipal, sino también de algún responsable o encargado de la Cooperativa”, apuntó.

El encargado de definir la carátula de la causa es el juez. Los fiscales encuadraron el hecho en dos figuras posibles: estrago u homicidio en concurso legal con lesiones. El eje de la acusación tiene que ver con que Guerrero, Diez y Enríquez participaron en la construcción del edificio de la Cooperativa y de los departamentos. “Hay una triple identidad de sujetos. El dueño, el arquitecto y el constructor estaban relacionados con las dos, y el derrumbe se produce, según los informes, porque la estructura del local de la Cooperativa no pudo soportar la sobrecarga", estimó Gerez.

En las dos obras

Lo que Gerez describió como "triple identidad de sujetos" es la base de la acusación y apunta a que Guerrero, Diez y Enríquez construyeron los departamentos pero, antes, el supermercado. "Tiene este agravante porque conocían previamente la situación estructural del edificio y la construcción. Decidieron, así y todo, sabiendo que se podía tener un resultado de colapso, hacer diez departamentos. En ese conocimiento previo nosotros nos fundamos para hablar de dolo eventual", asegúró el fiscal.

Falencias de base

Según los informes técnicos, la losa de la Cooperativa, sin los diez departamentos encima, apenas era apta para el techo del supermercado. Se detectó la utilización de hormigón y hierros de menor calidad que los necesarios. Las columnas cuatro y cinco no se partieron: según se explicó, su explosión fue el estruendo que describieron los testigos. Los albañiles confirmaron que tenían la orden de utilizar "materiales livianos" en la nueva construcción. Se encontraron bloques completos de arena y telgopor.

Metodología recurrente

Los fiscales, basados en documentación secuestrada, indicaron que Guerrero tenía como sistema de trabajo declarar en forma tardía las obras.

Neuquén > “Era una metodología recurrente de esta gente construir y, una vez que se realizaban las construcciones, presentar un conforme a obra”. El sistema de trabajo que describió Gerez está previsto en las ordenanzas, pero, según explicó, el mecanismo le permitía esquivar controles y reducir costos.

“Las propiedades que hemos analizado no comenzaron como obras nuevas, sino que era una metodología recurrente del imputado Guerrero esta forma de presentar con posterioridad los planos para evitar, evidentemente, un control previo sobre la estructura. Entendemos, también, puede ser para poder incumplir determinadas normas del código de edificación”, detalló el fiscal.

También remarcó que, “por lo que nos dijeron peritos de Bomberos, ya en la verificación estructural que presentaron en la Cooperativa no se hicieron los planos desde el principio y no se contó con una previa autorización. Y el cálculo de estructuras que se hizo no iba a soportar la sobrecarga a la cual fue luego exigida”.

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