El ACV es la segunda causa de muerte en el mundo y la primera de discapacidad permanente. Según datos de Fleni, en Argentina hay entre 40.000 y 80.000 casos por año. “El 85% de los ACV se produce por una oclusión de una arteria cerebral, se llama del tipo isquémico.
La muerte de Fabris puso en el centro de la escena la importancia de detectar los síntomas de un ataque cerebral. “En un aneurisma, el síntoma principal es un fuertísimo y repentino dolor de cabeza. Nadie con gripe o migraña sintió alguna vez ese fuerte dolor, es como si la persona hubiera recibido un golpe tremendo en la cabeza por la espalda. La rotura de la aneurisma produce un intenso y repentino dolor”, detalla Estol. Y señala que en los ACV isquémicos, se da ese dolor de cabeza súbito e intenso, sin causa aparente, combinado con otros síntomas como debilidad o adormecimiento de la cara, brazo o pierna; dificultad para hablar, comprender o tragar; dificultad para ver con uno o ambos ojos; y visión doble, pérdida del equilibrio o coordinación y vértigo.
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