El sector agrario, especialmente el dedicado a elaborar aquellos alimentos o bebidas con destino a la restauración, temen que se pueda dar una nueva vuelta de tuerca a su actividad.

Y es que el comité de expertos del Gobierno para la reforma fiscal ha recomendado elevar al 21 % el IVA de las bebidas azucaradas y alcohólicas consumidas en el ámbito de la restauración, sector que tributa al tipo reducido del 10, una situación que ya se da mayoritariamente en la UE y que permitiría recaudar 1.360 millones.

Proponen avanzar hacia un tipo único de IVA. Pugnan por quitar a las bebidas azucaradas y alcohólicas en establecimientos de restauración, así como a los alimentos procesados, en línea con la directiva europea que apunta que a aplicación de tipos reducidos debe ser coherente con las políticas de la unión en materia de salud y medioambiente.

Los agricultores de remolacha, y las propias empresas azucareras, recuerdan que ya vienen padeciendo una disminución del consumo ante las noticias difundidas por el propio Gobierno que, según han apuntado, pueden afectar a la salud de las personas.

Con carácter general, el informe de los economistas recomienda “la supresión gradual” de los tipos impositivos reducido (10%) y superreducido (4%), de manera que solo quede el tipo general del 21% o de la cuantía que decida el legislador, lo que supondría un aumento de la recaudación del IVA en 27.100 millones. Según el informe, si se optara por mantener la recaudación habría margen para reducir el tipo general hasta el 15 %.

Los propios expertos reconocen que eliminar los tipos reducidos en el corto plazo acarrearía notables subidas de precios en algunos bienes y servicios que generarían una “fuerte contestación social”, por lo que sugiere evaluar este posible cambio de forma muy gradual.

Un campo en reestructuración

Un estudio elaborado por la Comisión Europea sobre la reacción del cultivo de la remolacha a raíz de la reforma del régimen azucarero y tras la finalización del sistema de cuotas de producción tras la campaña de comercialización 2016/17, destaca que el sector ha mostrado «un nivel adecuado de resiliencia frente a las amenazas actuales y futuras, considerando también el contexto del mercado internacional del azúcar y su evolución».

El informe reconoce el «profundo proceso de reestructuración» que ha experimentado y destaca que en la primera campaña comercial después de las cuotas, correspondiente a la campaña 2017-2018 se dio una cosecha «excepcionalmente abundante» que, combinada con una situación de exceso de oferta en el mercado internacional del azúcar, se tradujo en una «depresión prolongada» de los precios de este producto en la UE en las siguientes campañas comerciales, «lo que planteó graves amenazas para la viabilidad económica de los agentes de la cadena de suministro de la UE ».