“Realmente es todo una locura y estoy esperando a que se resuelva. Mi familia y los compañeros de trabajo estamos deseando que todo finalice. Cada uno dice que tiene su verdad y lo que quiero es que se termine con la verdad”, manifestó.

“Me mantuve alejada de la situación, pero con el tiempo se me acercó cada vez más gente para brindarme su apoyo. Son muchos los que saben que me metieron en algo en lo que no tengo nada que ver”, dijo.

Y añadió que “el primer año fue una locura lo que viví con mi familia, incluso tuvimos que cambiar de casa unas 12 veces. Había personas que querían quemar nuestra vivienda y todo fue muy fuerte, sobre todo para mis hijos. Al final hasta terminamos perdiendo nuestras propias cosas entre tantos cambios. Es el día de hoy que con mi familia nos preguntamos por qué nos pasó esto a nosotros”.

Por otra parte, Schwartz reflexionó que “en el colegio existe el Gabinete para el apoyo de los chicos y las maestras que apoyan a los alumnos”, pero se preguntó “quién apoya a los docentes”. “Uno no se da cuenta de la locura generalizada hasta que te pasa. Ahora me pasó y muchas personas se solidarizaron conmigo contándome que les pasó algo parecido”, indicó.

“Siento mucho que algunas personas no crean mi versión. Los maestros queremos a los chicos como si fuesen nuestros hijos. Más allá de lo que pasó con un padre que dijo que su hijo le aviso de lo dicen que pasó, yo los sigo queriendo igual. Iría puerta por puerta para que vean que soy una persona normal y que no soy un monstruo, pero eso no va a poder ser”, dijo.

Y concluyó afirmando que “no creo que vuelva a dar clases porque me sentiría acusada todo el tiempo. La acusación ya está hecha y el prejuicio quedará siempre”.