Sauce Grande: fumigaron la casa de la mujer fallecida por hantavirus

Sauce Grande: fumigaron la casa de la mujer fallecida por hantavirus

Técnicos del área de Zoonosis Rural, dependiente del ministerio de Salud, fumigaron la casa del balneario Sauce Grande, en Monte Hermoso, donde vivía una mujer que la semana pasada murió de hantavirus.

“Las dos casas inspeccionadas estaban impecables en cuanto a la limpieza y no encontramos evidencia de que en el interior estuvieran los focos de contagio”, señaló el doctor Jorge Volpe, director de la división de Zoonosis Rural, con sede en Azul.

“También se recorrió el entorno, ya que el contagio puede suceder en campo abierto, por lo que es muy difícil determinar donde fue específicamente”, agregó.

Volpe señaló que la mujer que falleció -de nombre Rosana, de 36 años de edad- ocupaba junto a su hijo de 5 años la vivienda que estaba ubicada en la parte de atrás del terreno. Había llegado al balneario a principios de diciembre pasado, proveniente de Mendoza.

En cuanto a la casa que da al frente del predio, se supo por comentarios de vecinos que estuvo ocupada todo el año pasado.

“Los expertos arribaron con un equipamiento especial, recorrieron y fumigaron las viviendas. También recorrieron las casas vecinas”, se informó desde el área de Prensa.

La enfermedad

El hantavirus es una enfermedad viral aguda grave, causada por el virus Hanta, cuyos primeros síntomas se asemejan a los de un estado gripal: fiebre alta por más de 48 horas, dolores musculares, escalofríos, dolores de cabeza, náuseas, vómitos y, a veces, dolor abdominal y diarrea.

Después de algunos días, puede surgir una dificultad respiratoria grave, lo que se conoce como “síndrome cardiopulmonar por hantavirus”.

Si bien es poco frecuente, puede llevar a la muerte si no es tratado a tiempo. Este fue el caso de la mujer fallecida en Monte Hermoso.

El principal transmisor del hantavirus es el ratón de campo (principalmente los colilargos), mediante la saliva, las heces y la orina.

El contagio a humanos se produce por contacto directo con las secreciones, con el animal (ya sea vivo o muerto) o por inhalación del virus en espacios cerrados donde hay mucha concentración de heces u orina de los roedores infectados (es la causa más frecuente). (La Nueva.).

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