El Municipio se reunió con funcionarios de Protección Civil e inició un dispositivo de prevención. Hay 16 familias radicadas fuera del anillo de defensa afectadas: ocho se autoevacuaron y las restantes permanecían en sus hogares; todas cuentan con asistencia. “Estamos tranquilos pero activos”, indicó la intendente.
“Queremos llevarle tranquilidad a los vecinos e informarles que desde el gobierno municipal estamos monitoreando permanentemente la evolución del fenómeno hídrico y ocupándonos de todas las medidas preventivas que están a nuestro alcance”. Fueron las palabras pronunciadas por Daniela Qüesta en referencia a la situación que se vive por la crecida del río.
De acuerdo a las mediciones que maneja el Centro de Operaciones de la Municipalidad de Santa Fe, el Salado alcanzó este martes los 5,98 metros en nuestra ciudad. Todavía lejos de los 6,37 que marcó como pico durante 2003, cuando inundó buena parte de la capital provincial.
De todos modos, Qüesta cuestionó como “un inconveniente” que no existan datos oficiales de los organismos provinciales competentes respecto a la altura del río y la proyección de crecida. La mandataria realizó ese planteo en una reunión que mantuvo este domingo con el director provincial de Protección Civil Zona Sur, Aldo Fabucci.
En el encuentro ambos coordinaron acciones preventivas y recorrieron sectores de la defensa costera. Durante la jornada estuvieron acompañados por funcionarios municipales y del gobierno provincial.
“Hasta la noche de ayer –domingo– estuvimos con los integrantes del Gabinete Social de la Municipalidad recorriendo las áreas más sensibles y dialogando con cada una de las familias asentadas allí”, informó la intendente.
“Las dificultades que estamos registrando las tenemos en zonas puntuales ubicadas fuera del anillo de defensa, entre ellas los barrios Costa Azul, Costa de Oro y el sector del terraplén delimitado por Juan de Garay y Alberdi”, puntualizó.
Al respecto, la titular del Ejecutivo detalló que “hasta el momento tenemos un total de 16 familias directamente afectadas por la crecida del río, ocho de las cuales optaron por autoevacuarse y contaron con la asistencia del Municipio en los casos que así lo requirieron”.
En los casos restantes “fueron trasladados los niños y las mujeres, mientras que los jefes de familia decidieron permanecer en sus hogares para resguardar sus pertenencias”, señaló, al tiempo que aclaró que “todos ellos cuentan con asistencia alimentaria”.
Por otra parte, Qüesta anticipó que “tenemos dispuesto en la Vecinal Sargento Cabral un centro de evacuados presto a funcionar si las circunstancias lo requieren, aunque afortunadamente por el momento esto no ha sido así”.
Balneario inhabilitado
Debido a la situación, la mandataria suspendió desde este lunes la habilitación al balneario municipal.
“Se trata esencialmente de una cuestión de seguridad de las personas, ya que la altura del agua alcanzó las columnas de alumbrado público y prácticamente no queda espacio físico para utilizar como solarium. Asimismo hemos detectado la presencia de reptiles y roedores en virtud de la crecida”, explicó.
Por último, Qüesta insistió en que “estamos actuando con tranquilidad y tomando todas las medidas preventivas a nuestro alcance para resguardar la seguridad de las personas”.
“Seguimos trabajando las 24 horas, focalizando nuestros esfuerzos en las medidas preventivas que se recomiendan para estos casos y asistiendo permanentemente a las familias en situación de vulnerabilidad”, concluyó.
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