Autores desconocidos atacaron ayer una vivienda de P. Colodrero al 2500 desde donde sustrajeron gran cantidad de objetos de valor, en un hecho que sacudió a los habitantes de barrio Fomento 9 de Julio.

A media mañana de la víspera el matrimonio que reside en dicho lugar salió para hacer unos trámites, sin imaginar la desagradable sorpresa que encontraría a su regreso.

El robo comenzó cuando, utilizando una barreta, los delincuentes lograron hacer “saltar” la cerradura de una puerta lateral. Una vez dentro del inmueble los sujetos dieron rienda suelta a su raid delictivo.

En la búsqueda de dinero u objetos de valor, los rufianes causaron un gran desorden dentro de la casa. Incluso no se privaron de amedrentar a una perra Labradora, la que hasta hoy había quedado asustada como consecuencia de semejante “visita”.

Un desastre

“Salimos con mi esposo a las 10 para hacer un trámite. Volvimos a las 11.20. Cuando llegamos pongo la llave y me doy cuenta que había otra llave puesta del lado de adentro. En principio pensé que era mi hijo, que es el único que tiene llave”, relató Alicia en diálogo con este diario.

“Apenas entro veo todo el desastre que había acá adentro. Estaban todas las cosas tiradas. Parecía que había pasado un terremoto. El instinto me llevó a entrar, pese a que lo más aconsejable habría sido que me retire y espere afuera”, comentó.

Más adelante la dueña de casa señaló que “me llevaron el televisor, una notebook, cámaras de fotos y demás electrodomésticos. Cortaron los cables de HD del televisor y el teléfono. No sé aún si me faltan más cosas porque todavía no terminé de revisar. Estaban todos los roperos revueltos, los cajones afuera, en fin... una catástrofe. Lo peor es como uno siente la violación a la intimidad y a la privacidad”.

Barrio golpeado

“Los vecinos de este barrio venimos de pasarla bastante mal. Durante todo el año pasado tuvimos gran cantidad de robos y asaltos. Entonces tuvimos que organizarnos. Pusimos luces en la calle que pagamos nosotros, también un sistema de alarmas. Hacemos cadenas telefónicas ante cualquier movimiento extraño, pero en verdad sentimos que nada alcanza.

Nos sentimos desprotegidos en todo sentido. Apenas vimos el robo mi marido fue a la seccional 11ª para denunciar y pedirles que vengan. Pero los policías le contestaron que no podían venir, porque tenían que cuidar a los presos. Tuvimos que volver a casa con las manos vacías.

Nuevamente nos comunicamos con el 911 y le contamos lo que nos habían contestado. Entonces sí, al rato aparecieron los de la seccional 11ª. Es evidente que no tienen ningún interés en atender los reclamos de los vecinos”, sentenció.