En principio, indicó que se debe distinguir entre estas y “las bebidas para deportistas”. Manifestó que estas últimas “realizan un aporte extra y sólo son útiles y adecuadas para un nivel alto de actividad física, como complemento de una adecuada alimentación y el control médico que todo deportista debe tener”.

Por su parte, las bebidas energizantes o estimulantes –en el término correcto– “tienen cafeína, además de taurina, carbohidratos y otras sustancias orgánicas. Guzmán explicó que se trata de bebidas “muy usadas por los jóvenes” y que no deberían venderse a los menores.

Al presentar ciertos riesgos, la profesional indicó que “conviene tener en cuenta” algunos puntos importantes. Primero abstenerse del consumo “si hay sensibilidad a la cafeína, hipertensión, problema cardiovascular, renal o hepático”, también personas diabéticas o con trastornos de ansiedad y embarazadas.

Es necesario saber que de “3 a 4 latas llevan al límite de cafeína” y “combinado con alcohol (neurodepresor) y las bebidas energizantes (euforizante y diurético) enmascaran el coma alcohólico y causan cuadro de deshidratación”. Entre otras cosas, indicó que se debe “leer en la etiqueta la composición y el límite máximo de consumo y no debe ingerirse más de una lata por día.