Ribero, el hombre que inició a Tinelli en la espiritualidad

Ribero, el hombre que inició a Tinelli en la espiritualidad
Construyeron una amistad de años, a tal punto que “el Cabezón” se sumó al “Arte de vivir” por invitación de su compañero. Así, se encontraron compartiendo ejercicios de respiración y meditación. Federico murió ayer producto de un cáncer de pulmón. Dolor por la pérdida de un amigo y un guía espiritual.
Marcelo Tinelli hizo una promesa. Pero por antojo del destino no podrá cumplir. "El día que Fede finalmente se sane, voy a hacer algo que cueste mucho. Me comprometí a hacer el curso Fase 2 de El Arte de Vivir, que me exige estar en silencio y con el celular apagado durante 48 horas". La promesa fue hecha cuando a su amigo personal, Federico Ribero, le diagnosticaron cáncer de pulmón.

Ribero, tenía 43 años y falleció ayer en el Sanatorio de Los Arcos, tras dos años de lucha contra el cáncer de pleura. El Arte de Vivir fue el espacio que Tinelli y Ribero compartieron. Más bien uno inició al otro: el empresario gastronómico lo alentó a que siguiera las prácticas de meditación que había aprendido en la famosa ONG dirigida por Sri Sri Ravi Shankar.

"Fede me cambió la vida, me enseñó a verla de otra manera. Me sumó al Arte de Vivir y siempre le voy a estar agradecido. Realmente experimenté grandes cambios. Intento cuidarlo” había señalado Marcelo en su programa.

"Fede me cambió la vida, me enseñó a verla de otra manera. Me sumó al Arte de Vivir y siempre le voy a estar agradecido"

Ribero, padre de Francesca (10) y Stefano (7), era una persona con un gran sentido de la espiritualidad. Practicaba la meditación y hacía ejercicios de respiración a diario. Este modo de vida comenzó a practicar a partir de su participación en los cursos del Arte de Vivir. En esa fundación, conoció al instructor Juan Mora y Araujo. Juntos escribieron el libro "Inspirar: el arte de vivir mejor”. Las regalías serán donadas íntegramente a FUCA (Fundación para la investigación, docencia y prevención del cáncer) que dirige su oncólogo, Reinaldo Chacón, y su hijo Matías, y a El Arte de Vivir.

La casa que Ribero tenía en Pilar, donde vivía con su mujer Andrea Bursten y sus hijos, es muy luminosa, llena de color blanco y ordenada. El blanco es el color con el que generalmente se vestía el empresario gastronómico, tono que se acocia a la puerza y la espiritualidad. Federico comenzó a transitar ese camino, por en marzo de 2008, por consejo de Paula Cahen D´Anvers y su mamá, María.

Ayer, horas después de la muerte de Ribero, "el Cabezón" escribió un emotivo mensaje en su cuenta personal de Twitter: "Te voy a extrañar muchísimo hermano del alma. Gracias por todo lo que aprendí a tu lado. Te amo por siempre". Tinelli perdió a un gran amigo, casi un hermano. El mismo que tiempo atrás le dio las herramientas para superar los tragos amargos que presenta la vida.

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