Resistencia fue elegida como próxima sede del Encuentro Nacional de Mujeres

Por Claudia Araujo y Laura Gómez - La aclamación de Resistencia (Chaco para las demás provincias) como sede del 32 Encuentro Nacional de Mujeres fue la noticia del cierre en Rosario de los tres días de talleres y movilizaciones del activismo feminista de Argentina.

La elección es por aclamación de la mayoría, un sistema cuestionado especialmente por las impulsoras de la otra candidata, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Esta será la segunda vez que la capital chaqueña organice un Encuentro, el anterior fue en 1998 y tuvo una convocatoria de 10.000 participantes aproximadamente, una cifra que año a año fue creciendo hasta transformarse en uno de los acontecimientos activistas más sobresalientes de América Latina.

Participantes y organizadoras coinciden en un punto: el encuentro crece y se fortalece en convocatoria. La desmedida respuesta de la policía federal a reducidos grupos de manifestantes en la multitudinaria marcha de ayer, que dejó a una veintena de personas heridas por balas de goma, la mayoría periodistas, no opacó la participación de colectivos de todo el país.

Aunque en muchos medios se reflejaron, desproporcionadamente también, las pintadas y la violencia en proximidades a la catedral de Rosario, el desafío fue contar cómo un encuentro autogestionado, federal y horizontal pudo reunir y movilizar a tantas expresiones antagónicas. Algo que ningún partido político y muy pocas centrales sindicales podría acreditar en un año signado por la crisis económica, las desmesuradas subas de tarifas en servicios públicos, los despidos y la precarización laboral , entre tantos otros retrocesos en derechos y políticas públicas y privadas.

Incontables cuadras de columnas de organizaciones de las más diversas durante la marcha, son apenas una parte del evento que durante las tres jornadas trató temáticas de las más variadas y en cada una es destacable la tolerancia que se ejerce frente a posturas distintas.

El Encuentro de Mujeres se destaca por empaparse de realidad: las experiencias de miles de mujeres se palpa en la calle, en las conversaciones diarias, en los bares, en los talleres y en las plazas. Todas tienen una consigna común, dotar de perspectiva de género a la cotidaneidad y trabajar para que el movimiento feminista se extienda. Para que “lo personal se vuelva político”.

La gran cantidad de personas que mueve el Encuentro, representa un desafío para la Comisión Organizadora que a partir de ahora tendrá por delante un año de intenso trabajo para evaluar los lugares dentro de la provincia que deberán prepararse para albergar a miles de mujeres organizadas que revolucionan año a año cada ciudad que visitan.

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