Un total de 16 socios de ocho países europeos trabajan desde 2017 en el marco del proyecto Urbiofin para demostrar la viabilidad técnica, económica y medioambiental de generar a escala semi industrial bioproductos –entre ellos biogás y biometano– a partir de la fracción orgánica de residuos sólidos urbanos. Ahora, el proyecto ha dado un paso más con la instalación de una nueva línea de biogás en las instalaciones de Urbaser en Zaragoza.
Utilizando el concepto de biorrefinería aplicado a residuo sólido urbano (biorrefinería urbana), con Urbiofin se busca fabricar diferentes productos comercializables como bloques de construcción químicos (bioetanol, ácidos grasos volátiles y biogás), biopolímeros (polihidroxialcanoatos) y aditivos (bioetileno, productos bioquímicos derivados de microalgas), según explican desde Urbaser, uno de los socios de este proyecto, que cuenta con fuerte presencia española.
La iniciativa está financiada por BBI JU (Bio-based Industries Joint Undertaking) y cuenta con un presupuesto de 15M€. El consorcio está estudiando toda la cadena de valor, desde las propiedades del residuo (materia prima) hasta la aplicación de los productos generados.
Como señala Eduardo Fernández, director de Innovación de Urbaser, "el proyecto Urbiofin ofrecerá un nuevo escenario viable y más sostenible a la actual valorización de la fracción orgánica procedente de los residuos que se realiza en las ciudades”. De esta manera, continua, “atendiendo a los principios de la economía circular, se podrán conseguir productos de elevado valor añadido gracias a la capacidad de transformar la biomasa”.
Nueva línea de biogás
Urbaser ha completado recientemente la instalación de un sistema de digestión anaerobia en dos fases en su Centro de Innovación Alfonso Maíllo (Zaragoza), que cuenta con un digestor hidrolítico de 100 m3 para producir ácidos grasos volátiles y un digestor metanogénico de 60 m3 para producir biogás y digestato (para obtener fertilizantes sólidos).
La línea de biogás instalada, que operará la Universidad de Valladolid –también socio del proyecto–, dispone de un sistema de biofiltración anóxica para la eliminación de ácido sulfhídrico y un fotobiorreactor de 286 m2 en el que, a partir de un proceso simbiótico de microalgas y bacterias, se realizará la conversión del biogás a biometano. Esta línea tiene además una nueva tecnología biológica para la eliminación de siloxanos (compuestos de carbono y silicio) que alargará la vida útil de los motores de cogeneración durante la combustión del biogás.
Los procesos involucrados en el desarrollo de estos bioproductos estarán interconectados de manera que la instalación demuestre ser una biorrefinería versátil y eficiente para la fracción orgánica, según destacan desde Urbaser.
Cuatro años de desarrollo
El proyecto está coordinado por Industrias Mecánicas Alcudia (Imecal). Como socios industriales participan: Urbaser, Biomasa Peninsular, Exergy Ltd (Reino Unido), Novozymes (Dinamarca), VISUM Ltd (Alemania), Natureplast SAS (Francia), BCM BioEconomy Cluster Management GmbH (Alemania), SES Stefany Emballlages Services (Francia) y Natrue AISBL (Asociación Internacional de Cosméticos Naturales y Orgánicos). Las organizaciones de investigación son casi todas españolas: ainia, Ciemat, CSIC, Iriaf y la Universidad de Valladolid. También participa Wageningen University & Bioresearch (Holanda).
Está previsto que el proyecto, iniciado en junio de 2017, concluya en diciembre de 2021.
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