“El régimen es cada vez más autoritario”

“El régimen es cada vez más autoritario”

Clarín en Turquía. Lo dice Cengiz Aktar, politólogo y escritor turco. Y afirma que el fallido golpe de Estado reforzará al presidente Erdogan.

Cengiz Aktar es politólogo, periodista y escritor turco, profesor en la Universidad Bahcesehir de Estambul y en la Sorbona de París. Nacido en Estambul en 1955, es autor de varios libros sobre las relaciones de Turquía con Europa, colaboró durante más de 20 años con Naciones Unidas. Aktar habló con el enviado de Clarín desde Grecia, donde pasa el verano.

¿El fallido golpe de Estado va a reforzar al presidente Erdogan?

Sí, Erdogan intentará ahora conseguir lo que se le negaba. Su victoria electoral de noviembre –la segunda elección en cinco meses, pues no se había logrado consenso para un gobierno de coalición– no fue suficiente para dar estabilidad al país, envuelto en su guerra con los kurdos, la guerra civil siria, su ambigua relación con el islam radical incluyendo al grupo ISIS y un aislamiento cada vez mayor en el mundo y en la región, así como relaciones cada vez más tensas con sus aliados occidentales. La economía no está bien y el régimen es cada vez más autoritario.

¿Ve usted riesgo de que Turquía caiga en una dictadura?

Turquía ya no será democrática. La balanza política turca no se mueve desde hace tiempo entre democracia y dictadura, sino entre dos formas dictatoriales. El régimen se siente ahora reforzado para imponer un sistema presidencialista fuerte a la rusa, sin frenos ni contrapoderes. Y eso se lo ofrecieron los militares golpistas, fueran cuales fueran sus motivaciones iniciales y sus intenciones finales, a Erdogan, el régimen presidencial con el que sueña desde 2010.

Las Fuerzas Armadas turcas actuaron como un sólo hombre en los golpes de Estado precedentes. ¿Por qué no esta vez?

Turquía no ha “desmilitarizado” su sistema político para poner a la institución militar al servicio del Estado. Cuando llegó al poder, el AKP –el partido del presidente Erdogan– utilizó hábilmente las precondiciones de la Unión Europea para limitar sustancialmente el peso político de los militares, “civilizar” las instancias militares, pero nunca se atacó a su autonomía jurídica y financiera. Los militares no dan explicaciones de sus gastos, pero el régimen les permitió sus privilegios a cambio de su lealtad. Además, el AKP pudo poner en marcha un complejo militar-industrial en el que empresarios afines y militares trabajan juntos. Y el poder consiguió “islamizar” a una gran parte de la escala de suboficiales. Quedan como oposición en las Fuerzas Armadas los gülenistas y los kemalistas, que ahora son el objetivo.

Comentá la nota