Recoleta: rescataron a una joven que era víctima de un rito satánico

Recoleta: rescataron a una joven que era víctima de un rito satánico
Ocurrió en un edificio de Peña al 2000. Policías de la Comisaría 17a hallaron a la muchacha atada a una cama de su departamento del segundo piso y a la captora invocando al demonio. Las dos fueron llevadas al Hospital Fernández.

Federico Trofelli.

Hacía diez días que Ludmila Silva Souza Oliveira, una estudiante brasileña de 22 años que vive en Buenos Aires, no respondía los llamados a su celular ni los mails. Preocupada, su amiga y compatriota Davonara Barra decidió hacer la denuncia en la Comisaría 17a. Cuando los policías ingresaron al departamento de Recoleta, donde Ludmila vivía con una compañera de cuarto angoleña, se quedaron sin palabras: la joven estaba siendo sometida a un rito satánico.

“Soy Dios y te voy a sacar el demonio del cuerpo”, repetía la africana Marcia Almeida, de 25 años, en portugués mientras balanceaba su cuerpo con la mirada perdida como si estuviera poseída. Atada a una cama, en medio de decenas de velas encendidas, estaba Ludmila. Según fuentes consultadas por Tiempo Argentino, la víctima presentaba un estado de salud muy deteriorado, debido a que durante su cautiverio ingirió muy poco líquido y nada de alimentos.

La misteriosa desaparición de la chica comenzó a develarse el lunes 11, cuando efectivos de la Comisaría 17a llegaron al edificio de la calle Peña 2079, luego de la denuncia de Barra. Pero el ingreso al departamento “B” del segundo piso, donde Ludmila y Marcia vivían desde hacía tres meses, no fue fácil. Primero, los efectivos fueron rechazados por los vecinos porque no contaban con orden de allanamiento. Entonces, la Fiscalía 45 a cargo de Viviana Fein ordenó ubicar a la propietaria del departamento.

Una suerte similar había tenido el día anterior un grupo de personas que se acercó al lugar también para dar con las chicas. “Dijeron que venían de una Iglesia, aunque no especificaron a qué religión pertenecían, y que estaban preocupados porque no había señales de vida de ellas desde hacía más de una semana”, explicó una de las vecinas que decidió no permitirle el ingreso a los extraños. Para tranquilizar a los visitantes, esta mujer tocó varias veces el timbre del 2º B, pero nadie contestó. Sólo había silencio. Sin más, los religiosos se fueron.

Finalmente, alrededor de las 19:30 del lunes 11 de junio, con las llaves en la mano, los policías, Davonara Barra y la dueña, ingresaron a la vivienda y se encontraron con el escalofriante escenario: oscuridad, desorden, olor rancio y gritos guturales en portugués que invocaban al demonio.

Los policías lograron dominar a la chica angoleña, liberar a Ludmila y de inmediato llamaron al SAME.

Voceros de la investigación indicaron que la joven brasilera fue trasladada de urgencia al Hospital Fernández.

En tanto, la chica angoleña también fue derivada al mismo centro asistencial de Palermo acompañada de una consigna policial bajo un cuadro severo de esquizofrenia.

Según pudo saber este diario, Ludmila fue asistida por el Centro de Orientación a la Víctima Sexual para establecer si existió abuso. Por el momento, las pericias preliminares descartaron un ataque de este tipo.

En un primer momento, la causa caratulada como privación ilegal de la libertad cayó en manos de María Rita Acosta, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 28. Sin embargo, fuentes judiciales detallaron que el caso pasó al fuero civil debido a la modificación del Código Civil a partir de la aplicación de la nueva Ley de Salud Mental en donde se establece que “no podrá ser privado de su libertad el declarado incapaz por causa de enfermedad mental o adicciones, salvo en los casos de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros”. <

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