Recibió la Municipalidad con sólo $ 416 en la caja

Recibió la Municipalidad con sólo $ 416 en la caja

“Estamos en extrema emergencia”, sentenció el jefe municipal simoqueño, Marcelo Herrera. Según dijo, el radical Luis González le dejó una Municipalidad en total estado de abandono, con camiones rotos y una planta de personal incrementada. 

“Lo que haya que elevar a la Justicia lo haremos”, afirmó. El intendente de Simoca afirma que se topó con una deuda salarial de casi $ 5 millones; “me encontré con un desastre”, graficó

El de Simoca es un municipio en extrema emergencia. Así lo sentenció el intendente local, Marcelo Herrera (FpV), al referirse en una charla con LA GACETA a la herencia que recibió hace 40 días de su predecesor, el hoy legislador radical Luis González. Indignado, el funcionario dijo que jamás imaginó el nivel de abandono y de endeudamiento con el que recibiría la Intendencia y que ahora trata de superarlo a duras penas y con la ayuda de la Provincia. Herrera contó que el parque automotor estaba convertido en un cementerio de chatarras, con el 97% de los vehículos fuera de servicio. La herencia de caja -añadió- fue de apenas $ 416, mientras que la deuda salarial alcanzaba los $ 5 millones, con un exceso en la planta de personal.

Para colmo de males, según dijo, la crisis cañera le lanzó sobre su espalda a miles de desocupados que claman por trabajo. “Me di con un municipio desmantelado. Ahora mismo estamos alquilando cuatro tractores con carros para tratar de normalizar la recolección de residuos. Y nos endeudamos con la Provincia para poder cumplir con los compromisos salariales”, sostuvo. Además, habló de la desaparición de bienes patrimoniales de la Intendencia, como computadoras y sulkys desde el predio ferial. También de documentaciones que acusan serias irregularidades y que se refieren a designaciones dudosas en la planta de personal.

Frente a todo eso, Herrera decidió abrir una investigación administrativa que conduzca a dejar en claro aspectos que hacen a la situación de empleados, de la oficina contable y otras áreas que, según afirmó, exhiben un descontrol administrativo. “Lo que haya que elevar a la Justicia lo haremos”, aseguró el jefe municipal.

- Usted dibuja un desgobierno al referirse a la anterior gestión.

- González y su gente siempre se mostraron como que llevaban adelante una gestión ejemplar, ordenada y austera. Admito que en principio me creí esa versión. Sin embargo, cuando asumí no podía salir de mi asombro de lo que me hacía cargo. Todo parecía un desastre.

- ¿Qué fue lo más urgente que tuvo que enfrentar?

- En caja tenía $ 416 y una planilla salarial atrasada de $ 5 millones. Y es inentendible porque el municipio ya había recibido unos $ 6 millones por coparticipación y Fondo de Desarrollo del Interior (FDI). Ellos dicen que con eso pagaron proveedores. No lo sé. Lo cierto es que gracias a un préstamo de la Provincia se apaciguó el ánimo de los trabajadores, que ya querían salir a protestar.

- ¿Con qué otras deudas se encontró?

- Se debía a la ART, retenciones y otros ítems. En total, la deuda del municipio ahora es de $ 13 millones. Incluye lo que se debe a la Provincia y a los proveedores. Lo importante es que logramos poner los sueldos al día. Estimamos que hasta marzo vamos a tener un municipio saneado.

- Dice que el parque automotor es otra de las herencias pesadas.

- Cuando fui a ver el taller casi me caí de espaldas. Había solo un camión de regar en funcionamiento, mientras que otros cuatro estaban descompuestos, entre ellos el atmosférico, y dos motoniveladoras y una retroexcavadora abandonadas. La fosa del taller permanecía con agua que se filtra desde el techo cuando llueve. El desorden era indescriptible.

- ¿Y las otras dependencias?

- Archivo se asemejaba a un depósito de residuos. Montículos de papeles y carpetas en total desorden. El Centro Cultural Angel Leiva, que fue un orgullo para la ciudad, también sufrió las consecuencias del abandono. Cada vez que llueve queda anegado el salón de teatro. Se cae de a pedazos. Por esa razón se debió suspender ahí la asunción de concejales. Una vergüenza.

- ¿Qué otros detalles le inquietaron?

- La planilla salarial está excedida. Tenemos 300 estables y 75 contratados. Entre estos últimos hay personas que no son de aquí y que no cumplen ninguna función. A fin de mes se les vence el contrato y revisaremos su situación. Además hay irregularidades en designaciones y ascensos de empleados.

- ¿De qué forma impactó la crisis cañera en el municipio?

- Es tremendo lo que se vive. En los primeros días atendí a más de 1.500 personas que pedían trabajo. Gente con hijos y que, en algunos casos, no tienen ni para comer. Del total registrados, solo pudimos armar un plan de contención social que beneficia a 500 familias.

- ¿Qué objetivo se propuso para su gestión?

- Me propongo transformar a la ciudad en una de las mejores del interior. En ese sentido, tenemos que atraer inversiones que generen trabajo y fortalecer el turismo. Al mismo tiempo hay que encarar el déficit habitacional, que afecta a unas 1.000 familias, y renovar y ampliar la cañería del sistema cloacal y de agua potable.

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