Las razones por las que el Solo Bus no cumple con su objetivo

Las razones por las que el Solo Bus no cumple con su objetivo

El tramo de cinco kilómetros de carril exclusivo en avenida Sabattini no mejoró sustancialmente los tiempos de viaje.

 

Cuando los técnicos de la Municipalidad de Córdoba analizaron la posibilidad de traer a la ciudad el sistema de autobús de tránsito rápido (Bus Rapid Transit, conocido como BRT) para incluirlo como una de las novedades del nuevo servicio de transporte público, hablaron de un proyecto pero “adaptado a lo cordobés”. La aclaración se hizo por las comparaciones iniciales surgidas en relación al Metrobús de Buenos Aires o al sistema BRT implementado en otras ciudades del mundo como Curitiba, cuando en realidad la iniciativa capitalina sería una versión diferente, ajustada a la infraestructura y características de Córdoba. Pero siempre respetando el espíritu del sistema: mejorar la calidad de viaje y reducir los tiempos de recorrido.

En el 2012, la dirección de Transporte municipal presentó el “Sólo Bus” como un carril exclusivo para ómnibus, ubicado a la izquierda de las avenidas cuyas paradas para el ascenso y descenso se construirían sobre plataformas en el cantero central. Aseguraron que funcionaría con unidades articuladas para los servicios troncales que permitirían duplicar la cantidad de pasajeros trasladados respecto a los que transportan los ómnibus comunes. Prometieron un ahorro del tiempo de viaje de hasta un 30 por ciento con frecuencias preestablecidas que, en línea recta y sin friccionar con otros vehículos, mejorarían la velocidad comercial de los coches. Esto se traduciría en una reducción de hasta 10 minutos en los tiempos de recorridos. Además, anunciaron que se pondría en marcha de un nuevo sistema de semáforos en esas arterias. En principio se habló de construir el Sólo Bus en cinco de las principales avenidas de Córdoba, con paradas inteligentes en cada una de las estaciones. 

Aquellos anuncios rimbombantes tenían un asidero político. El intendente Ramón Mestre se jugaba gran parte de su capital en la implementación del nuevos sistema de transporte en general, pero sobre todo, en el éxito de lo que prometían sería una de las principales novedades: el BRT cordobés. 

La apuesta era mostrar un esquema sustentable que se presente como alternativa a los vehículos particulares y, de esa manera, ganar en cantidad de pasajeros. Para ello, una de las vidrieras sería esta nueva modalidad de viaje. 

De hecho, aún con todas las dificultades que presentó el nuevo servicio de transporte, el radicalismo exhibe hoy el Sólo Bus de avenida Sabattini – el único construido hasta el momento- como una de las obras emblemáticas que dejará esta gestión. Con un acto político que movilizó a gran parte de la UCR, al gabinete municipal y a la militancia, el intendente Mestre inauguró el 12 de diciembre un tramo de cinco kilómetros de carril exclusivo. Tal fue la envergadura que se le dio a la obra que, ante la presencia de la vicegobernador Alicia Pregno y el secretario de Transporte de la ciudad de Buenos Aires Guillermo Drietich, el jefe comunal lloró al evocar a sus padre con la frase “obras, no palabras”. 

¿El resultado? 

Hablar de un rotundo éxito o fracaso del Sólo Bus sería apresurado considerando que a esta gestión le quedan todavía once meses de gobierno y que de las cinco obras prometidas, sólo se avanzó parcialmente con una. En todo caso, cabe preguntar si se justificó la iniciativa en función al costo - beneficio que arrojan hasta ahora los resultados. 

Este medio consultó a varios de los choferes de las 13 líneas que ya circulan por el Sólo Bus que va desde la calle Tránsito Cáceres de Allende hasta el Arco de Córdoba, y todos coincidieron en que los tiempos de recorridos no fueron mejorados sustancialmente. En el mejor de los casos, reconocen que el ahorro varía de uno a dos minutos pero nunca los 10 minutos prometidos por el Ejecutivo. Como positivo señalan que durante ese tramo los colectivos no rozan con otros vehículos pero admiten que los tiempos de espera en los semáforos “parece mayor”. Los choferes consideran que el sistema funcionará plenamente cuando terminen las vacaciones y el flujo de tránsito sea el habitual. 

Un relevamiento realizado por este diario permitió advertir las principales dificultades que presenta la obra del Sólo Bus en Sabattini: 

Kilómetros

Supuestamente el total de la traza del Sólo Bus en Sabattini es de 5,3 km. En realidad hay que restarle más de 800 metros en los que no hay dársenas en el cantero central debido a problemas técnicos para construirlas. Por ello, en la zona del Hipermercado y en el Arco de Córdoba los colectivos deben salir del carril izquierdo y levantar pasajeros en las paradas regulares ubicadas en las veredas y luego retornar a la vía exclusiva. 

20% de los recorridos 

El tramo construido del Sólo Bus representa apenas un 20 por ciento del total de los recorridos que hacen las líneas que transitan por Sabattini (en promedio 24 km). Esto significa que el tiempo que pueda ahorrar el colectivo pasando por el carril selectivo, lo pierde luego cuando entra en contacto con el resto del tránsito.

Más semáforos

Debido a la construcción de las paradas y a la eliminación de los giros a la izquierda por Sabattini, el municipio colocó nuevos semáforos en la avenida. En total hay un promedio de 12 aparatos -tanto de ida como de vuelta- que al no estar coordinados, obligan a los colectivos a detenerse en cada esquina. Esto le suma, en el peor de los casos, entre seis y siete minutos más al tiempo de recorrido. 

Inseguro

 Lejos de reducir accidentes, el Solo Bus resulta inseguro. A la imprudencia de los conductores particulares y la ausencia de inspectores (al menos los días del relevamiento), se suma que el carril no está separado en todo su tramo por delineadores y tachas plásticas reflectantes como habían prometido. Ya hubo varios accidentes y un ciclista murió arrollado por un colectivo la semana pasada.

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