“Los rastros implican a una sola persona”

“Los rastros implican a una sola persona”
El jefe de Casos Especiales de la Policía bonaerense aseveró que fue uno solo el criminal que actuó en el cuádruple femicidio de La Plata. Fue en el marco de la tercera jornada del juicio.
“Tenemos rastros que implican a una sola persona. La evidencia física de una sola huella de calzado y un único ADN masculino en la escena del crimen nos indican que actuó una sola persona”. En 34 palabras el jefe de la división Casos Especiales de la Policía bonaerense complicó la situación de Javier Quiroga, uno de los acusados por el cuádruple femicidio de La Plata, ocurrido el 27 de noviembre de 2011.

Cristian Méndez es Licenciado en Criminalística recibido de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Se especializó en análisis de escenas criminales. Al momento del hecho tenía más de veinte años de experiencia laboral.

Fue el primero de los peritos en ingresar al trágico departamento donde masacraron a tres mujeres y una niña. Al ver el baño de sangre y los cuerpos diseminados, su primera expresión fue “¿Qué hago?”. Repuesto del shock inicial por la escena dantesca que estaba frente a sus ojos, comenzó con la labor puntillosa que se extendió durante ocho horas en aquel caluroso domingo del domingo 21 de noviembre de 2011.

Una de las primeras conclusiones a la que arribó fue que el asesino utilizó zapatillas marca Topper talle 41. “El hecho fue muy particular” por la violencia evidente del lugar donde había lugares con “lago hemático”, describió.

Durante su exposición el licenciado Méndez le puso palabras y descripciones periciales a las más de doscientas fotos de la escena criminal que reprodujeron en la tercera audiencia del debate, con un cañón proyector que llevó el abogado Julio Beley, defensor de Osvaldo Martínez, el otro acusado que llegó a juicio en libertad por “falta de mérito” luego de que la Cámara Penal de La Plata dictaminara que no había pruebas para mantenerlo detenido.

Secuencia del horror. El testigo fue claro y didáctico en su exposición. Según su conclusión la secuencia mortal comenzó en la cocina de la vivienda con la muerte de Susana de Bártolle (63) quien fue atacada con un destornillador, un cuchillo que le quedó clavado en el cuello y dos cuchillas. El criminal se dirigió a la habitación principal y masacró a puñaladas a la niña Micaela galle (11).

Siempre según la conclusión de Méndez, la tercera víctima fue Bárbara Santos (29) –novia de Martínez- a la que sorprendió en el baño. La joven ofreció resistencia y la pelea se trasladó al living de la casa, donde finalmente fue asesinada a golpes y puñaladas. Su cuerpo desnudo se desangró y dejó un manto hemático en el lugar. Luego llegó Marisol Pereyra (35) en el remís que conducía Marcelo Tagliaferro (principal testigo del fiscal y procesado por “falso testimonio”), tocó timbre, alguien le franqueó el acceso a la vivienda y también fue asesinada.

Sobre el final de su exposición el letrado Beley consultó al experto para que exprese, según su capacitación, experiencia e información recabada en el lugar del hecho “cuántas personas” actuaron en la masacre. Méndez reflexionó unos segundos, se acomodó en la silla y disparó: “Tenemos rastros que implican a una sola persona. La evidencia física de una sola huella de calzado y un único ADN masculino en la escena del crimen nos indican que actuó una sola persona”. El único ADN ajeno a las víctimas hallado en el lugar pertenece a Javier Quiroga.

La cuarta audiencia de debate fue programada para el lunes 12 de mayo a las 9 de la mañana, según lo dispuso el Tribunal Oral Criminal III de La Plata integrado por los jueces Ernesto Domenech, Andrés Vitali y Santiago Paolini por las secretarías de Andrea Lamamy y Romina Marchioni.

El caso. Martínez (30) llegó al juicio en libertad, mientras que Quiroga (35) -quien había realizado unos trabajos de albañilería en la vivienda donde ocurrió el hecho y conocía a sus moradores- se encuentra detenido en la Unidad Penitenciaria 9 de La Plata.

La causa estuvo a cargo del fiscal Álvaro Garganta, quien dio por probado que "por lo menos dos hombres, conocidos de la familia, mediante múltiples golpes y heridas de arma blanca, le dan muerte” a las cuatro víctimas.

El fiscal consideró que "en dichas circunstancias, ante la llegada imprevista de Marisol Pereyra, el primero (Martínez) la recibe y el segundo (Quiroga) la ultima por idéntico motivo".

"El carácter celoso y posesivo" de Martínez, el cual quedó plasmado en los resultados de los peritajes psicológicos y psiquiátricas realizados al imputado, explicarían el homicidio de Santos, quien recibió el doble de puñaladas que el resto; y también "el fin de lograr su impunidad con la muerte de las restantes mujeres", sostuvo Garganta.

Entre los indicios mencionados en su dictamen, el fiscal Garganta tomó en cuenta la declaración de un testigo que "vincula a Martínez y a Quiroga, ya que los mismos se conocían por formar parte del mismo grupo de jóvenes de un club".

Además, una vecina de Martínez, declaró haber visto llegar al acusado a la 1.40 del 27 de noviembre a su casa de la localidad platense de Melchor Romero, con el torso desnudo y ropas en la mano; mientras que el imputado aseguró haber estado en su domicilio desde las 21.45 del día anterior y que salió recién a las 9.30 de la mañana siguiente.

Otro elemento tomado en cuenta para imputar a Martínez fue el testimonio del remisero Marcelo Tagliaferro, quien trasladó a Pereyra hasta la escena del crimen e identificó al acusado como el hombre que salió a recibir a la mujer.

Respecto de las pruebas contra Quiroga, el fiscal Garganta precisó que el perfil genético masculino hallado en 18 puntos de la escena del crimen y debajo las uñas de Pereyra y De Bártolle condice con el ADN del imputado.

Según la versión de Quiroga, Martínez le había pedido que concurriera al PH de 28 entre 41 y 42 para realizar un arreglo, pero una vez allí, el novio de Santos asesinó a las cuatro mujeres y luego lo obligó a dejar sus huellas en los elementos utilizados para matarlas a fin de incriminarlo.

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