Tiene un déficit operativo mensual de $5,74 millones y no tiene acceso a financiamiento para renovar una red de más de 50 años. Las cuatro opciones de Pérez.
Aguas Mendocinas transita por un momento crítico. Pierde plata con lo que recauda por tarifas, necesita entre $70 a $90 millones para poder renovar cada año al menos el 2% de una red de agua potable y cloacas de 7.000 kilómetros (el 33% tiene más de 50 años) y no tiene acceso a financiamiento porque ni la Nación ni los organismos multilaterales de crédito financian otra cosa que no sea obra nueva o ampliación de redes existentes.
A continuación, en cuatro claves lo hecho hasta ahora, el problema de fondo, el déficit operativo y las cuatro posibles soluciones, explica Luis Böhm, presidente del directorio y gerente general de Aguas Mendocinas (AM):
1-Hay financiamiento sólo para obra nueva.
Hoy la empresa de gestión estatal AM tiene en marcha o iniciándose obras por un total de $250 millones. Según Böhm, una “cifra récord” de inversión para la empresa y para la provincia. Con este dinero se están construyendo o ampliando plantas potabilizadoras o de tratamiento para líquidos cloacales en Godoy Cruz, San Rafael y Santa Rosa, instalando nuevos filtros en Luján, una depuradora en San Martín y avanzando en la renovación de colectores cloacales como el de Lisandro Moyano en Las Heras.
Este plan de obras nuevas está siendo financiado, explica Böhm, con la afectación de los fondos que recibe Mendoza por la coparticipación de parte de las regalías de la soja ($80 millones), con dinero que llega de la Nación vía el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento ($55 millones), con un crédito por $70 millones que los bancos Hipotecario y Patagonia le dieron a la provincia; y el resto con créditos internacionales, en especial del BID.
Con estas vías de financiamiento, AM aspira a seguir financiando a futuro la ampliación de la red y la construcción de nuevas plantas potabilizadoras y de tratamiento de líquidos cloacales para intentar atajar la mayor demanda futura por el crecimiento poblacional de Mendoza.
2-Sin crédito para renovación.
Muy distinta es la realidad para atacar el problema más grave: cómo hacer para renovar los 7.000 kilómetros de cañerías de agua y cloacas que tiene la ciudad de Mendoza. Una red obsoleta (el 33% tiene más de 50 años) que es la responsable de los cortes recurrentes, contaminación y mala calidad del agua que se consume. Es que ni la Nación, vía Enohsa, ni los organismos multilaterales de crédito como el BID, CAF o el Banco Mundial prestan dinero para “renovación” o “reparación” de infraestructura existente. Esto deja sin financiamiento a Aguas Mendocinas para encarar justamente las obras que necesita con más urgencia.
Según informó Böhm, se necesitan al menos $70 a $90 millones para cambiar y renovar por año el 2% de la red de agua potable y cloacas que hoy tiene la ciudad de Mendoza. Un ritmo de obra que permitiría renovar todas las cañerías y colectores cada 50 años. Este dinero no está y el desafío ahora es cómo conseguirlo.
3-Con un déficit operativo crónico.
Con lo que hoy recauda por el cobro de la tarifa de agua y cloacas, Aguas Mendocinas pierde por mes $5,74 millones, un rojo operativo que es compensado en parte por el aporte de $4 millones por mes en subsidios del Estado. En estas condiciones, se estima que AM cerrará el año con un déficit operativo total por $68,99 millones.
En Mendoza, la tarifa promedio mensual por el servicio de agua potable y cloacas es de $34,5. En Buenos Aires, los usuarios de AySA pagan $33 por mes, mientras que en San Juan la empresa estatal no recibe subsidios y cobra una boleta promedio por usuario de $120 al mes.
Hoy el 60% del presupuesto de AM se lo lleva el pago de salarios. Por mes la empresa cobra $18,77 millones y gasta en total $24,52 millones, de los que $14,72 millones se van sólo en el pago de sueldos para sus 700 trabajadores.
Desde que se estatizó, AM subió la tarifa 35% en diciembre de 2011 y la aumentó otro 25,4% en noviembre de 2012. En este mismo período, hizo frente a tres paritarias con aumentos por más del 20% anual cada uno.
Al ser consultado sobre el por qué de tamaño desequilibrio, Böhm recordó que desde la estatización en 2011 de AM, se fijó por ley que la tarifa sólo iba a cubrir los gastos operativos de la empresa. Toda la inversión necesaria (no se hizo nada en más de 30 años) se iba a cubrir con financiamiento nacional o internacional. El problema ahora es que no hay opciones de financiamiento para renovación de redes y las roturas que hoy se producen se van reparando y pagando con ingresos operativos (recaudación) o subsidios del Estado.
4-Las cuatro salidas posibles y el dilema de Francisco Pérez.
A dos años de la estatización, Aguas Mendocinas se enfrenta con un escenario en el que el déficit operativo crece (pierde plata), no tiene acceso a financiamiento ni tiene recursos como para renovar y reparar la red existente. Los mendocinos estamos solos y ahora hay que decidir qué hacer y quién lo paga.
Según Böhm, hay cuatro escenarios posibles de solución. Todas opciones que serán presentadas por la empresa al gobernador Pérez para que tome una decisión. Estas son:
1-Seguir como hasta ahora. Una opción es no hacer nada. Dejar que la situación actual se mantenga. En este caso, el Estado mendocino seguiría cubriendo con más subsidios el déficit operativo de AM y se irían haciendo arreglos (parches) en función de los recursos disponibles. Eso sí, no esperen cambios significativos en lo que hoy puede ser el servicio.
2-Creación de un fondo específico o afectación de uno existente. Otra opción es sacar plata de otro lugar para financiar las obras que necesita AM. Se podría crear un fondo con la fijación de una tasa extraordinaria por ejemplo a los combustibles (puede ser cualquier cosa) o cambiarle el destino a un fondo ya existente, por ejemplo que el dinero del juego en Mendoza en vez de ir a programas de salud vaya a obras de agua y cloacas. Para esto se necesita una ley.
3-Subir tarifas o crear una tasa extraordinaria. También se puede subir directamente la tarifa para obtener más recursos para inversión o bien crear una tasa especial para obras, como en su momento fue el aporte de los usuarios de Mendoza para subsidiar la electricidad en la Patagonia o es la tasa por alumbrado público que cobran los municipios. En ambos casos, también se necesita una ley de la Legislatura.
4-Emitir deuda para financiar obras. Un cuarto escenario posible es que el Estado mendocino emita deuda o tome un crédito para obtener los recursos que se necesitan para financiar las obras de AM. Al momento de su estatización, por ley la Legislatura autorizó endeudamiento hasta 2015. De ese aval, aún queda un cupo remanente de U$S160 millones para distintos tipos de obras. Según Böhm, de ese cupo se podrían usar unos U$S30 millones para obras de reparación y renovación de la red. En este caso, no sería necesario una ley para que el Ejecutivo avance con la emisión de uno bono o la toma de préstamos.
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