Puntos limpios, puerta de salida a nuestros residuos

Puntos limpios, puerta de salida a nuestros residuos

El punto limpio, abierto todos los días del año, es el lugar adecuado para depositar los residuos que generamos y que no pueden ser tirados en los contenedores 'normales'. "No tiene sentido que sigamos tirando los residuos, que deberían acabar aquí, al medio ambiente".

Por suerte, cada vez son más las personas que separan a diario los residuos que generan, bien en sus domicilios particulares o en los establecimientos donde trabajen. Esto hace que nuestros residuos acaben en el punto adecuado y no en contenedores equivocados o, en el peor de los casos, en la naturaleza. Una de las figuras que hace que el reciclaje se haga de una forma más fácil y eficiente son los puntos limpios, unas instalaciones destinadas a recoger y catalogar los residuos con el fin de gestionarlos posteriormente de una forma responsable y respetuosa con el entorno.

Existen residuos que no pueden ser depositados en los contenedores tradicionales, sean del tipo que sean, es por eso que siempre es de enorme utilidad la existencia de este tipo de puntos limpios en los que poder depositar aquello cuyas características no encajen en los contenedores que todos conocemos y que son más habituales.

En Castilla-La Mancha existe una amplia red de puntos limpios distribuidos por el ancho y largo de la geografía castellano-manchega. Uno de ellos es el de Ciudad Real, ubicado en el polígono Larache. En él se pueden depositar casi todo tipo de residuos.

«Hasta aquí llegan todos los residuos que no son los que a diario generamos, los que no podemos tirar a los contenedores habituales. Pueden ser voluminosos o electrodomésticos, entre otros», explica la concejala de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Ciudad Real, Mariana Boadella, responsable del área que gestiona el punto limpio de la capital provincial, durante una entrevista concedida a Lanza para conocer el funcionamiento del punto limpio del polígono Larache.

Boadella indica que éste es el lugar para depositar muebles, chatarra, metales, madera, restos de poda, escombros procedentes de pequeñas obras, aceites vegetales, pilas, baterías, vidrio, ropa usada, embalajes, cápsulas de café, pinturas, disolventes, productos químicos de ámbito doméstico, aparatos electrónicos o neumáticos.

Sobre su funcionamiento, la responsable del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Ciudad Real explica que para reciclar correctamente nuestros residuos tan solo basta con traerlos al punto limpio, el cual está abierto todos los días del año en horario de mañanas, de 10:00 a 13:00 horas, y de lunes a viernes por la tarde de 17:00 a 20:00 horas. Además, para los objetos muy pesados o que fueran complicados a la hora de trasladarlos al punto limpio, la concejala recuerda que existe un servicio de recogida de voluminosos, en el que «con tan solo una llamada, el propietario deja su residuo en el portal de su casa y los operarios lo recogen, de manera totalmente gratuita».

Con todos estos servicios, la concejala de Sostenibilidad asegura «no entender» cómo sigue habiendo gente que tira los residuos en lugares incorrectos, o en el peor de los casos, en la naturaleza. «No tiene sentido que sigamos tirando los residuos, que deberían acabar aquí, al medio ambiente, es algo perjudicial para todos», señala, por lo que anima a «toda la población a usar este servicio».

Punto intermedio

El punto limpio es un lugar intermedio entre el ciudadano y la transformación final del residuo. Esto significa que en el punto limpio o ecológico no se va a transformar ningún residuo, ya sea para ser reciclado o para ser destruido. Los puntos limpios son lugares donde se recogen y catalogan los diversos tipos de residuos con el objetivo de facilitar su reciclaje o destrucción posterior. Esto se llevará a cabo mediante empresas públicas o privadas contratadas por el ayuntamiento en cuestión, que se ocupan de recoger los residuos y transportarlos hasta la planta de tratamiento correspondiente según sea el caso y la naturaleza del residuo.

Aumento de residuos por la pandemia

La pandemia, especialmente durante los meses del confinamiento, provocó un aumento considerable de los residuos, sobre todo, aquellos considerados como ‘RAEE’, o lo que es lo mismo aparatos eléctricos y electrónicos que utilizamos diariamente, como cepillos de dientes eléctricos, secadores de pelo, tablets, lavadoras, teléfonos, frigoríficos o planchas, y que cuando dejan de funcionar se vuelven inservibles y pasan a ser considerados como RAEE. Estos residuos, también considerada basura electrónica, pueden contener sustancias peligrosas, como el cadmio, mercurio, plomo, arsénico, fosforo, aceites peligrosos y gases que agotan la capa de ozono o que afectan al calentamiento global como los clorofluorocarbonos (CFC), hidroclorofluorocarbonos (HCFC), hidrofluorocarbonos (HFC), hidrocarburos (HC) o amoniaco (NH3), que si bien son necesarias para garantizar su funcionalidad, pueden emitirse al medio ambiente o ser perjudiciales para la salud humana si, una vez que se convierten en residuos, los aparatos no se gestionen y se tratan adecuadamente.

Según Boadella, durante la pandemia, muchos nos dimos cuentas de que llegaba la hora de renovar nuestra antigua lavadora o nuestro frigorífico, lo que hizo que este tipo de residuos crecieran exponencialmente, aumentando en torno a un 20% los residuos depositados en el punto limpio durante 2020, teniendo en cuenta que durante dos meses permaneció cerrado a causa del confinamiento. «En 2020 recogimos 16.000 metros cúbicos de residuos, es decir, siete piscinas olímpicas», comenta Boadella. Un dato que nos invita a reflexionar sobre la inmensa cantidad de residuos que generamos año a año y que pone de manifiesto que es necesario aplicar la economía circular para no solo reciclar, sino reducir, reutilizar y reparar muchos de estos residuos que generamos.

Apuesta por la economía circular

La economía circular apuesta por reutilizar materiales cuando su vida útil se agote, realizando este proceso de recuperación y reciclaje de la manera más respetuosa con el medio ambiente. Se trata, por tanto, de un modelo en el que, sin olvidar lo económico, se prima el beneficio social y medioambiental, interrelacionándose de manera muy estrecha con la sostenibilidad. Así, uno de los principales objetivos de la Economía Circular es mantener el valor de los productos, materiales y recursos en la economía el mayor tiempo posible.

Por ello, desde el Ayuntamiento de Ciudad Real apuestan en la transformación de los puntos limpios en «puntos vivos». Un lugar de conexión «entre la persona que tiene un residuo y no sabe qué hacer con él y una persona que lo sabe arreglar o darle cualquier otro uso», asegura Boadella, por lo que desde el Consistorio impulsarán proyectos para dar una segunda vida a nuestros residuos. Actualmente, hay puesto en marcha un proyecto semilla para la reparación de muebles y «la idea es continuar por esa senda», «tenemos que darle una salida a todos esos residuos», asevera la concejala de Sostenibilidad.

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