La Provincia paralizada

La Provincia paralizada

El Sigaf, que el Gobierno utiliza desde enero y depende del Contador General, Gastón Messineo, tiene problemas de implementación. Falta de pagos, inconvenientes para hacer compras y licitaciones atrasadas son algunas de las consecuencias. Casos puntuales y pocas respuestas.

Hijo del ex jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman, el Sistema Integrado de Gestión y Administración Financiera (Sigaf), nació en la Ciudad de Buenos Aires en 2005. Si bien tuvo algunos contratiempos en los primeros meses de vida, cuando Mauricio Macri llegó al Ejecutivo capitalino lo adoptó como propio y pasó a ser el modelo de gestión administrativa óptimo para el Pro.

Apenas asumió, María Eugenia Vidal pidió instalarlo en la Provincia. Luego de dos años de gobierno ordenó que el primer día de 2018, sin dilaciones, el Sigaf debía ser en exclusiva el sistema por el que corriera todo el manejo administrativo del Ejecutivo, sin excepción de carteras ni programas. “Terminar de una vez por todas con la carretilla de expedientes”, graficó un funcionario. El encargado de ponerlo en funcionamiento fue el Contador General de la Provincia, Gastón Ignacio Messineo.

Pero tres meses después de la puesta en marcha, el Sigaf sólo ha traído dolores de cabeza y una crispación general de nervios en las distintas dependencias del Gobierno, que van desde los propios ministros hasta los cadetes, pasando por los gremios, proveedores, prestadores, profesionales y todo aquel que interactúa económicamente con el Estado bonaerense.

Es que, sencillamente, el sistema no funciona correctamente; entonces, los proveedores no cobran, los empleados de varias dependencias no reciben sus horas extra y viáticos, los profesionales que prestan servicios al IOMA dejaron de percibir los haberes, los ministros no pueden abrir licitaciones porque el sistema les impide imputar presupuestos de algunos programas. Literalmente, la administración está paralizada, y sólo algunos parches permiten que el caos no sea aún mayor.

Si bien esta es una generalización, seguidamente se detallarán situaciones puntuales que describen el panorama con mayor precisión, y que, de alguna manera, explican el enojo de sus pares de gabinete, que Messineo ha vivido en carne propia en las últimas semanas, con una álgida reunión de ministros y secretarios de por medio.

Al advertir la falta de movimientos en los pagos, la Federación de Mayoristas y Proveedores del Estado de la Provincia (Femape) fue la primera en ponerse en alerta, al unísono con los empleados que recibieron los sueldos “pelados”, sin horas extra ni viáticos, mientras que los contratados vieron pasar los días sin novedades en sus cuentas.

Entonces ganó los pasillos de los ministerios la versión de que el Gobierno demoraba los pagos por una cuestión meramente especulativa. Aunque algunos aún hoy sostienen la posibilidad de esa maniobra, el nerviosismo que se vive en las altas esferas gubernamentales contradice rotundamente tal presunción. El sistema no anda, y mientras se colocan parches para “sacar lo urgente”, los más optimistas advierten que “para mediados de abril debería estar todo en perfecto funcionamiento” ¿Será demasiado tarde para algunas cuestiones?

Los problemas trazan, en mayor o menor medida, a todas las carteras, pero los mayores inconvenientes se advierten en Lotería, IOMA y los ministerios de Infraestructura y de Salud. Son las dependencias con más prestadores y proveedores.

Glosario de inconvenientes

“El problema está desde el primero de enero y estalló ahora, pero algunas consecuencias las podríamos tener el año que viene”. Con la vista puesta en el horizonte electoral de 2019, un funcionario de segunda línea de calle 6 alertó que si hay atrasos en la obra pública, no se llegará en algunos casos al siempre necesario corte de cinta preelectoral.

En Infraestructura, el jueves hubo una protesta motorizada por el Movimiento Evita. No pedían planes, sino que les pagaran los haberes atrasados por la limpieza de arroyos y la construcción de viviendas

Desde el Ministerio de Infraestructura reconocieron demora en el cumplimiento con los proveedores, pero dejaron en claro que, por ahora, las obras siguen en proceso, sin parates. Tampoco se informó sobre las licitaciones demoradas, pero este medio pudo saber que el llamado a concurso, en muchos casos se ve tabicado porque el sistema impide hacer una imputación presupuestaria en el pliego.

Según se explicó, un plan de contingencia elaborado en los últimos días ha permitido comenzar a devengar algunas partidas para que Tesorería pueda hacer efectivo el abono a los proveedores alcanzados.

Ese plan de contingencia, en varios ministerios, es sacar todos los pagos mediante el rubro “Cuentas Generales”. Es decir que se salta una de las cuestiones básicas del Sistema Integrado de Gestión y Administración Financiera, que es no mezclar partidas y devengar de cada programa lo que este utilice. “Por ahora es la única forma que se ha encontrado”, dijeron a La Tecla fuentes de tres carteras diferentes.

El parche es una solución momentánea, que traería aparejado un inconveniente posterior, que es regresar a las cuentas originales los documentos imputados y devengados, que transitoriamente, con su dinero correspondiente, pasaron a procesarse mediante “Cuentas Generales”; mezclándose de esta manera la compra de papel higiénico con la adquisición de una droga medicinal, por dar un ejemplo.

En IOMA, el reclamo de los prestadores médicos y farmacéuticos tuvo como hecho destacado una protesta llevada adelante la semana pasada por un ruidoso grupo de psicólogos, que se manifestó dentro del edificio por la deuda que la Provincia mantiene con ellos desde fines de 2017.

La obra social de los empleados estatales bonaerenses aparece como un verdadero desafío para el Sigaf, debido a la complejidad de un organismo con un promedio de 30.000 órdenes de pago mensuales, que, además, difieren en cuanto a prestación. También hay contrataciones judicializadas del año pasado que suponen otro escollo para el sistema.

Similar es el caso del Instituto de Lotería y Casinos, con muy disímiles alícuotas impositivas referidas a los diferentes sistemas de juego. Desde allí surgió, además, un dato revelador respecto de la actuación de su presidente, Matías Lanusse, con relación a los empleados contratados.

“La gente tiene familia y no puede estar sin cobrar; sé que puedo tener problemas con el Tribunal de Cuentas, pero llegado el momento explicaré lo que pasó”, dijo Lanusse a sus colaboradores antes de sacar una resolución interna por la cual pagó a los contratados por fuera del Sigaf.

Desde el Ministerio de Justicia se apuntó a la falta de capacitación del personal: “Parece que no hay muchos cursos y la gente hace lo que puede, guiándose con información que aparece en internet”. En este sentido, tanto en las páginas oficiales de Contaduría como de Tesorería se pueden consultar extensos manuales para la utilización del Sigaf de acuerdo a la operación que deba realizarse.

La fuente consultada en la cartera judicial apuntó los cañones a los responsables en capacitar al personal, que en el Gobierno llaman “facilitadores”. En el caso particular de Justicia señalaron: “Parece que la facilitadora (María Pía Regnault) no sabe mucho de facturación, tampoco”.

“El sistema rebota facturas”, avisaron desde Seguridad. Fue en esa cartera donde se inició la alerta entre los ministros. Cristian Ritondo advirtió del problema en los primeros días después de haberse instaurado el programa.

Uno de los inconvenientes de febrero fue el atraso en los depósitos judiciales, aquellas retenciones que el Gobierno hace a sus empleados con embargos y deposita en cuentas determinadas por la Justicia en favor del beneficiario del juicio. El cumplimiento recién se pudo efectuar pasada la mitad del mes.

Responsables de la carga en el Instituto de Previsión Social han hecho horas extra en las últimas semanas para ajustar el funcionamiento del Sigaf. En otro orden, en varias dependencias se han quejado por la demora en la visita de un técnico cuando se detecta una falla. El personal de reparaciones, tampoco aparece como el suficiente para requerir la demanda de un Estado gigantesco.

Desde dos organismos confiaron a La Tecla que el Contador General les recomendó, para afrontar gastos urgentes y hasta tanto se solucionara el inconveniente con el programa administrativo, que tomaran partidas de 2017 para poder realizar pagos. Los funcionarios le habrían pedido a Messineo un escrito en el cual apareciese él como quien daba esa directriz. Ante la negativa, y atentos a las consecuencias que la maniobra podría tener a futuro, los funcionarios prefirieron no pagar, antes que introducirse en un fango administrativo. Además, ese ejercicio ya está cerrado.

La defección inicial del Sistema Integrado de Gestión y Administración Financiera crispa los nervios de las altas esferas políticas de la Provincia, y echa un manto de niebla sobre un programa por el cual, aun en el medio de la falla, el Ejecutivo apuesta fuerte. “Es perfecto, termina con las mañas de muchos, y una vez que esté funcionando a pleno, sus bondades serán evidentes”, remarcan en cercanías de María Eugenia Vidal. Por ahora son sólo broncas, hasta de la propia Gobernadora.

EL GOBIERNO SE DEFIENDE Y RESALTA “LAS BONDADES” DEL SISTEMA

Ante la intención de La Tecla de consultar directamente al Contador General de la Provincia o a funcionarios involucrados en la implementación del Sigaf, desde el Gobierno dijeron que nadie hablaría al respecto.

A la vez que reconocieron fallas en el sistema, desde el Ejecutivo prefirieron limitarse sólo a responder sobre las bondades que encierra el nuevo esquema informático.

“El Sigaf permite identificar los ingresos y los gastos de los diferentes organismos de gobierno de manera transparente, y de esta forma facilita el control y el seguimiento de los movimientos del presupuesto de toda la provincia de Buenos Aires. Permite ver de manera precisa el destino que se le dará a cada unidad de dinero disponible para cada organismo y mejora la eficiencia en la ejecución presupuestaria”, se argumentó.

En ese contexto se resalta que, con respecto al sistema utilizado previamente, ahora el SIGAF “no permite utilizar partidas específicas para realizar compras de cualquier otro destino que no sea el especificado por la misma”. Por ejemplo: no se puede utilizar la partida de “bidones de agua” para comprar celulares, o la destinada a una obra para la compra de material de limpieza.

“El sistema anterior permitía usar cualquier partida presupuestaria para realizar compras de cualquier tipo. Los organismos cuentan con un límite de cupos para realizar gastos, por lo que genera conciencia y cuida el dinero de todos los bonaerenses. Como todo sistema nuevo, lleva un tiempo su dominio, pero su implementación se viene registrando sin inconvenientes”, concluyeron la explicación desde un área cercana a la Gobernadora.

SIN VIATICOS, NI HORAS EXTRAS Y CON TEMOR A LOS DESCUENTOS POR PARO

“Todo el ministerio está sin cobrar desde enero las horas extras y los viáticos, ninguna dirección los ha cobrado hasta ahora; por eso, los gremios decidieron hacer retención de tareas el jueves y el viernes”, contó a La Tecla un empleado de Agroindustria, identificado como CL, que no quiso dar el nombre “para evitar problemas”.

“No fuimos al paro porque nos descuentan la plata, y como, encima, no cobramos desde enero viáticos y horas extra, nos hundimos solos; no hacemos paro, pero sí la retención de tareas”, ahondó el empleado, quien además dijo que la medida “fue avalada por el Ministerio de Trabajo”.

“No sabemos bien por qué pasa esto, pero nos dicen que es por la implementación del nuevo sistema”, agregó CL, a la vez que ratificó que “desde enero se puso en el ministerio un sistema informático nuevo, en el que hay que cargar todo; pero como no funciona bien y, además, no sabemos usarlo correctamente, no se pueden ni sacar órdenes de combustible”.

El empleado hizo hincapié en el tema de la capacitación. En tal sentido expresó que “más o menos, el 95 por ciento del personal no tuvo la capacitación para usar el nuevo sistema informático que pusieron para suprimir totalmente el uso de papel. Nos encontramos con algo que nadie sabe cómo se maneja. El año pasado hubo capacitaciones para alguna parte del personal, como secretarias privadas y personal jerárquico, pero no para todos. Van buscando soluciones parciales, es todo a los ponchazos”.

UN TRASPASO SIN TRANSICION

“Los sistemas no conversaron, nunca estuvieron juntos, hay cosas que no encajan entre uno y otro; se bajó el que se utilizó hasta el 31 de diciembre y se subió el nuevo el primero de enero, sin que estuvieran juntos nunca”. Lo contó a La Tecla un funcionario de Cambiemos, preocupado porque en su cartera, la demora puede tener consecuencias a largo plazo (léase cuestiones que deberían estar resueltas antes de las elecciones de 2019).

El Sigaf se implementó sin ninguna relación con el sistema administrativo anterior. Debió comenzar a funcionar, aunque no estuviera del todo ajustado, desde el primer día del año, porque se cargó en él todo el presupuesto, con cada una de las partidas asignadas específicamente, que se descuentan de manera automática mientras se devengan los pagos.

Esa inconexión entre uno y otro es otra de las claves por las cuales el Sigaf requiere de una capacitación del personal, en muchos casos acostumbrado a un método manejado durante años y que ahora es modificado por uno totalmente distinto, más allá de que quienes lo defienden aseguren que luego será “totalmente amigable para los empleados”.

DESCRIPCIÓN OFICIAL: “EN TIEMPO REAL Y EN FORMA TRANSPARENTE”

En la página de la Tesorería General de la Provincia, a cargo de Horacio Stavale, el  Sigaf se presenta de la siguiente manera: “El Sistema Integral de Gestión y Administración Financiera (SIGAF-PBA) es una herramienta informática para la gestión a nivel presupuestario, contable y de tesorería para los distintos organismos que conforman la administración pública de la Provincia de Buenos Aires.

El desarrollo de SIGAF-PBA cumple con los requerimientos de la Ley de Administración Financiera N° 13.767 y con los lineamientos establecidos por los Órganos Rectores de los distintos subsistemas Presupuestario, Crédito Público, Tesorería, Contabilidad, Compras y Contrataciones.

El sistema SIGAF-PBA se implementará con el ejercicio 2018 y permitirá modernizar y brindar herramientas que permitan realizar el seguimiento de las distintas gestiones por parte de los Órganos Rectores, de modo tal que las jurisdicciones puedan utilizar el sistema para el registro de movimientos e información en tiempo real, en forma coordinada y transparente”.

“DEBIERON PREVERLO CON MAYOR ANTICIPACION, LA PROVINCIA ES COMPLEJA”

Cuando vieron que en sus cuentas no se acreditaban pagos y que había verdaderas dificultades para presentar las facturas, los proveedores de diferentes áreas del Gobierno alertaron de inmediato a la asociación que los nuclea. Así, la Federación de Mayoristas y Proveedores del Estado de la Provincia (Femape) tomó cartas en el asunto.

“Hicimos un reclamo por escrito y pedimos una audiencia con el Contador General, que tuvimos hace un par de semanas. Nos atendió amablemente y nos dijo que el sistema se solucionaría a partir del 15 de marzo”, contó a La Tecla el presidente de Femape, Rodrigo Ducha.

Si bien ese plazo se estiró y a fines de marzo todavía el sistema muestra falencias, el proveedor señaló que “no estaban saliendo las órdenes de compra en tiempo y forma. Ahora, en las últimas semanas, se recibieron algunas órdenes de compra, y también se han podido facturar algunas cosas, porque tampoco el sistema te permitía que se presentaran las facturas”.

El tema de las facturas es que, al no poder cargarse la orden de compra en el Sigaf, éste no permitía tomar posteriormente la facturación correspondiente a esa orden. Es decir que no se recibió el permiso de la prestación ni se pudieron imputar las prestaciones ya hechas.

Ducha dijo que en la reunión, Messineo les comentó que el problema “se iba a solucionar pronto, y que para ello estaban mandando capacitadores a los ministerios”. Es cierto que en las últimas semanas hubo un desembarco importante de los facilitadores en los organismos, pero muchos se preguntan por qué se demoró esa parte esencial.

“El problema, nosotros lo atribuimos a que la Provincia es muy grande, no es como la Ciudad de Buenos Aires, de donde viene el sistema. Acá hay complejidades propias que tornan difíciles los cambios. Debieron preverlo con mayor anticipación, tanto por la complejidad como por el aprendizaje del personal”, dijo el presidente de Femape.

Por último, Ducha reflexionó: “Ellos dicen que es muy bueno, pero eso lo vamos a ver cuando esté en la cancha con el equipo completo”.

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