La Provincia frena una obra esencial para que los vecinos del sudoeste tengan acceso al agua potable

El Acueducto del Río Colorado debió haberse finalizado en septiembre de 2018, pero recién el año entrante se adjudicará y demorará otros tres años de obras. ¿El motivo? La delicada situación de las cuentas públicas impide a la Provincia invertir su parte.

El Acueducto del Río Colorado es una obra largamente demandada por los vecinos de Bahía Blanca y buena parte del sudoeste bonaerense que, año a año, padecen las consecuencias de la baja presión de agua ante una demanda creciente. El proyecto de un acueducto que lleve el agua desde el Río Colorado para abastecer a 450 mil bonaerenses es de larga data y, según supo este portal, habrá que esperar otro buen trecho.

Ya en 2008 el entonces gobernador Daniel Scioli consideraba “prioritaria” la concreción del proyecto y apostaba a obtener un crédito del BID o del Banco Mundial. Hoy en día, Bahía Blanca y la región obtienen agua potable desde el dique Paso de las Piedras y desde varias perforaciones auxiliares que llevó a cabo ABSA.

Diez años después, el panorama no cambió demasiado, aunque, por lo pronto, el financiamiento está garantizado. Ya en 2014 la Provincia gestionó y obtuvo de la Corporación Andina de Fomento 150 millones de dólares indispensables para financiar una obra verdaderamente faraónica: un ducto de 120 km de plástico reforzado con fibra de vidrio y 1200 mm de diámetro con sus respectivas válvulas y estaciones de bombeo.

A lo largo del año pasado se llevaron a cabo interminables trámites burocráticos y en julio de este año llamó a una licitación internacional para poner en marcha las obras. Se recibieron en total 12 ofertas. Pero desde entonces no hubo más noticias, más allá de una alerta de parte de la CAF respecto de la “liquidez” de los concursantes que se vieron salpicados en el escándalo del Lava Jato.

Según pudo reconstruir INFOCIELO a partir de altas fuentes del Gobierno bonaerense, las novedades seguirán sin aparecer durante al menos un año más, debido a las restricciones presupuestarias que enfrentará la Provincia, en parte por las obligaciones transferidas desde la Nación y en parte por el elevado costo del endeudamiento que contrajo en los tres primeros años de la administración Vidal.  

Es que, si bien el financiamiento externo está garantizado, tiene afectación específica a las obras del acueducto y además está en dólares, con lo cual, se supone, no pierde valor ante cada devaluación, hay una cláusula del acuerdo con la CAF que obliga a la Provincia a poner de su bolsillo parte del dinero necesario.

En la página del Ministerio de Infraestructura se lee que Buenos Aires debe desembolsar como “aporte local” unos 37.5 millones de dólares, que equivalen hoy a casi 1.500 millones de pesos, más del 5 por ciento del total asignado al Ministerio de Infraestructura según la Ley de Presupuesto para todo 2019.

La intención de la Provincia es, por ahora, dilatar la etapa de evaluación de ofertas, paso previo a la adjudicación de la obra, hasta el tercer trimestre de 2019. Una vez que se inicien los trabajos, los plazos de construcción se estiman en otros tres años.

"Vamos a priorizar otras obras", aseguraron fuentes calificadas ante la consulta de este portal. Se trata de los trabajos del Plan Maestro del Rio Salado, del cual se firmó en la última semana el contrato para el inicio de los trabajos en el cuarto tramo, con la intención de que en marzo comiencen a trabajas las dragas. También habrá obras en la cuenca del Reconquista y del Luján.

La propia Ley de Presupuesto incluye al proyecto del Acueducto Río Colorado y prevé un desembolso de 340 millones de pesos para 2019, 1.840 millones para 2.020 y 2.420 millones de pesos para 2021. El mero cotejo de esas cifras confirma que no hay intenciones de hacer demasiado en un año clave para la economía bonaerense. Y que, con suerte, el próximo gobernador –o gobernadora- la podrá inaugurar. 

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