El concejal de Capital Guillermo Mosso (PD) presentó un proyecto en el que cuestiona el accionar del sector a cargo de Carlos Pasquale. También puso en la mira las declaraciones públicas de Víctor Fayad.
A poco menos de una semana del allanamiento que destapó una red de prostitución, trata y lavado de dinero, fue presentado ayer en el Concejo Deliberante de Capital un proyecto –nacido de uno de los hombres del Partido Demócrata– en el que se le solicita un informe al Departamento Ejecutivo de la Comuna por la complicidad de un inspector municipal en los delitos.
Asimismo, la resolución también manifiesta la necesidad de conformar una comisión investigadora para examinar a fondo a todos los posibles implicados dentro de la misma estructura del Municipio, ya que el acusado inspector Raúl Cuquejo sólo puede ser la punta del iceberg de una red de coimas y corrupción mucho más compleja.
“El involucramiento de un agente público, un inspector detenido en el procedimiento ordenado por la Justicia federal, configura un hecho gravísimo que menoscaba groseramente todo el accionar que la autoridad municipal pueda hacer en la materia, debiendo investigarse profundamente no sólo en sede judicial, sino también en el ámbito municipal”, dice, entre otras cosas, el proyecto.
En la presentación, Mosso también hace alusión a las declaraciones de Fayad señalando que, dadas la gravedad y la complejidad de los resultados obtenidos por la investigación de la Fiscalía Federal Nº2, a cargo de Fernando Alcaraz, es necesario no sólo hacer declaraciones a la prensa, sino también sumar a éstas las denuncias pertinentes y la continuidad de la indagación.
“El señor intendente realizó manifestaciones referidas a amenazas sufridas por parte de los inspectores y funcionarios a cargo del control y la clausura de estos establecimientos, debiendo las mismas ser denunciadas e investigadas. Hay que investigar a fondo, no basta con una conferencia de prensa”, sentenció el concejal en respuesta a las apariciones públicas de Fayad en los medios.
Antecedente
El reciente pedido presentado como proyecto por el funcionario demócrata ya había sido anticipado el 13 de noviembre, durante el tratamiento de la ordenanza Nº3.837/12, mediante la cual quedaron prohibidas la apertura y la habilitación de establecimientos y/o locales de alterne, y también se aprobaron la inspección y la clausura de los existentes.
“Creo, y me queda absolutamente claro, que la aplicación de esta norma, el cumplimiento de la misma y la efectividad de lo que pretende buscar como objetivo depende en gran medida de la tarea que realice la Inspección de Comercio, y sé, a través de los comentarios y las denuncias de los vecinos, que la labor de esta repartición es severamente cuestionada”, declaró Mosso oportunamente.
El edil, en las sesiones del Consejo Deliberante, hizo saber sobre la falta de celeridad en las inspecciones y en los procedimientos de clausuras, ya que –según los vecinos– aquéllos no eran tenidos en cuenta en tiempo y forma. “Esta objeción no impide que vote favorablemente por la ordenanza. En todo caso habrá que generar procedimientos de supervisión en la Inspección de Comercio”, dijo.
Sondeo
La advertencia de Mosso se evidenció un mes después de la puesta en funcionamiento de la ordenanza.
A partir de un sondeo realizado por Diario UNO durante esa fecha, pudo comprobarse que de los 80 sitios clandestinos que especificaban distintos informes sobre el comercio sexual en Capital tan sólo fueron cerrados 12 saunas y cuatro cabarets.
Carlos Pasquale, el encargado de llevar el seguimiento y la coordinación de las inspecciones, dejó entrever en ese entonces que el número de lugares clandestinos clausurados era directamente proporcional a los descubrimientos. Es decir, no se cerraron más prostíbulos porque aún se desconocían sus existencias. Sin embargo, muchos ediles no opinaban lo mismo y los vecinos tampoco.
“Se esperaba que el reglamento generara una avalancha histórica de cierres”, declaró el 10 de marzo el concejal Alberto Montbrun (Frente Amplio Progresista) con relación a los resultados de la ordenanza y en sintonía con otros concejales.
“Basta hacer un recorrido por algunas de las calles, como Rioja, General Paz, Barcala, Godoy Cruz, Eusebio Blanco, Salta o Garibaldi, y constatar que no se requiere demasiada investigación para saber dónde se ofrece sexo por dinero”, explicó debidamente un vecino cercano a calle Chile.
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