Producción de bebidas no alcohólicas se recuperará en el 2021, pero no al nivel del 2019

Producción de bebidas no alcohólicas se recuperará en el 2021, pero no al nivel del 2019

Esta podría crecer a doble dígito por un efecto base y por una mejora gradual de la demanda en el canal tradicional y moderno, estima el Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank.

La industria de bebidas no alcohólicas ha sido otra de las golpeadas por la crisis sanitaria. Así, para el consolidado de 2020, la producción caería alrededor de 25%, estima Scotiabank.

“Esta evolución estaría asociada básicamente a la contracción del consumo privado esperado para este año -caería 9,1% según nuestra proyección-, debido al menor nivel de empleo e ingresos generado por la crisis económica asociada al COVID-19, reduciendo la capacidad de consumo de la población”, explica.

El Departamento de Estudios Económicos (DEE) del banco detalla que la línea de bebidas gaseosas – que concentra el 65% del volumen producido de la categoría- mostraría un retroceso de 15%, mientras que la de agua embotellada 30%. En este último segmento, la presentación más afectada es la de 20 litros (bidones) ante la menor afluencia de trabajadores a las oficinas.

“Esperamos un repunte de la demanda en este último trimestre, debido a la estacionalidad propia del sector -mayor demanda a inicios de la temporada de verano-, a una gradual recuperación de la demanda por productos de mayor tamaño -formatos de tamaño familiar ante mayor permanencia en hogares- y a la paulatina reapertura de hoteles, restaurantes y afines”, indica.

Cabe destacar que, entre enero y setiembre de 2020, el índice de producción cayó 27,5%, explicado por una menor producción acumulada de gaseosas (-24,8), aguas envasadas (-27,4%), bebidas hidratantes (-13,9%), y jugos y refrescos (-36,2%), según cifras del Ministerio de la Producción (Produce).

PROYECCIONES 2021

Para el próximo año, se prevé una recuperación de doble dígito en la producción de bebidas no alcohólicas por un efecto base y por una recuperación gradual de la demanda en el canal tradicional y moderno; sin embargo, no superaría el nivel registrado en el 2019.

“Nuestra proyección incluye un escenario en el cual no se contemplan nuevas medidas de confinamiento y suspensión de la actividad económica”, dice Carlos Asmat, analista de sectores no primarios del DEE.

Así, para el primer semestre del próximo año espera un importante crecimiento debido a un efecto base (significativa caída en el segundo trimestre 2020 debido a la cuarentena).

Esta evolución positiva se extendería a la segunda mitad de 2020 por una mejor perspectiva de consumo, aumento del empleo -que incidiría en una mejora de la capacidad adquisitiva de la población-, y por la prevista recuperación del consumo por impulso -en la medida que la prevista disponibilidad de la vacuna contra el COVID-19 permita una normalización de la actividad económica, puntualiza Asmat.

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