Fue ni bien asumió la función de gobernador que Hermes Binner promulgaba la Ley de Talles, el primer día hábil de 2008, a través de la cual en toda la Provincia se establecía que las empresas industriales cuya actividad sea la fabricación de indumentaria femenina deberán confeccionar las prendas en todos los talles necesarios para cubrir las medidas antropométricas de la mujer.
Supuestamente había seis meses para la implementación total de la norma, un caso que no es tal.
Si bien existen algunos comercios que ofrecen la variedad impuesta por Ley, hay muchos ejemplos de quienes recargan los precios de las prendas de mayor tamaño.
Días atrás la Dirección de Comercio Interior del Ministerio de la Producción de Santa Fe informó que una conocida marca de ropa -con varios locales en la ciudad de Rosario y otras localidades de la Provincia-, se encuentra realizando recargos en ropa de talles especiales. Dicha práctica se constató a partir de un cartel en la vidriera de sus locales, con la leyenda: “los talles especiales sufren un recargo del 10%”; lo que supone una clara violación al derecho del consumidor de recibir condiciones de trato equitativo y digno. Dicho derecho, además de encontrarse específicamente previsto en la Ley N° 24.240, se encuentra garantizado por la Constitución Nacional, lo que convierte al hecho denunciado en ilegítimo e inconstitucional.
El director Provincial de Fomento y Promoción de Comercio y Servicios, Leonardo Gianzone, expresó al respecto que “es obligación ineludible de los comerciantes, en tanto proveedores de bienes, abstenerse de desplegar conductas que coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes y vejatorias y, en este caso, estamos frente a una conducta específicamente prohibida por la legislación". “Este tipo de prácticas resultan particularmente graves porque hieren sentimientos íntimos del consumidor, quien sin dudas se sentirá discriminado por su condición física tan sólo con detenerse a mirar una vidriera.”
Gianzone aprovechó la oportunidad para recordar a los consumidores que denuncien este tipo de prácticas ante la Dirección de Comercio Interior y que, además, ejerzan su derecho a elegir y se abstengan de adquirir productos en aquellos comercios que no respeten condiciones de trato digno elementales.
CONSEGUIR PRENDAS
Luego de la sanción de la Ley de Obesidad, entraron en debate nacional las problemáticas anexas de esta enfermedad, pero del mismo modo, sobre las condiciones de quienes no tienen las medidas standard a nivel físico, para poder conseguir, especialmente ropa.
Ya sea por obesidad, o también por altura fuera del promedio, es sobre todo para muchas mujeres, muy difícil vestirse. En una sociedad regida por el consumo, donde la moda no deja de ser una variable de medida para muchas condiciones, el hecho de acceder a las prendas sugeridas como adecuadas para cada temporada puede ser imposible.
Hay quienes en vez de enfrentar el rechazo en los locales de ropa, porque no existen prendas para sus dimensiones, optan por la costura casera, que es algo complejo, pero puede tomarse como alternativa. De todos modos, otras mujeres insisten con la compra de prendas que en muchos casos no responden a sus gustos, que también se exceden en las medidas y las hacen ver más voluminosas de lo que son, o incluso las inducen a usar prendas por demás ajustadas, que al mismo tiempo las impulsan a alterar la conducta alimentaria para sentirse dentro de un sistema.
Sea el caso personal o no, salir a comprar una prenda para una adolescente en un talle 44 resulta, en una ciudad de las dimensiones de la nuestra una tarea difícil, porque la disponibilidad de oferta es mucho menor que en otras plazas más pobladas, pero también porque los comercios no se encargan de cumplir la Ley y abastecerse de todo el abanico de talles.
Sin embargo, hay casos de positiva reacción en el tema. ForYou Sport, ofrece ropa deportiva y en la vidriera destaca en un cartel que se ofrecen talles XS a XXL. El problema de los talles no sólo está en clientas de mayor contextura, sino que también son las chicas que usan lo que en Estados Unidos se conoce como el talle "petite", las que a veces no consiguen ropa que les quede al cuerpo.
Existe el caso de negocios que también exhiben modelos en maniquíes un poco más "rellenos", para que los clientes se animen a consultar por la ropa.
Los fabricantes de indumentaria intentaron desde hace años estandarizar los moldes y la hechura de ropa de todo tipo, pero no en las proporciones más normales, sino que generando algunas consecuencias en la conformación física de una generación, por ejemplo con los pantalones tiro corto de cintura ajustada, quizá sobre la base de un ahorro de materiales. Ahora debieron readaptar ese concepto con la Ley de Talles que a nivel nacional y por distrito se fue aprobando. Deben tener talles pequeños y grandes, sin modificar el costo final de cada prenda, con al menos ocho talles en cada producto ofrecido.
En Rafaela es difícil conseguir prendas de este estilo, por lo general no tienen remarcación de precios, pero falta una generalización en la oferta, que alcance a la ropa para todas las edades, ya que además de las prendas para adolescentes y jóvenes, la tarea ardua se da para personas mayores; y también niños con sobrepeso.
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