El argentino superó al suizo por 3-6, 6-3 y 6-4 en el estadio Pipa Tigre y ante la presencia de 20 mil personas.
admiración, la tensión y la hostilidad. La admiración que provocaron Federer y Del Potro con su tenis de altísimo vuelo fueron los hechos más salientes de una jornada histórica.
Al numerosos público que se acercó hasta Tigre sólo quería disfrutar de ver en vivo y en directo a Federer, uno de los mejores tenistas de la historia. Acaso ese fervor fue lo que provocó que los fanáticos incurrieran constantemente en gritos molestos, muchos de ellos fuera de lugar, que poco colaboraban con el espectáculo.
Pero Federer y Del Potro hicieron su trabajo, desplegaron todo su talento y, tal como todos esperaban, le dieron forma a una verdadera fiesta del tenis. Imborrables en la memoria de los más de 20.000 hinchas quedarán el punto que Federer y Del Potro jugaron sólo con golpes de revés con slice, los drives invertidos y la mano dúctil del suizo, o las bombas de derecha que ejecutaba el tandilense.
Fue la primera de dos fiestas que quedarán en el recuerdo por ser la primera visita de quien quizás sea el mejor tenista de todos los tiempos.
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