Mar del Plata: la potencia económica de la comuna

Mar del Plata: la potencia económica de la comuna

El abanico de posibilidades del Municipio en un contexto de crisis y de cara a las gestiones por venir. Empleo, inversiones y largo plazo. Un tema fuera de la agenda de campaña.

Si General Pueyrredon estuviese en un partido de “truco productivo”, podría decirse que tiene 33 de mano. A la posición privilegiada desde el punto vista geográfico, en la zona central del país, entre las sierras y el mar; se le suma la conexión hacia el país y el mundo con un puerto de aguas profundas, rutas que la conectan con todos los puntos de la Provincia a las que se suma un aeropuerto y el ferrocarril. Industria, economía del conocimiento, pesca, gastronomía y turismo, son algunos de los sectores que componen el variado abanico de potencialidades del Municipio.

No obstante, más allá de menciones en abstracto y algunas ataduras a la coyuntura económica nacional, el apartado productivo ocupa un rol secundario en el escenario de la campaña electoral. ¿Qué tiene para ofrecer la Mar del Plata del presente y el futuro?

Según el Mapa Productivo-Laboral Argentino (2022) del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, General Pueyrredon contaba con 14.003 establecimientos productivos distribuidos entre 11.900 empresas, ubicándose primera entre los 135 distritos bonaerenses. Dicha suma representó el 6,3% del PBI de la Provincia y supuso 108.793 puestos de trabajo asalariados registrados.

El Producto Bruto Geográfico (2004-2012), versión local del PBI, muestra el desarrollo en los distintos sectores de la economía: primario (8%), con la agricultura y la pesca; secundario (30%) con la construcción y la industria; y el terciario (62%) con presencia de hotelería y gastronomía, transporte y el comercio como elemento preponderante.  En cuánto al reparto de la industria, alimentos y bebidas encabeza la nómina, seguida por alimenticias pesqueras, metalmecánica, maderas e imuebles, papel e imprenta y química, entre otras. 

​​​​​​Con estos elementos en la mesa, uno de los desafíos para las gestiones por venir es de tipo laboral. Por un lado cómo sostener los niveles de trabajo del primer trimestre (atravesado por la temporada estival) y cómo reducir la informalidad. 

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