Un suspiro. La vida vuela y se transforma como un chasquido: un pequeño movimiento lo cambia todo. Un suspiro entre ayer y hoy, entre el regreso a una casa tapizada de remiendos y este hogar límpido, reluciente.Leandro Romagnoli no lo puede creer: si hasta ayer nomás largaba lágrimas de dolor por evitar el descenso tan agobiante. En andas en el Nuevo Gasómetro frío y conmovedor. En andas, tiempo después, apenas un suspiro, en el mismo escenario, con la copa, la Libertadores, sobre su pecho. Una vida entera se reduce a esas otras lágrimas, mezcladas en el fuego de un Bajo Flores que hervía historia viva.

"Me acuerdo de todo. Volví en 2009, el club no estaba de la mejor manera, venía de hacer algunos campeonatos malos. Y después siguió igual, por eso esas situaciones nos llevaron a jugar una Promoción. Estaba desgastado todo, había muchos problemas en todos lados: dirigenciales, económicos. En lo futbolístico tampoco estábamos muy bien. Y eso es una realidad, porque vos podés tener bastantes problemas, pero si dentro del campo el equipo está bien, lo otro se deja a un costado; pero no, todo mal. No nos salía una. En lo futbolístico estábamos mal, no encontrábamos el equipo, no hacíamos buenos campeonatos. Era complicado. Pasó lo que pasó y nos salvamos. Ahí llegaronMarcelo [Tinelli] y Matías [Lammens] , y el club hizo un cambio importante. Mejoró en todos los sentidos que te nombré", cuenta el símbolo, el tatuaje esencial de San Lorenzo , el último héroe. Casi, casi, no toma aire. La memoria no lo traiciona.

Recuerda el barro, cobijado en el oro. Del precipicio del Bajo Flores al cielo de esta efervescente ciudad rojiza, plomiza, fresca, de fábula. Casi en el abismo, a metros de una final mundial. "Y el equipo salió adelante, se volvieron a pelear campeonatos, algo que hacía mucho que no nos pasaba. Jugamos una copa que perdimos primero. Después, la que todos recordamos: la Libertadores, que ganamos y que coronó una etapa que ya es para siempre. Para contarla toda la vida, eso quedará en la eternidad", se emociona, detrás de la práctica habitual, rodeado de palmeras, salpicado de la arena del más allá. Sentado, relajado, desde este presente es más fácil volver atrás.

-¿Vale la pena rememorar de dónde vienen? ¿Recordás hoy, acá, en Marruecos, en el Mundial de Clubes, cuando llorabas por haberte salvado del descenso?

-Siempre es bueno recordar. Los buenos y los malos momentos siempre están presentes. Lo importante es que el club está bien, hoy San Lorenzo está arriba, donde siempre tuvo que haber estado. Y a punto de vivir algo histórico. Al mismo tiempo, no hay que vivir de recuerdos. Sobre todo, los buenos. No porque hayamos ganado la copa que nadie en el club la logró y que sabemos que quedamos en la historia, vamos a decir: "Ya está, estamos hechos". No. La idea es hacer un buen papel en el Mundial. Tenemos que estar a la altura el día 17 para cumplir el sueño que todos tenemos, que es jugar la final. Sería un error pensar más allá de ese primer partido. Y después, sí: seguir peleando y ganando cosas. Hay que intentar mantener a San Lorenzo en lo más alto. Lo más difícil.

-¿Haber caído tan bajo en su momento sirvió, de alguna manera, para reconstruir todas las líneas del club y alcanzar este sueño de jugar el Mundial de Clubes?

-Sí, puede ser. Cuando tocás fondo empezás a pensar y ver cosas que antes no veías. Vino gente fanática de San Lorenzo que se brindó por el club, de arriba hacia abajo. Entre todos sacamos a la institución adelante. La idea es seguir así, porque si repetís los viejos errores no aprendiste nada. Si las cosas no se hacen bien, vas a volver a pensar en cómo salvarte del descenso. No queremos eso. Ahora estamos bien. Los dirigentes están llevando todo de manera excelente. Y sobre todo algo más: volvió la paz. Antes no había tranquilidad.

-¿Se te repiten las imágenes de la copa en tus manos aquella noche contra Nacional? ¿Las tenés presente seguido?

-Te pasan muchas cosas por la cabeza. Te decía antes, recuerdo todo, lo bueno y lo malo. A la familia, que siempre está presente cuando no sos campeón. Mi historia en San Lorenzo es fuerte. Cumplí el sueño de toda mi vida, el que tuve desde chico.

-¿Y ahora? ¿Es un anhelo mayor esto que te rodea?

-Y, el sueño completo sería ganar el Mundial. Pero sabemos que es muy difícil, por eso tenemos metas. La primera es el miércoles, tenemos que jugar bien y ganar. Y después se pensará en la final en ese momento.

Se acomoda el protector en el hombro izquierdo, una lesión incómoda que tal vez lo aparte del primer partido desde la apertura. Edgardo Bauza lo contiene. "Hace mucho que no hace 90 minutos, pero a veces la voluntad es arrolladora. Y él quiere estar. Pocos se merecen estar acá como él, por lo que es y por lo que representa", cuenta el conductor. Pipi acepta el reto con el cuchillo afilado. Listo para cuando se precise. "Ya estoy bien, lo importante es el equipo. Ahora algunos se sorprenden de que vamos a jugar con Auckland y dicen que San Lorenzo va a ganar seguro. El fútbol ya no es tan así, cambió mucho. No hay tanta diferencia y eso lo tenemos claro", advierte, mientras saborea el libro oficial que obsequia San Lorenzo. Con fotografías inéditas, como su imagen, desatado, con la copa más famosa, la que quedará por siempre en la memoria de todos.

A los 33 años, Romagnoli no se olvida. Recuerda de dónde viene y hacia dónde va.

 10 títulos tiene Romagnoli; seis locales: torneo Clausura 2001, Copa y Supercopa de Portugal 2007 y 2008 (Sporting de Lisboa) más el torneo Inicial 2013. Y cuatro internacionales: Mundial Sub 20 de 2001, Mercosur 2001, Sudamericana 2002 y Libertadores 2014.

Pipi DT: "No sé si en mi equipo jugaría Romagnoli"

Le entusiasma el recorrido, del pasado hacia el futuro. Lo custodia un mar de entusiastas colaboradores del mundo FIFA , desaforados con un mar de indicaciones en árabe, en francés y en inglés. Un mundo nuevo para San Lorenzo. También para Pipi, el hombre de hoy, casi tan parecido al atorrante de ayer. Gambetas mediante.

¿Qué cambió de aquel pibe que debutó en San Lorenzo a hoy? Más allá de la experiencia, ¿sos parecido a aquél?

No mucho. No puedo evitar hablarte de la experiencia, en el campo y en la vida. Cuando sos chico, no tenés tanta calle. En el fútbol, es algo parecido. Después, sigo teniendo la misma familia y los mismos amigos. Soy el mismo.

-¿Pensás más allá de hoy, en el futuro sin la pelota?

En principio tengo dos años más de contrato y mi idea es retirarme en San Lorenzo. Pero en el fútbol no se puede decir algo que va a suceder, porque es muy cambiante. Mi idea es retirarme acá, pero a dos años no se puede saber. Ésa es mi idea fija.

-¿Es verdad que ya sos técnico recibido?

Me falta la última evaluación. Es una prueba, como un final. Tengo que hacer un entrenamiento de fútbol. Lo hice por Internet, es un sistema que surgió hace poco. Me entusiasma eso.

-¿Y cómo van a jugar tus equipos?

Me gusta un estilo, pero hay que adaptarse al club y a los jugadores que tenés. Si no hay un enganche, no voy a ser necio y poner a alguien que juegue de diez. Es importante ver dónde estás.

-Podrías armar un equipo sin un jugador como vos, por ejemplo.

Sí, sí, ningún problema. No sé si en mi equipo jugaría Romagnoli. (risas). Estoy acostumbrado a jugar en el clásico 4-4-2, yo mismo juego ahora por los costados. No me cierro en un sistema.

-Nombrame dos o tres técnicos que te ayudaron a crecer.

No puedo nombrar a uno o dos, saqué lo mejor y voy a evitar lo peor de cada uno. Me acuerdo primero de aquellos con los que conseguimos títulos, como Bauza, Pizzi ,Manuel Pellegrini , Insúa . Tampoco me olvido de Gorosito ..