Piden en Rivadavia que el ministro de Salud evite la renuncia del director del Saporiti

Luego de la dimisión "indeclinable" de Pablo Campos por amenazas, personal del hospital y vecinos del departamento pidieron que en un plazo de 72 horas se hagan presente Díaz Russo y "una comisión de Salud" para que impidan la ida del médico.
Empleados del hospital Humberto Saporiti y líderes de organizaciones sociales y vecinos de Rivadavia exigieron este jueves la presencia del ministro de Salud provincial, Carlos Díaz Russo, y de "una comisión", en un plazo de 72 horas, para que intente torcer el destino del renunciante director de ese hospital, el doctor Pablo Campos, debido a las amenazas en su contra recibidas en las últimas semanas.

En horas de la tarde y después de conocerse la renuncia "indeclinable", un grupo de personas (entre trabajadores del hospital, religiosos de diversos credos, miembros de instituciones locales y vecinos en general) se congregaron en la puerta del Saporiti en apoyo a Campos.

Anteriormente el médico (muy querido por la comunidad) había denunciado amenazas anónimas y destrozos en su consultorio privado. En Rivadavia se habla de que un proceso de licitaciones en el centro asistencial, además de sus consecuentes implicancias políticas, ha generado controversias en torno al director y los ataques hacia su persona.

Los manifestantes exigieron que Díaz Russo, conjuntamente con "una comisión de Salud del municipio" se presenten en el lugar "en 72 horas" para torcer la decisión de Campos.

Hasta el mismísimo intendente Ricardo Manzur envió una carta a las autoridades del hospital para brindar su apoyo al profesional y repudiar las acciones que sufriera en los últimos días.

Pero el clima enrarecido que se vive en Rivadavia no excluye sólo al estimado médico, también a sus circunstanciales adherentes: el periodista y concejal departamental, Juan Carlos Agüero, afirmó que recibió mensajes intimidatorios luego de entrevistar a Campos en una radio local y hacer público su apoyo.

"Cuidate", fue la inscripción que apareció en su domicilio, advertencia que aún puede leerse, según aseguró Agüero, sobre la puerta de su casa.

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